Me miro en el espejo. Vestida con un largo vestido de terciopelo rojo de escote en v y con la espalda descubierta, el pelo ligeramente rizado y el maquillaje que se centra en línea de ojos negra y pintalabios en la misma tonalidad que mi vestido, intento impregnarme del veneno que caracteriza a mi madre cuando lleva este atuendo. Necesito su capacidad de dejar de lado los sentimientos y poder olvidar los lazos de sangre para así enfrentarme como es debido a mi familia.
La cena familiar era el mayor evento del año para nuestro clan. Donde cada uno se alardeaba con la cantidad de Homicidios que había provocado desde el evento anterior, además de la cantidad de veces que se había zafado peligrosamente de las autoridades.
Cenas elegantes teñidas de sangre, color rojo, temática del espectáculo.
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-Este es Aaron, mi acompañante- le digo al que es el encargado de las llaves de la casa. Este se aparta y nos permite pasar. Como predecía la casa estaba maravillosamente decorada de rojo. Escaso para la cantidad de muertes causadas por los invitados.
Mi acompañante, vestido de un elegante traje de pana negro con una camisa de satén del mismo color, se veía peligroso, más si tenías en cuenta de que había olvidado en casa la esa sonrisa que me había deslumbrado desde el minuto uno.
-Mamá.-digo a modo de saludo tras haber recorrido el largo pasillo y al ver a mi madre de pie al lado de mi sentado padre a la cabeza de la mesa viéndose imponentes, poderosos-os presento a Aaron, un amigo, espero que su presencia aquí no os disguste, no desvelará nuestros secretos, así que podéis seguir deleitándoos en lo que tanto os encanta.
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-No pasa nada querida. Nosotros también tenemos una invitada especial. Creemos que cambiará por completo tu visión de nosotros. Pero aún así, empezaremos la velada cuando tus tíos lleguen. ELLA está de camino y se demorará un poco.
La cena da comienzo y los encargados de servir la demasiado larga mesa ocupada por las escasas 10 personas y la una esperada, empiezan a desfilar y a decorar si aún se podía más con comida que imagino Chanel eligió en persona la mesa. Los ojos de mi tío, al que Harry robó joyas, me mira con ganas de preguntarme todo lo que me ocurría y de sacarme sus joyas de la sangre. Pero nada me afectaba, no aquella noche. Nada. Hasta que llego.