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Todo había ocurrido tan rápido, que casi parece no haber pasado, pero era muy real. Miles de preguntas me venían a la mente y necesitaba respuestas ¿Cómo podía Harry saber que mi tío era dueño de la tienda? ¿Cómo sabía que mi éste no podría llamar a la policía debido a la procedencia de las joyas? Y ¿Harry está tan destrozado como para calcular todo esto y encima disfrutar al verme sufrir?
No puedo saber cómo está, ni me digno a mirarle. Lo único que sé es que debe de sentirse realizado, ha conseguido todas esas joyas a costa de mi sufrimiento. Empiezo a llorar en silencio y ya no escucho nada. Supongo que me dirige alguna que otra palabra pero yo me pierdo en las gotas que se deslizan tanto por el cristal del coche como por mis mejillas. Cuando noto su roce sobre mi hombro me hago pequeña y me deslizó hacia la derecha mientras me abrazo a mi misma con miedo.
Cuando se para el coche, noto la figura de Harry salir del este y momentos después abrirme la puerta a mi. No estamos delante del hotel y lo que hay delante de mi es una pequeña casita de lago. Es hermosa, tan solitaria delante del precioso paisaje que nos rodea. Pero no me transmite paz. Estoy aquí con Harry y no bajaré la guardia. Entramos y veo que por dentro es tan perfecta que por fuera. Una pequeña chimenea al fondo con dos sofas en medio sobre un suelo de madera oscura ocupan la estancia. Me quedo parada mirando los estantes, llenos de libros y velas.
También observo a Harry encender un fuego, los músculos de la espalda tensándose y luchando por abrir la tela que los cubre. Cuando termina se gira hacia mi cruzándose de brazos. El fuego brilla tras el y algo se retuerce en mi.
-¿No vas a decir nada?-me dice desde ahí-.
No respondo. Sin embargo me doy cuenta de que la temperatura de la casita es muy baja y por inercia me acerco al fuego arrodillándome delante de este. Noto a Harry pensativo observándole y escucho pasos. Y entonces... El roce de una suave tela cubre mi espalda y suelto un suspiro entrando en calor.
-Gracias-suspiro-.
Harry se sienta a mi lado y mira pensativo al fuego. Cuando por fin dirijo mi mirada a el puedo ver reflejadas las llamas en sus ojos, como si estuvieran danzando en su interior.
-¿Sabes?-habla y su voz es ronca, tranquila pero a la vez sensual- tanto tiempo observándote y parece que no te conozco. Antes para mí eras la definición viva de maldad, seguridad y peligro. Pero ahora que te tengo eres débil, e incluso puedo divisar bondad en ti.
-Como si algo de lo que estás diciendo importara-ladro molesta-.
-Importa. Y joder, me gustaría que no-la noche cae a nuestro alrededor y me doy cuenta de que es siempre en horas nocturnas que Harry baja su coraza paranoica para explicarme algo de el- porque me cuesta hacer daño a esa debilidad. Cuando te apartaste en el coche como si tuvieras miedo de mi, algo dentro de mi se accionó y sentí... Sentí dolor y culpa...
-No hagas esto...-digo cansada de sus cambios bipolares y le miro, su mirada recorre cada centímetro de mí hasta llegar a mi lado inferior, dañado e hinchado. Veo el pánico recorrer su ser y eleva una mano hasta este. Me quedo quieta, inmóvil y siento su roce a la vez que el aire de la habitación se tensa.
-¿Conoces algún sentimiento que no sea sed de venganza,Harry? -digo en forma de reprochó apartándome de el-.
Su mandíbula se tensa y se levanta, desapareciendo de la estancia, dejándome sola.
Tal vez no debí decir eso pero el no debió de hacer muchas más. Vuelve, pero con algo en sus manos, comida china. Llevaba sin comer un día y necesitaba alimentarme.
Se sienta a mi lado de nuevo y me tiende la comida sin mirarme, su complexión es dura y decido que no es momento de decir nada. Así que me centro en comer, en silencio. Cuando terminamos me levanto y me dispongo a mirar los estantes hasta que encuentro una única foto que plasma una familia feliz. Dos padres abrazando a un pequeño Harry que me teletransporta al pasado.
🌪10 años atrás🌪
Subo las escaleras dejando el sótano y a Harry atrás. Escucho voces en el salon y me dirijo hacia ellas. Voy a intentar persuadir a mis padres de parar todo esto. Pero cuando llego a la habitación es cuando me doy cuenta de la atroz familia en la que he crecido hasta el momento. Los que supongo que son los padres de Harry están arrodillados con las bocas tapadas y con varias magulladuras ya adornandoles el rostro lleno de lágrimas.
-¿Papá, mamá...?
-Oh querida, has llegado en momento exacto. Todo está preparado. Solo tienes que disparar y todo habrá terminado-dice Chanel con un entusiasmo enfermizo-.
🌪Actualidad🌪
Sacudo la cabeza intentando deshacerme de esos horribles recuerdos y siento detrás de mí el cuerpo imponente de Harry.
-¿Acaso los recuerdas...?-pregunta y noto que su voz tiembla reprimiendo sentimientos-.
-Sí-titubeo y me tenso sin darme la vuelta-.
-Claro, tú les mataste-siento que se acerca con furia mientras me giro para encararle-.
-No fui yo...-digo dejando escapar una lagrima, revivir estos recuerdos que habían permanecido cerrados por tanto tiempo me dolía, me devastaba. Y si a mí me ocurría eso, no quiero imaginarme lo que sentía el-.
-¡Calla, maldita sea!-da un paso más y yo retrocedo hasta chocarme con el estante que tiembla tras mi impacto-.
-Da igual lo que te diga tú siempre pensarás lo que quieras-le encaro elevando la voz y le pega un golpe al armario de al lado de mi cabeza, demasiado cerca y pelea con su respiración en mi oído. Se que se ha dado cuenta de nuestra cercanía y se queda parado. Levanto mi mano hacia su mejilla y noto como sus músculos se relajan mientras suspira. Posa su mano en mi cadera y le miro a los ojos sorprendida.
-No sé qué estoy haciendo. El corazón me palpita tan rápido. Nunca había sentido algo parecido.
Levanto mi otra mano y la piso sobre su pecho y noto el repiqueteo contra la piel de mis dedos.
Mechones de su pelo caen sobre mi cabeza y los aparto quedando totalmente expuesta a él. No debería hacer esto, no debería sentir esto. Lo que sí debería hacer es correr, largarme de aquí. Dejar a alguien tan enfermizo como Harry.
Pero creo que estoy empezando a sentir algo por el Harry nocturno.
Y entonces sus aterciopelados labios sobre mi cuello, besándolo como si fuera la fuente que le da vida. Adorando mi piel y haciéndome a mi adorar su roce. Se siente tan sensual y máximo, echo la cabeza hacia atrás y noto como muerde la piel expuesta, suelto un gemido en respuesta y quiero besarlo tanto que me le tiro del pelo para mirarle y me adelanto. Pero en cuanto presiono mis labios sobre los suyos un dolor punzante aprisiona estos. Las heridas todavía son frescas y no puedo aguantarlo.
-Cierto, mi culpa-dice mirando hacia otro lado recomponiéndose- Creo que es mejor así. No nos conviene nada de esto. Nos odiamos ¿No? -ríe sin gracia y pasa sus manos por el pelo con tirando de este- Arriba hay una cama en la que puedes dormir. Supongo que yo me quedaré aquí.
-Harry podrías venir conmigo-digo sin pensarlo dos veces- ya sabes, no conozco el lugar.