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6:30 am

Tomé una ducha de 20 minutos las cuales disfruté como nunca, después decidí vestirme con unos botines de tacón grises, pantalón negro tiro alto, una blusa blanca y una chaqueta de jean. Quería verme formal pero a la vez quería demostrar que era joven y no una vieja amargada.

Salí de mi departamento con el tiempo justo para llegar a mi primer día y debo admitir que estaba ansiosa por saber a lo que me enfrentaría. Llegué al estacionamiento 20 minutos antes de que el primer timbre sonara y me dirigí a la oficina del director, no tuve que hablarle a la secretaria porque me encontré al señor Queen hablando por teléfono en el pasillo.

-Está bien señora Jauregui, yo me encargaré de que su hija deje de llegar con tatuajes a su casa... Que tenga buen día. _colgó su teléfono y me miró algo sorprendido. -Veo que es puntual señorita Cabello.

-Es mejor esperar a que te esperen ¿no? _acepté la mano que él me había extendido y recibí una amplia sonrisa de su parte.

-Entremos a mi oficina para hablar de sus horarios. _me dejó pasar primero y me hice en el mismo lugar de ayer. -Creo que no quise mencionarle su trabajo más importante porque debo admitir que temí que no aceptara el trabajo. _comentó con algo de miedo.

-¿A qué se refiere con mi verdadero trabajo?

El señor Queen me miró apenado y pasó una mano por su rostro.

-Todas las personas que han conseguido el puesto renuncian a los dos días... Bueno porque... Deben darle clase a los de último año.

-¿Los de último año?

-Tenemos un grupo... Especial. Son algo difíciles, muy difíciles en realidad. Van en último año y la mayoría de los maestros no quieren darles clase. _explicó aún con algo de pena y yo asentí algo pensativa.

-¿Qué le hace pensar que voy a renunciar por eso? _dije firme ganándome una mirada de sorpresa de su parte.

-¿Ah no?

-No. Señor Queen...

-Dime Patrick, el señor Queen me recuerda a mi padre.

-De acuerdo Patrick. Yo no soy de las personas que renuncian a la primera oportunidad que tienen, y déjeme asegurarle que no voy a renunciar como lo hicieron los demás. _aseguré con firmeza total y Patrick volvió a sonreírme.

-Eres una chica especial, Camila. Confío en que será como has dicho. _Patrick sacó una hoja de papel con mis horarios impresos.

El día de hoy tenía a la primera hora con los chicos de quinto año. La materia que yo daba solamente debería darse una vez a la semana para cada grado, pero extrañamente daba tres días a la semana a los chicos de quinto.

-La mayoría de los maestros no pidieron verlos una vez a la semana. _explicó al ver mi rostro extrañado. -Escucha Camila, si no quieres hacerlo yo...

Coloqué una de mis manos sobre las suyas para que se tranquilizara.

-Recuerda lo que te dije Patrick. Aunque solo tengo una duda.

-Dime lo que sea.

-¿Por qué no expulsa a estos alumnos si nadie quiere darles clases?

-Ellos no me han dado motivos suficientes para expulsarlos, además... Se que ellos pueden hacerlo, ellos son especiales.

Patrick tenía un brillo en los ojos cuando terminó de hablar, un brillo que me hizo entender lo mucho que apreciaba a esos chicos.

-Haré todo lo que esté en mis manos.

Paradise (CAMILA CABELLO Y TÚ) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora