Capítulo 33: REMOLINO DE SENTIMIENTOS

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  -¡El nuevo Preceptor!- dijo Terry, impresionado –Pero...¿realmente eres tú quien se convertirá en un Dios?- miró con sorpresa a Chae y a Seung -Es decir, no me lo tomen a mal, pero se habían tardado bastante en encontrarlo. Tanto, que me parece un milagro tenerlo finalmente frente a nosotros.

-Hemos demorado, lo acepto- asintió mi hermana –Pero no cabe duda alguna de que nadie es más digno que él para ocupar el puesto.

-¿Es posible?- frunció el ceño Elioth, acercándose a Seung y cruzándose de brazos –No es que dude, pero...

-No te preocupes- me susurró Terry, desviando mi atención de ellos –Él desconfía hasta de su propia sombra- rió.

-Parece algo reacio a todo el asunto- dije.

-Es su personalidad, pero es un gran tipo.

-¡Vete al infierno, Elioth!- le gritó Seung, exasperado.

-Oh, sí... Un gran tipo- suspiré, y Terry estalló en carcajadas.

-Ya basta- intervino Leonel –Acércate un poco más, muchacho- me dijo. Obedecí sin dudar.

Yunuen atrapó mi barbilla entre sus dedos y comenzó a ladearme el rostro, observándome a detalle.

-No eres un muchachito cualquiera, eso es verdad- asintió -Y tampoco eres tan joven como creí.

-Cierto- apoyó Leonel –Tienes 30 años, ¿no es así?

Tragué saliva y asentí, un poco nervioso.

-No veo otra cosa más que las cualidades de un Dios dentro de ti- sonrió Yunuen -Sí, tu puedes hacerte cargo de algo tan importante como lo son las estaciones.

El alivio me llegó de golpe al pecho, y por primera vez desde que dejé de lado mi vida humana, me sentí seguro y apto para convertirme en un Dios.

-Gracias- murmuré, con la felicidad saliéndome casi por los poros.

-En cambio, debemos agradecerte a ti el que hayas aceptado- respondió Leonel. Finalmente se separaron de mi, observando atentamente a su alrededor -Aquí solo cuento 8 Dioses, ¿dónde está Hypno?

Seung soltó un gruñido y frunció el ceño.

-Está retrasado, como siempre- refunfuñó.

-Llegará dentro de poco. No creo que tarde mucho tiempo más- trató de defenderlo Chaerin. Y justo en ese momento, las puertas de la sala se abrieron de golpe, dejando escapar un ligera nube rosada, que lentamente comenzó a evaporarse.

-¡Uff! ¡Vaya que esta vez he demorado!- dijo una voz ronca y extrañamente familiar. Unos pasos firmes se escucharon entrar, pero no podía distinguir nada porque los otros estaban saludándolo.

-¡Hypno! ¡Siempre tarde, torpe!- se echó a reír Terry. El mencionado lanzó unas risitas y continuó con los saludos.

Entonces todos se hicieron a un lado y sus ojos se fijaron en los míos.

Este hombre era sin duda el hermano de Seung.

Lo habría sabido aún si él mismo no me lo hubiera dicho hace unos meses, cuando estudiábamos en la Biblioteca.

Alto, con el cabello oscuro y desordenado, se mostraba ante mí con ojos de un rosa brillante. En cuanto me miró se quedó serio y soltó un jadeo por la sorpresa. Yo me quedé muy quieto, observándolo con confusión.

-Hola- dije, carraspeando un poco.

-Hola...- caminó hacia mi y se quedó a unos pocos pasos de distancia, mirándome fijamente -¿Quién eres?

EL NUEVO PRECEPTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora