¡Estaba tan cómodo!
Jamás, en mis casi 30 años de vida, había dormido tan plácidamente como hoy.
Sonreí, recibiendo gustoso ese aroma. Era...como jazmín, cedro y menta... Bueno, no tenía idea. Sólo sabía que me encantaba, aunque mi adormilada mente me decía que ya lo había percibido antes en otro lugar, o...en alguien.
Apreté le agarré sobre la almohada, pero fruncí el ceño al notarla dura y firme, y no blanda igual que siempre.
Entonces comencé a esclarecer los sentidos.
Me percaté de un fuerte agarre sobre mi cintura y una respiración en mi frente. Palpé un poco más y me di cuenta que definitivamente eso no era una almohada. Abrí los ojos de golpe, encontrándome con el rostro perfecto de Cronos, que me miraba con los ojos achocolatados y una sonrisa ligera.
-Buen día, mi amor...- murmuró.
Lancé un grito ensordecedor, impactado por lo que se presentaba ante mí. Cronos comenzó a gritar también, notablemente asustado y preocupado. Fue una reacción ante lo histérico que me estaba mostrando, estaba seguro.
-¡¿QUE DIABLOS HACES AQUÍ?!- grité, cubriéndome con las sábanas y arrastrándome por la cama, lejos de él.
-¡¿Qué?!- esta a perplejo.
-¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!- repetí, mientras le arrojaba las almohadas, pero él era más ágil y las esquivó sin problema mientras se ponía de pie.
-¿Ji Yong?- frunció el ceño, mientras sus ojos se ponían verdes, de lo nervioso que estaba -¡Tú mismo me pediste que me quedara!- dijo.
-¡¿Yo?!- me cubrí aún más con las sábanas, aunque era ridículo, considerando que estaba totalmente vestido -¡Jamás te pediría una cosa como esa!- negué, asustado. Me miró fijamente, estudiándome con su ceño aún fruncido.
-Ji Yong, no me vas a salir ahora con que tienes lagunas mentales, ¿verdad?- se cruzó de brazos. Él también conservaba el mismo traje de ayer. Lo fulminé con la mirada.
-¡LARGATE DE AQUÍ!- le grité, comenzando a empujarlo hacia la puerta.
-¡Espera! Querido, sucede que tú...
-¡No soy tu querido!- le espeté, mientras cerraba la puerta.
Me senté a mitad de la cama y traté de recordar lo que había pasado anoche. Veamos, salimos de Natura Domi, atravesamos el portal, me llegó el cansancio repentino... ¿y después?
Me quité las sábanas de encima por primera vez desde que desperté y miré mis ropas. Aún llevaba puesto lo mismo del día anterior, y ni siquiera me había quitado los converse. En cuanto a Cronos... Tenía puesto el mismo traje azul oscuro, a excepción del saco, la corbata, y las mangas de su camisa que estaban a mitad de los brazos.
¿Y si no había mentido? Es decir, sus ojos no estaban magentas, sólo verdes, mostrando su nerviosismo. Sacudí la cabeza y me dirigí a la ducha.
POV. CRONOS:
Algo extraño pasaba con ese muchacho.
¿Cómo no podía recordarlo?
Incluso después de haberme pedido que me quedara, intenté deslizarme fuera de la cama a media noche, pero el apretó el agarre en mi cuello y envolvió sus piernas con las mías, de modo que me fue prácticamente imposible moverme o dormir.
Aunque, ¿quién querría dormir con Ji Yong a un lado? Es precioso... Sus labios entreabiertos al dormir, los balbuceos que lanzaba de vez en cuando, su frente cubierta por los cabellos rubios que caían agraciadamente sobre ella. ¡Simplemente una escena digna de ver!
-¿Cronos?- Youngbae me sacó de mis pensamientos mientras caminaba sin rumbo fijo por la mansión -¿Estás bien?- ladeó la cabeza.
-Claro, todo en orden.
-¿Estás seguro? Aún llevas el traje de ayer- y me miró de pies a cabeza. Sacudí la cabeza.
-Seguro. No es nada. Es que Ji Yong anoche comenzó a ser algo necio...y no me quedó más remedio que dormir con él- estaba divagando otra vez... Desvié los ojos a un cuadro cercano, analizando el marco como si fuera algo interesantísimo -¿Será que no recuerda que pasó anoche?- y toqué mi barbilla, pensativo.
-¡¿Qué?!- Youngbae tenía los ojos abiertos como platos y la boca abierta -¡Tú...! ¡Oh, no me digas que ustedes...! Digo, no es que no esté bien. De todas maneras, ya estaba bastante entrada la noche y es el momento adecuado para...- de repente señaló mis ropas, incrédulo – ¡Wow! Pero es que anoche él lucía tan agotado... No me creo que él haya podido aguantar... Tú sabes...
Fruncí el ceño, confundido. Ladeé la cabeza, me llevé las manos a los bolsillos del pantalón y entrecerré los ojos, analizando lo que trataba de decirme. Eché una mirada a mi traje y todo hizo click en mi cabeza. Mi ropa desaliñada, mi cabello desordenado, el haber mencionado la noche y a Ji Yong...
-¡OH!- grité sonrojado, retrocediendo un paso -¡¿CÓMO TE ATREVES?!- ¿Era yo? ¿O de repente hacía mucho calor? -¡Claro que no! ¡Mi Ji Yong es tan puro...!
-¿Tu Ji Yong?- me interrumpió Youngbae, sonriendo pícaramente y alzando una ceja.
-¡No vuelvas a insinuar una cosa como esa!- lo apunté con el dedo, tratando de lucir amenazante, lo que, gracias al cielo, funcionó, pues asintió efusivamente -¿Qué no tienes nada qué hacer? ¡Ve a reparar un reloj o yo que sé!- volvió a afirmar y se encaminó por el pasillo.
-Y Taeyang...- lo llamé. El aludido me miró -No necesito que sea de noche para hacer ese tipo de cosas- sonreí con suficiencia al verlo estupefacto –Que MI Ji Yong desayune bien y vaya a estudiar después.
-Ummm...yo... C-Claro, Cronos- asintió, aún perplejo.
Me dirigí al estudio con una sonrisa bobalicona en los labios y cerré las puertas tras de mí. De un chasquido hice aparecer mi bastón a mi lado y cambié mi traje por uno limpio y nuevo, esta vez, negro.
Tomé asiento frente a un cuadro en blanco y reuní las pinturas suficientes para comenzar, colocándome los guantes.
El recuerdo de Ji Yong durmiendo a media noche entre mis brazos se hizo presente en mi mente al instante, como una fotografía. Plasmé sin problema la imagen, pintando con sumo cuidado cada parte de él, como ya tantas veces lo había hecho antes.
Tocaron a la puerta cuando me encontraba a mitad de mi trabajo. Eché una nube azul sobre el cuadro, de manera que no importaba quien lo mirara, solo verían lo que yo quisiera que vieran.
Sí. Desde que Ji Yong casi descubre mi dibujo sobre él aquella mañana, dejo la puerta bajo llave y lanzo este tipo de hechizos.
-Adelante- dije, mientras que con un ademán abría las puertas.
-Umm... ¿Hola?- preguntó, mirando a todos lados.
-Estoy aquí- y fijó su vista al fondo del lugar, donde estaba yo –Acércate, Ji Yong- le sonreí.
Caminó hasta mí y se posicioné a mi lado, contemplando la pintura.
-¡Wow!
-¿No es bellísimo?- dije, mirando con ternura mi trabajo.
-Lo es. Nunca había visto a Nueva York de esa manera- lancé una risita y asentí.
-Supongo que sí- dejé los pinceles de lado y me moví en el banquillo, de modo que le encaraba -¿Qué sucede?
-Yo...- carraspeó –Quiero pedirte una disculpa. A pesar de que no recuerdo muy bien que sucedió anoche, sé que no harías nada malo conmigo y que...- suspiró –Que no serías capaz de hacerme daño u obligarme a algo.
La imagen de un Ji Yong retorciéndose entre las sábanas conmigo encima de él se impactó en mi cabeza. Lo imaginé sonrojado, sudoroso, con el cabello esparcido en la almohada mientras me sujetaba fuertemente por la espalda y jadeaba.
-¿Obli...garte a...algo?- tartamudeé. Me miró por encima de sus largas pestañas negras y asintió suavemente mientras se le coloreaban las mejillas.
Sacudí la cabeza firmemente y me di la vuelta, comenzando a tomar cosas al azar y fingir que las ordenaba.
-No digas cosas así, por favor- supliqué. Desplazando esas ideas ridículas e indecentes de mi cabeza. ¿Desde cuándo era yo así? ¿Qué acaso no me comportaba siempre con rectitud y elegancia? ¿Porqué repentinamente pensaba en...?
Ah, espera.
¡Youngbae! ¡Te mataría de no estar tan avergonzado como para decirte la razón para hacerlo!
-No te enfades conmigo, es sólo que me asusté. Estabas ahí, a mi lado, abrazándome por la cintura, y...
-¡Ji Yong!- lo interrumpí, colocando ambas manos en sus hombros –Todo eso quedó olvidado. No te preocupes por ello en lo absoluto. De hecho, ¿porqué no subes y te pones algo cómodo?- comencé a conducirlo a la puerta –Hoy daremos un paseo tu y yo a un lugar que no has visto antes.
-¿De verdad?- sus ojos brillaron por la emoción.
-¡Sí! Pero debes ir pronto a alistarte, después nos veremos en el jardín y te llevaré. ¡Anda! Te veré en un rato- y cerré la puerta.
Me recargué en ella y solté un suspiro, aliviado. Cerré los ojos con fuerza y caminé hasta un banco para relajarme y pensar con calma.
"Yo soy el Padre Tiempo... ¡Eres el Padre Tiempo! Siempre, durante todos estos siglos, te has comportado con clase, decencia y elegancia. Esta vez no va a ser la excepción" me dije. Me lo repetí un montón de veces hasta que me relajé y mi mente estaba despejada.
-Bien... No pasa nada. Ya fue suficiente de esos pensamientos ridículos. Voy a respetar a ese chico y no le pondré un dedo encima fuera de lo normal- asentí, decidido –Ahora, debo llevarlo a algún lugar, porque me he inventado eso del paseo y no tengo nada planeado...
POV. JI YONG:
Eufórico, escogí algo de entre mi ropa para ir a dar el paseo. Me puse unos jeans negros, una playera amarilla y mi gorra roja.
Casi dando saltitos, bajé las escaleras y me encaminé por el jardín. Me encontré a mitad del pasillo histórico a los guardianes.
-Señor Ji Yong, ¿a dónde se dirige con tanta efusividad?- me sonrió enormemente Daesung.
-¡Seung y yo daremos un paseo!
-Seung... No sabía que ustedes se trataban con tanta familiaridad- dijo Taeyang -¿Cuándo comenzaste a llamarlo así? ¿Anoche?
-¿Qué?- ladeé la cabeza, confundido. Daesung le propinó un buen codazo en el estómago y él se dobló del dolor.
-¡Tonterías! No le haga mucho caso a Youngbae. Dígame, ¿necesita algo para ese paseo? Tal vez agua, alguna sombrilla...
-Un tanque de oxígeno, porque golpeas como el diablo...- se quejó Tae.
-Gracias, he estado entrenando bastante- le sonrió con satisfacción.
-Ummm...- medité –No sé si vayamos muy lejos.
