Cielo gris.

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Tres días después...

Me había sentido extraña, cada que salía de la escuela e iba hacia mi trabajo Me sentía observada.

En el transcurso de los días no había tenido contacto con Akashi, sólo un par de mensajes para saber si no me faltaba nada, además de mi padre quién pensaba que aún estaba en casa de la familia Akashi.

Cada vez me sentía peor, no podía arreglar las cosas, y lo peor de todo es que ya se me estaba empezando a olvidar la razón por la que nos estábamos distanciando.

Había escuchado sobre las chicas que me habían acorralado detrás de la escuela, la que parecía ser la líder, la que exageraba  con el maquillaje y que se había puesto un tinte exageradamente amarillo, cosa que aún no entendía como es que aún no le decían nada en la escuela. Ella era una de las más conflictivas, al parecer tenía ciertos contactos con personas importantes, tal vez era por eso que seguía ahí.

  - ¿Entonces, no piensan arreglar las cosas?-  estaba en la azotea con Mayuzumi-san.

  - Es sólo que no se ha dado la oportunidad, yo quiero estar como antes, donde hablábamos, creo que fue estúpido-

  - Si que lo fue, pero también lo fuiste tu, ambos son estúpidos, ¿como es posible que se ayan distanciado por un niño estúpido?-

  - No es tan fácil, sabes mejor que nadie que cuando Akashi se enoja es difícil poder entablar una conversación- 

Mire hacia el cielo, estaba empezando a nublarse, tal vez lloviera. Una tormenta se avecinaba, no traía paragüas.

  - Lo se, se como es, pero con mayor razón se que tu puedes ser la única la cual apasigue la bestia que es- sonrío un poco, a veces su sentido del humor era macabro.

  - Mayuzumi...- lo mire recriminatoriamente.

  - Lo siento, pero sabes que en el fondo es verdad- me sonrío.

Negué suavemente y reí un poco, ¿hace cuanto que no reía? Había perdido la cuenta, tal vez un par de días o una semana, no lo se.

Me sentía cómoda hablando con Mayuzumi, a pesar de que era mayor que yo me sentía cómoda, tal vez sea esa similitud que tenía con Kuroko que me hacía sentir relajada.

  - ¿Hoy trabajas también?- Me pregunto. 

Le había contado sobre mi trabajo también, era agradable tener con quien hablar y desahogarme aunque sea un poco.

  - Si, mañana será mi último día ya que la dueña saldrá de viaje, me dará una semana libre-

  - Ya veo- le dio un sorbo al jugo que tenía en la mano.

Lo mire mejor, su cabello había crecido un poco, sus ojos seguían siendo iguales a los de siempre además de su semblante que decía que no le importaba nada.

Suspire, ahora mismo deseaba tener a mi lado a la persona que amo y que por cosa de su orgullo ahora mismo estábamos distantes.

Salí de la escuela para dirigirme a mi trabajo, en el transcurso del camino sentía de nuevo esa presencia. Alguien me seguía.

A pesar de que miraba hacia todas partes no lograba ver quien era. Se escondía muy bien.

Algo tenía que hacer sino, esto jamás terminaría.

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Bueno me van a matar lo se. Pero el capítulo era corto desde el principio ya que así lo necesito. Es necesario. Besos y mil gracias por sus lecturas.

Una pregunta ¿A quien le gusta Dazai Osamu?  Bueno, tengo una historia nueva de èl. Hermoso y peligroso.

Ahora si me despido.

Mi emperador. (Akashi Seijuro ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora