"Había una vez, al principio de toda la humanidad, un hombre y una mujer que eran por demás especiales. Poseían una visión muy detallada y precisa, a la vez que una inventiva extraordinaria.
Al hombre le fascinaba el transcurso del tiempo, los ciclos, el hecho de que todo tiene un principio y un fin; principalmente se caracterizaba por ser una persona benevolente y tolerante, firme en cuanto a decisiones, de temperamento fuerte, formal y sensato, era un ser adaptable a cualquier cambio.
La mujer se interesaba por otras cosas: las flores, la tierra, los animales, el clima, y demás. Ella era fuerte y poderosa, pero poseía un alma dulce, tierna y delicada, capaz de comprender la naturaleza a la perfección.
Fue tanto el afán y amor que ellos tenían en sus almas, que al morir fueron designados a proteger aquello a lo que tan devotamente cuidaban durante sus vidas humanas. El hombre fue nombrado Cronos, asignándole el título de Padre Tiempo, y a la mujer se le llamó Deméter, conferida como la Madre Naturaleza.
Ésta última se dio cuenta de que al mundo le hacía falta algo, un regalo que debían otorgarle a la humanidad, así que tras haberlo considerado mucho, ambos crearon algo llamado las "estaciones". Estas serían sus hijas de forma moral y espiritual, cuyo propósito sería mostrarles a las personas la belleza que otorga el trabajo adjunto entre Padre Tiempo y Madre Naturaleza.
Pero no todo podía estar perfectamente controlado, con lo que no contaban estos dos Dioses, era que las estaciones debían ser restauradas en diferentes períodos.
Cada vez les resultaba más difícil entrenarlas, prepararlas y cuidarlas para lo que vendría, pues en muchas ocasiones se veían atareados con todo el trabajo que debía relizarse en el mundo humano.
Así, comenzaron en la búsqueda de alguien que poseyera un carácter firme y sensato, adaptable a cualquier cambio, pero que fuera amable y gentil, es decir, que tuviese propiedades de ambos dioses.
Indagaron entre todos los seres que les fue posible, por cielo, mar y tierra, pero la búsqueda se hacía cada vez más ardua, pues no lograban encontrar a esa persona digna que se hiciera cargo de algo tan valioso.
Repentinamente, un día el Padre Tiempo observó por accidente entre los humanos a esa persona que anhelaban tan desesperadamente..."
Si, bueno... Yo sólo soy un chico normal, común y corriente.
A mis 19 me vi en la penosa necesidad de arreglármelas por mi cuenta, pues mis padres fallecieron cuando contaba con apenas 10 años de edad, y la única persona que se hizo cargo de mi desde entonces fue mi abuelo, quien falleció debido a una intensa enfermedad que lo acompañó gran parte de su vida.
Casi 10 años mas tarde, me encuentro viviendo solo en un pequeño departamento. Soltero, sin familia, con un nada complicado trabajo de medio tiempo en una oficina, y otro en una cafetería.
No tengo muchos amigos, no salgo a fiestas, y lo mas emocionante que me ha pasado hasta ahora, es el adquirir un par de perros raza sharpei.
Jamás me vi a mi mismo como un líder, o alguien que pudiera enseñar y cuidar de otra persona que no fuera él mismo.
Sin embargo, toda mi vida cambió totalmente cuando "él" apareció, conquistándome con esos profundos ojos oscuros y haciéndome la propuesta más inesperada e increíble que alguna vez se me pudiera ocurrir.
¿Cómo se supone que iba a negarme cuando tuve el panorama completo frente a mi? Hubiera sido una idiotez alejarme de él...
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EL NUEVO PRECEPTOR
Fiksi PenggemarJi Yong es un chico completamente normal. Tiene un trabajo de medio tiempo en una oficina y trabaja por las tardes como mesero e una cafetería. Sin embargo, un día una misteriosa figura aparece entre las penumbras de su departamento. "-¡¿QUIÉ...