Capitulo 8. Como perro y gata

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Venus: Zerci gif de Cindy :3 Nueva introducción (cambiada).

Polux: Eso es todo

Ahí les va.

Polux&Venus

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∆†"A veces un brillante sol anuncia nubes negras"†∆

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- Louis -

* Me duele el cerebelo ... No, espera ... ¿Como mierda se decía? ... Celebelo ... Cebrelo ... ¿Cerelo? ... No, así no ... ¡Aghhh! Mierda ¿¡Quien hace tanto ruido?! *

Una jodida mosca volaba por la habitación, zumbando como si fuera su propia casa. ¿Quien se creía para hacer semejante ruido? ¿La reina de Inglaterra?

El perro del vecino no paraba de ladrar. ¿Es que acaso estaba en celo?

Puta madre.

La puerta principal se escucho abrirse a la lejanía, las bisagras rechinaron y mi cabeza comenzó a doler como mil infiernos.

Los pájaros cantaban y lo único que quería era tirarles un balazo.

*Duele...*, pensé soltando un pequeño gemido lastimero.

Con lentitud y con el ceño fruncido despegue mi cara de la almohada, pude sentir el hilo de saliva pegarse a mi mejilla pegajosa, seguramente la tela parecía una esponja llena de baba. Mi cuerpo estaba extendido tal cual estrella de mar, mi pie aprisionado entre las sabanas, un brazo muerto a un costado mio y el otro adormecido bajo el objeto mojado por mis fluidos bucales. Sentía cada uno de mis músculos pesar y el agotamiento de todos los años de mi vida en ellos. Despegue mis párpados de las múltiples lagañas, abriendo lentamente los ojos, al hacerlo la luz me cego, taladrándome las pupilas. Gemí otra vez e intente girar unos centímetros mi cabeza, el cuello me crujió y pude notar un doloroso calambre en el muslo de una de mis piernas, estaba tan desorientado que no se cual era exactamente.

A lo lejos se escucho unos tacones rosar con la madera y como la puerta de la habitación de mi madre se abrió.

Agarre una almohada cualquiera con el objetivo de colocármela en la cabeza. Lo hice y gruñi por lo bajo. Quería que todos se murieran para que dejaran de hacer tanto ruido.

Me levante solo unos centímetros con la ayuda de mis manos e inmediatamente mi espalda crujió al igual que mis hombros. Suspire, mas bien, solté otro gruñido gutural. Frote mi cara, intentando abrir de nuevo los ojos pero la luz parecía rayos lacers que me penetraban las pupilas. Apreté los párpados y con varios sonidos de dolor y sufrimiento salí de la cama, comenzando a caminar a ciegas buscando las cortinas. Me tropecé con unos zapatos o algo por el estilo, los cuales rasparon la alfombra y al moverme tan bruscamente todo empezó a dar vueltas dentro de mi mente. Mis extremidades pesaban como plomo. Mis manos tocaron la suavidad de mi objetivo y cerré de una puñetera vez las cortinas. Me quede unos segundos en esa posición. Mis sienes palpitaban y quería gritarle al vecino o lanzarle uno de esos mismos zapatos al hocico del puto chihuahua.

Gruñi nuevamente.

Después, con un poco mas de confianza y con el desgraciado sol no molestandome mas, abrí los ojos y observe mi habitación. Unos botines negros estaban en el camino que había recorrido, una chaqueta de cuero en el respaldo de la silla de mi escritorio. Había un desastre con varios billetes en mi mesita de noche. Una tasa vacía pero con un poco de café en el fondo, reposaba en la madera, quieta y aguardando a que la lavaran. Una toalla mojada se encontraba en el piso, mi cama era un total desastre y sentía un ligero olor a cigarro en el aire, pero dudaba si era el lugar o las ropas negras y desgarradas de la esquina. Solo puedo preguntarme una cosa.

-. ¿Por qué Él? .- {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora