-. ¿Por qué Él? .- {Larry Stylinson}

Capitulo 6. Una visita

Venus: Si se que antes dijimos que se llamaría "Visitas" XD pero bueeeeno. Ahí les va :3

Polux: Disfrútenlo (decidimos hacer los capítulos mas cortos para dejarl@s con intriga y no sea tan tedioso)

+++++++++++++++++++++++++++++++

- Harry -

*Hoy es viernes.

Un típico día de fiestas. Un día de barcos y putas, de emborracharse hasta el coma etílico y drogarme hasta por el culo con sustancias que no estoy seguro si son legales. Un día en el que no hago nada mas que divertirme. Ligar con chicas, necesitadas sexuales con escotes pronunciados, minifaldas apretadas y maquillaje barato. Tomo cualquier cosa que tenga alcohol, fumo hasta que mis pulmones estén negros, me drogo sin control, bailo como loco y despierto al día siguiente con suerte sabiendo mi propio nombre, además, con una mujer desnuda a mi lado y algunos pares de condones usados y repartidos por todo el suelo.

Hoy es viernes...

Y aquí estoy yo...

Haciendo tostaditas con mermelada...*

Saque las tostadas ya doradas del tostador rojo que se encontraba encima del mueblo de la cocina de Louis y Emma. Pasándolas de una mano a otra para no quemarme las puse en un plato.

*¿Que mierda estoy haciendo con mi puta vida?*

Suspire pesadamente. Ya había pasado la primera semana de vacaciones de invierno, y he estado confinado a la casa de Louis.

El jueves para mi suerte paso volando. Louis durmió todo el día recuperándose, yo por mi parte me mantenía en la sala de estar viendo televisión y subiendo a la habitación del oji-azul solo para traerle alimento y agua, lo cual tomo como loco.

No he salido ni con Christopher, ni Michael en estos días, y que hablar de salir a fiestas. No he tomado, no he fumado, no he tenido sexo y no me he drogado. Todo por la promesa que le había hecho a Louis, solo que lo ultimo él no estaba al tanto que lo hacia, por lo que seguía libre de poder ingerir lo que se me diera la puta gana por el momento, pero simplemente, no tenia ánimos de hacerlo... Sentía que no lo necesitaba.

"El gran Harry Styles" había pasado de ser un lobo salvaje, a un perro domestico atado a una cadena, y eso, realmente, ya me estaba reventando las pelotas.

Unte enojado la mermelada de frambuesa sobre el pan, serví jugo de naranja en un vaso y espere a que el agua hirviera para poder prepararme un café.

Me apoye en la encimera y saque mi celular del bolsillo de mis desgastados jeans. Al tocar un botón el teléfono se ilumino y pude ver mi fondo de pantalla. Ahí, con unos colores anaranjados y rosáceos por los rayos del amanecer, estaba Louis. Sus largas y delgadas pestañas cafés cayendo en sus mejillas levemente sonrojadas, sus rosados labios entreabiertos, sus ojos cerrados impidiendo ver el hermoso color que sus iris poseían, sus cabellos estaban rebeldemente desordenados, sus mechones cafés y castaños claros esparcidos por la almohada, cubierto por blancas sabanas y una camisa azul marino. Los primeros rayos del sol le llagaban a la cara iluminando su hermoso rostro relajado, haciendo de la escena una perfecta obra de arte. Me fue imposible no sacarle una foto solo hace unos momentos. Sonreí con cansancio, no había dormido en toda la noche, por estar preocupado de su salud y, obviamente, por la cercanía de su cuerpo.

Era increíble como el chico era jodidamente hermoso, incluso dormido.

Me molestaba en sobremanera que me sintiera atraído hacia él, nunca me había pasado algo como esto. Sentir cariño hacia alguien...

Para mi, eso a lo que llaman amor, eran puras estupideces, un irreal cuento de hadas. ¿Como podía creer en el amor?, cuando pase toda mi infancia con una madre de inestabilidad sicológica y sentimental, sin olvidar a un padre ausente que las pocas veces que estaba en casa y no estuviera "trabajando", ya que en verdad solo se ponía a hablar con todos los putos vecinos de la calle, a eso no se le podía llamar trabajo. Cuando no estaba vagabundeando por ahí, no hacia nada mas que ignorar a mi madre, la supuesta mujer que estaba enamorado. Le importaba un culo que cada noche que él pasaba fuera de casa ella trajera a otro hombre, cada vez uno diferente para pasar la noche.