- Louis -
El frío de la mañana empezó a despertarme poco a poco, cosquilleando las puntas de mis dedos y nariz, erizando el vello de mis brazos y nuca, estremeciendome por su fría caricia. La luz solar atravesaba mis párpados, blanca y potente.
Era viernes, un día aburrido y agotador de instituto, que horror, al primer periodo tenía matemáticas avanzadas.
Gruñí adormilado y desganado ante la idea de tener que levantar mi cuerpo del delicioso cobijo del colchón, gire mi cuerpo buscando comodidad, y de haber estado en mi cama podría haberme estirado por toda su anchura, pero pude corroborar que no estaba ella cuando mi cuerpo chocó estrepitosamente contra el duro suelo.
El dolor no fue tan intenso como se abría esperado, pero el hecho de haber caído dejó doliendo igualmente mi espalda. Abrí mis ojos con un gemido adolorido. ¿El techo de mi sala de estar?. Me senté con ayuda de mis brazos y me quede ahí confundido, un tanto aturdido. ¿No estaba durmiendo en mi habitación? Observe mi torso desnudo, el sillón con solo un cojín y ni una sabana. ¿Como es que había mantenido el calor en toda la noche helada? y lo mas importante, ¿Como es que había llegado hasta ahí? Me levante de la alfombra sentándome después en el sillón individual junto a la ventana. Aun seguía medio ido, parpadeaba repetidas veces para volver al mundo real ¿Que había pasado anoche?. El sol me llegaba directo a mi espalda y nuca, eso me agradaba, el calor que poco a poco se formaba en mi piel, era realmente agradable, la casa estaba en total silencio. Tantas preguntas rondaban por mi mente que no me di cuenta cuando mi madre bajaba las escaleras.
-. ¿Louis? ¿Que haces aquí? .- me miro interrogativa y extrañada. Llevaba puesta su bata blanca amarrada por su cintura, su pelo estaba tomado en un alto tomate desarreglado. Estaba pálida y con unas pronunciadas ojeras, era normal verla así. Fruncí el ceño, mire el suelo, solté un suspiro.
-. Creo que soy sonámbulo .- y ella me miro sin entender.
- Harry -
Luego de salir de la casa de mi casi violado vecino me dirigí a la mía, y valla que largo viaje fue -notece el sarcasmo-. No mas de diez pasos para que me encontrara en la entrada.
*Las ventajas de ser vecinos*, me fue imposible reprimir una sonrisa de ironía. Mas que una ventaja, era una tortura.
Subí los pequeños escalones de asfalto y busque mis llaves. No estaban en los bolsillos delanteros de mis jeans. Nervioso busque en los bolsillos traseros, tampoco estaban. No podía volver a esa casa a buscarlas, pero tampoco podía quedarme afuera así como así. Con pocas esperanzas metí la mano en el bolsillo de mi cazadora, sonreí con alivio, allí estaban. Introduje la llave de la puerta principal en la cerradura, al girarla esta cedió con un poco de fuerza aplicada por mi. Emitió un chirrido al abrirla, *Debo aceitar esas bisagras*. Cerré la puerta tras mi y observe los adentros de la casa. Apestaba a tabaco ya que tanto como mi madre como yo eramos fumadores compulsivos. Mi casa, al contrario de la de Louis, estaba completamente desordenada ya que mi madre pasaba todo el día trabajando en el hospital y tomando horas extras, y bueno... digamos que no era lo mio ocuparme de los deberes hogareños.
Rápidamente subí las escaleras y me dirigí a mi baño, allí saque una pastilla con la esperanza que al ingerirla me calma el horrible dolor de cabeza. Tome un poco de agua del lavamanos y la tome en seco. Me quede quieto unos momentos apoyado en la pared mirando el suelo, recordando... Él realmente era... hermoso...
*¿Hermoso? ¿Pero que mierda me pasa? El es un hombre*.
Tenia que enfriar mi cabeza. Me despoje de mis ropas y me introduje en la ducha, abrí la llave dejando que el agua fría recorriera mi cuerpo y lentamente esta empezara a tomar mayor temperatura relajando mis músculos. Me mantuve un largo rato ahí debajo del agua solo concentrándome en el sonido de las gotas chocar con mi cuerpo y el suelo de la ducha. No me importaba la hora, no era el mas puntual de los hombres y nunca lo seria. Corte la corriente y enrolle a mi cintura una toalla que estaba en el suelo. Me dirigí a mi cuarto, las sabanas de mi cama estaban totalmente desechas, ropa esparcida por todo el suelo y las cortinas abiertas permitiendo la entrada de los rayos del sol mañanero. Me acerque al mueble en donde usualmente guardaba mi ropa mas limpia, la cual era poca. Jeans oscuros y desgastados, polera blanca con un cuello pronunciado dejando ver mi pecho y el collar que siempre llevaba, chaqueta negra de cuero, mis siempre fieles botines negros. Un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal, sentía en mi el peso de una ferviente mirada, y al girar mi cabeza hacia la ventana pude ver a Louis en su habitación en la casa contigua a la mía. Sus ojos azules se abrieron con sorpresa y rápidamente desvió la mirada. Salio de mi vista y a los pocos segundos vi como salía de su hogar caminando con el ceño fruncido. Un horrible sentimiento de culpa y remordimiento me ataco...
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-. ¿Por qué Él? .- {Larry Stylinson}
Fanfiction-. "Puede mi infierno ser mucho mas fiel que tu cielo" .- -. "Él te eligió a ti, ¿a que le temes tanto? .- "En las profundas cavernas de la mente aun se esconden los monstruos que nos devoran." *Todo esta bien entre ustedes, Louis no es el problem...