-No, no muy lejos. Será cosa de una tarde- intervino Seung, apareciendo por el pasillo. Lo miré sorprendido. Llevaba el flequillo cayéndole en la frente, unos pantalones rojos, una camisa blanca y unas gafas oscuras.
-¡Oh...! Es la primera vez que te veo con colores que no sean azul o negro, ¡y sin trajes!- dije. Me regaló una de sus deslumbrantes sonrisas.
-Es una ocasión especial- rió. Tomó su bastón y se lo entregó a Daesung –Llévalo por favor a la Sala Conmemorativa, y no vengan a menos que los necesite.
Después comenzó a andar hacia la puerta principal y entre sorprendido y contento, lo seguí.
-¿A dónde vamos?- pregunté, sonriendo ampliamente.
-Al antiguo paraje- respondió, entrelazando sus dedos con los míos -Es un lugar que todos conocemos, pero que es habitado por nadie.
No me quejé cuando paso mi mano por alrededor de su brazo y echamos a andar. Me sentía muy feliz por al fin compartir tiempo como dos personas normales, sin etiquetas.
Atravesamos el jardín, llegando a los rincones de éste, que jamás había explorado. Comencé a escuchar una cascada, y en efecto, luego de pasar unos arbustos más, allí estaba.
-¡Es preciosa!- grité, por encima del ruido.
-Me alegra escucharlo, porque vas a atravesarla- me giré perplejo y me lo encontré soltando una carcajada -No te preocupes, vienes conmigo. Nada malo puede pasarte.
Nos dirigimos hasta la cascada y cuando estuvimos lo bastante cerca, puse una mano por la corriente de agua. Me sorprendí al sentirla cálida. Cronos me miró con los ojos marrones y me tomó de la mano mientras pasábamos por debajo de ella
Me encogí, esperando sentir el agua en mi cuerpo, pero estábamos completamente secos. Al abrir los ojos noté que ahora estábamos en una pequeña cueva. Al caminar un poco más vislumbré una luz. Cronos sostenía mi mano fuertemente y caminaba con seguridad, muestra de que había estado aquí muchas veces antes
Fui paciente y como recompensa obtuve un paisaje maravilloso.
Había un campo enorme y grandes montañas cubiertas de un verde césped. El sol estaba en su punto máximo y habia unas cuantas nubes que brindaban un cielo azul bellísimo. No resistí más, y soltándome del agarre de Cronos, eché a correr por todo el lugar, extendiendo los brazos y aspirando el aire puro. Giré sobre mis propios pies, dando vueltas sin parar, o al menos, hasta que unos brazos fuertes me atraparon.
Reí y lo abracé.
-Seung... ¡Este lugar es precioso!- reí, y el me acompañó en las carcajadas.
Después de mucho reír y saltar, me tomó de la mano y anduvimos tranquilamente, disfrutando del hermoso lugar. Me sentí tan feliz, que me dieron ganas de cantar. Y no me resistí.
-"Cada vez que me acerco a ti siento como que estoy soñando. Involuntariamente, miro el cielo. Se ve similar a cuando sonríes. Específicamente tu deslumbrante sonrisa, bebé...".
Seung aplaudió y yo reí, sonrojado.
-No me habías dicho que cantabas tan bien- y por la forma en que me miró se me aceleró el corazón.
-Solo lo hago en la ducha- bromeé, ganándome otra de sus carcajadas. Creo que jamás lo había escuchado reír tanto como hoy.
Caminamos otro poco.
-¿Y tú? ¿Qué otras cosas haces que no me has dicho?
-Nada fuera de lo común. Solo dibujo y pinto en mis ratos libres ó cuando tengo la obligación de hacerlo. Aunque siempre resulta relajante, me ayuda a pensar.
-¿Y eso es todo?
-¿Qué dices?- fingió ofenderse -¡Soy el Padre Tiempo! ¿Necesitas más?- reí encantado y asentí.
-¡Ay, vamos! Tiene que haber alguna otra cosa... Algo que nadie sabe o que no haces tan seguido.
-Hmm...- meditó -Hay algo que no hago con regularidad, porque no me gusta...
-¡Quiero saber que es! Sea lo que sea, dímelo- pedí, tomando sus manos con fuerza. Iba a negarse pero hice un puchero y cedió.
Se aclaró la garganta.
-"Me estoy poniendo ansioso. Todos los niños pequeños vayan a la esquina. Soy el sommelier quien va a cambiar tu gusto. Sopla en ella cuando haga calor. Voy a tirar esto en ti, inclina tu cabeza en señal de agradecimiento, ¡hurra!. Hey señor y hermana, soy TOP, el real esta llegando".
Me miró, sonrojado.
-¡Rapeas!- reí encantado, aplaudiendo como loco.
-No, no lo hago- negó -Por favor no le digas a nadie. Ni siquiera Deméter lo sabe, me da vergüenza.
-¡Pero si eres muy bueno!- lo adulé, pero me detuve en seco -¿Eso significa que soy el primero en escucharte?
Asintió y se acercó lentamente.
-Solo contigo podría tomar valor para hacerlo- acarició mi mejilla -Esto y muchas cosas más.
Incliné mi cabeza hacia su mano involuntariamente, disfrutando su toque. Lo miré.
-Tus ojos son marrones- murmuré t el río dulcemente.
-Recientemente han adquirido ese color, ¿verdad?- me miró con un poco de picardía. Asentí, sonriendo -Sí. A mi también me sorprendió cuando me di cuenta, pero es de la forma en que me haces sentir cuando estás cerca. De la única manera en que solo tú puedes y nadie más logrará- besó mi frente.
-¿Y qué significa?
-Bueno...- pero fue interrumpido por una explosión.
Caí al suelo, desorientado y confundido. Traté de levantarme pero el zumbido en mis oídos me aturdía.
-Seung...- lo llamé -Seung, por favor... ¿Dónde estás?- había una nube gris contaminando el ambiente. Tambaleante, me puse de pie y parpadeé varias veces para aclarar mi visión.
Una criatura peluda y café estaba frente a mí. Sus ojos eran grandes y verdes, con dientes y colmillos grandes, de donde salía un líquido negro que chorreaba, y al caer al césped, se quemaba.
-¡Largo!- grité, asustado. El animal, o lo que fuera, se abalanzó hacia mi con sus garras, tratando de arañarme.
Caímos al suelo y comenzamos a rodar. Forcejeando le di una patada en la cabeza y comencé a arrastrarme lejos, pero me atrapó de los pies y de un movimiento simple me atrajo hacia él.
Ente en pánico al tenerlo asi de cerca, con sus enorme ojos mirándome fijamente. Su baba estaba a punto de caerme en la cara, pero fui más rápido y lo golpeé.
Suspiré aliviado cuando cayó lejos y no se movió, pero luego me puse pálido cuando 10 más de esas cosas llegaron al instante.
-Okay...eso está mal- murmuré, aterrado. Pronto todos ellos comenzaron a correr hacia mi y cerré los ojos, aguardando a que me atacaran.
Gracias al cielo, Daesung apareció frente a mí. Llevaba una espada dorada y brillante en la mano. Jamás lo había visto así de serio, pero ahora tenía esa oportunidad al verlo responder al ataque.
-¡Señor Ji Yong! ¿Está bien?- me miró y asentí efusivamente -Vaya con el señor Cronos, nosotros nos haremos cargo.
Rápidamente me puse de pie y comencé a mirar a todos lados. La nube gros seguía esparcida en el aire, impidiéndome ver correctamente. Aun así, seguí buscando.
-¡Ji Yong!- Youngbae tenía una espada idéntica en la mano y peleaba contra esas cosas. La manera en que ambos guardianes manejaban la espada y se movían para esquivar ataques me daba a entender que estaban perfectamente entrenados.
-Tae... ¿Qué hago?- estaba aterrado y no sabía que hacer. Antes de que pudiera contestarme, una luz azul inmensa provino de mis espaldas, alejando todo rastro de nube gris del campo.
Cronos estaba de pie a unos metros de mí, con un elegante traje negro y el bastón en mano. Caminó unos pocos pasos, con la barbilla alzada y ese garbo de siempre.
-¿Estás bien?- preguntó cuando estuvo a mi lado. Yo estaba tan sorprendido que solo pude asentir.
-¡Mira nada más a quién tenemos aquí!- una figura alta apareció entre las cosas color café. Su piel era gris y parecía hecha de roca, tenía dientes grandes que sobresalían de su boca y ojos saltones amarillos, además de que sus piernas estaban envueltas en serpientes -Tanto tiempo sin verlo, Padre Tiempo- dijo, con sarcasmo.
Todos los animales comenzaron a arremolinarse detrás de ella, comenzando a balbucear y decir cosas sin sentido. Solo repetían palabras como "Padre Tiempo", "Atacar", "Morder", "Matar". Fue en ese momento que me di cuenta que no debían ser muy consientes de lo que hacían.
Eché una mirada a mis lados, notando a Daesung y Youngbae en guardia, pero sus rostros estaban pálidos y lucían preocupados. En cambio, Cronos apretaba los dientes y tenía los ojos rojos, aunque me era difícil saberlo, porque trataba de ocultarme tras su espalda.
-¿Qué haces aquí? ¿A qué has venido?- le espetó.
-¿Es esa la manera de recibir a las visitas? ¡Vamos, señor Cronos! ¿No es usted la imagen viva de los modales y elegancia?- las criaturas detrás de ella comenzaron a reír y pronunciaron palabras sueltas otra vez.
-No me hagas repetirte la pregunta, Campe. Sabes muy bien que ustedes no están en las mejores condiciones con los superiores- le respondió Cronos, con enfado. Ella soltó una carcajada.
-Mi señor Perses... Él se ha enterado que la Madre Naturaleza y usted han tenido una reciente adquisición, ¿no es verdad? Incluso mi señor se ha estado hablando entre sueños a su..."Preceptor"- rió. Di un salto en mi lugar.
-¿Quién es Perses?- pregunté, pero me maldije al instante porque ella posó sus ojos en mí.
-¡Pero si esta acompañándonos ahora mismo! ¡El nuevo Preceptor!- me escudriñó con la mirada y me estremecí -Oh, el señor Perses me va a recompensar tan bien cuando me deshaga de ti.
Retrocedí un paso, asustado. De pronto el cielo se cubrió por espesas nubes negras y truenos se escucharon. Un rayo cruzó el cielo y se dirigió justo a las manos de Campe, quien me miró con ira y maldad.
-Esto va a doler- tragué saliva, y justo como esperaba, el rayo me dio justo en el pecho, haciéndome volar por el aire y caer muy lejos. Mi cabeza se estrelló con una roca que estaba en el suelo y caí inconsciente.
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Desperté con un olor fétido y horrible que me hizo revolver el estómago y me causó náuseas.
Con mucho esfuerzo, abrí los ojos y me senté.
Estaba en un bosque donde reinaba la oscuridad y el frío. Temblando, me llevé las manos al pecho y solté un grito al sentir una herida profunda que lo cruzaba.
Unas pisadas se escucharon y las hojas secas crujieron bajo los pies.
-Has despertado- dijo una voz masculina que no pude distinguir entre las sombras, pero que si reconocí al instante, pues la había escuchado en mis pesadillas.
-Tú debes ser Perses- mi respiración estaba agitada y el miedo me invadió. Lo escuché reír siniestramente.
-Si. Ese soy yo- la voz se escuchó mas cerca -Pero...aquí el punto principal eres tu. Sé quién eres, más no tu nombre.
-Y yo sé tu nombre pero no quién eres- respondí, preparándome para levantarme -¿Porqué no me lo dices?
Soltó una carcajada y dió varios pasos al frente, de modo que ahora pude verlo entre la escasa luz que se colaba entre las copas de los árboles.
Era un hombre viejo, con el cabello gris, de cabello y ojos negros. Llevaba ropa que parecía de la Edad Media, como un traje de caballero.
-Bien, Preceptor...- murmuró -Te diré quien soy si me dices tu nombre primero.
Lo medité un largo rato, analizando las consecuencias que esto me traería. Luego me di cuenta que no importaba que supiera mi nombre si ya sabía que era dl Preceptor y mi apariencia. Era una información simple en comparación. Me recargué en un tronco cercano, incapaz de sostenerme por mi cuenta, y respiré hondo.
-Ji- respondí.
-Tu nombre completo- espetó -No vas a querer que te diga quien soy a medias, ¿o si?- me mostro una sonrisa macabra e hice una mueca.
-Kwon Ji Yong- respondí a regañadientes.
-Eso está mejor- sonrió -Yo... Yo soy un Dios no coronado. Aquél que debió ocupar tu lugar y el de las estaciones.
Fruncí el ceño, perplejo.
-¿Cómo?
-Me encantaría darte mas explicaciones, pero Cronos está a punto de llegar- y tal y como dijo, una brillante luz azul apareció a un par de metros, mostrando la figura imponente del Padre Tiempo.
El alivio me llegó al instante y respire con tranquilidad al verlo ahí de pie.
-¿Estás bien?- preguntó, sin moverse de su lugar, mirándome atentamente. Asentí efusivamente. Comenzó a avanzar hacia nosotros, pero Perses lo detuvo cuando me tomó por el cuello y colocó una navaja afilada en mi garganta.
-No, no, no...- rió Perses -Quietecito.
-Déjalo ir. Ya estoy aquí- le dijo, apretando en agarre en su bastón.
-¿Porqué debería? Este muchacho es extremadamente valioso para mí...- soltó una risita -Bueno, para todo el mundo en realidad. Incluso para los superiores. Yo me pregunto...¿saben ellos de su existencia? ¿Lo has presentado ya? Porque si ha sido coronado y no lo has llevado ante los otros superiores...- jadeé al sentir la navaja más cerca.
Los ojos de Cronos se colorearon de morado al instante.
-Solo bromeo, Reloj- se burló Perses -Sé perfectamente que este humano no ha sido coronado- y arrojó al suelo -Sólo eres un chico común- me miró con desdén.
De un momento a otro Cronos me tomó entre brazos y abrió un portal. Debido a la sorpresa olvidé contener la respiración y cuando caímos al otro lado el intenso dolor de cabeza y nauseas me invadieron.
-¿Ji?- me preguntó, mirándome con preocupación. Pero no pude responder porque un extraño círculo deforme de color negro apareció a mitad del paraje, que es donde estábamos.
Perses salió con un poco de dificultad y nos miró con burla.
-¡Sorpresa!- sonrió ampliamente -¡Adivina quién ya puede hacer portales como tú, Reloj!- Cronos palideció y se puso de pie al instante para crear un escudo y evitar un ataque de Perses, quien ahora tiene un bastón en mano. Es negro y se trata de nada más que una larga rama torcida con plantas a su alrededor.
"Vamos a morir a manos de este loco", pensé, con muy poca fuerza y arrastrándome lejos de ellos, dejándolos pelear.
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¿Reconocieron la canción que Ji Yong cantó? ¿Y la que rapeo Seung? Si es así, pongan los nombres aquí abajo...
Ya saben que hacer, déjenme sus comentarios, likes, opiniones, etc...Atte: Roble-G <3
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EL NUEVO PRECEPTOR
FanficJi Yong es un chico completamente normal. Tiene un trabajo de medio tiempo en una oficina y trabaja por las tardes como mesero e una cafetería. Sin embargo, un día una misteriosa figura aparece entre las penumbras de su departamento. "-¡¿QUIÉ...