Seung había vuelto a ser el mismo hombre elegante y distinguido del que tanto me enamoré.
Su cabello estaba perfectamente peinado, sus ojos azules chispeaban de alegría, sus ropas estaban bien cuidadas y su semblante ahora lucía relajado y tranquilo.
Yo, por mi parte, actuaba como lo que era, un humano enamorado.
Cada segundo del día me la pasaba colgado del brazo de él. Había momentos en que me asustaba ser muy insistente y fastidioso, pero justo cuando comenzaba a tomar mi distancia o decidía darle la tarde para descansar de mi, el aparecía de pronto a mi alrededor.
"-¿Dónde estabas?- dijo un día, abriendo las puertas de la Biblioteca abruptamente, con el ceño fruncido.
-Aquí mismo- le mostré el libro que estaba leyendo.
-Te extrañé- y me tomó en brazos, besándome con ternura –No te separes de mi, de pronto siento que ya no me amas- dijo, haciendo un puchero. Yo le eché los brazos al cuello y planté sus labios con los míos.
-No pienses eso ni por un segundo- acaricié su rostro –Me da miedo que te fastidies de mi...
-Oye, si llegara a hacerlo, que claramente no sucederá, te lo diría. Me he pasado casi 23 siglos anhelando tenerte en mis brazos, no voy a dejarte escapar tan fácil".
Pasábamos las mañanas entrenando mis poderes, las tardes estudiando, y las noches besándonos en mi balcón hasta que los labios se me ponían rojos e hinchados, e incluso así, no lo dejaba ir hasta que estaba prácticamente muriéndome del sueño.
"-Mi amor, creo que es hora de ir a dormir..."- me susurró.
-Bésame otro poco y lo consideraré- sonreí juguetonamente.
Esa noche me sentí diferente con su cercanía.
Era la primera vez que me excitaba de esa manera, o al menos, desde aquél encuentro en la Biblioteca, antes de que aparecieran mis poderes.
El calor comenzó a subir por mi cuerpo y esperé por infinitos segundos a que mordiera mis labios. Dado que no lo hizo, tomé la iniciativa y enredé nuestras lenguas.
-Hmm...- sentí como abrió los ojos por la sorpresa –Mi cielo- dijo, pero había sonado tan ronco que sólo consiguió calentarme más -Está...algo frío...aquí afuera... Tal...vez deberías...entrar y...dormir- decía entre besos. Enredé mis brazos en su cuello y me estremecí de placer cuando colocó sus grandes manos en mi cintura, pero resultó decepcionante que me separara.
-Otra noche, una bien planeada, sucederá- dijo, con los ojos rosados.
-Siempre con tus planes- puse los ojos en blanco y nos echamos a reír".
Reíamos, jugueteábamos durante la cena, nos perseguíamos por el jardín, o mas bien, él me dejaba correr hasta que me cansara para después atraparme entre sus brazos.
Me sentía pleno y feliz, como nunca me sentí en toda mi vida.
Youngbae fue el primero en regresar de su viaje. No había tenido la oportunidad de contarle sobre nosotros porque nos atrapó en la biblioteca.
Seung me leía en el sofá mientras yo lo escuchaba atentamente sentado en su regazo, mientras recargaba la cabeza en su pecho.
"-Los portales constan de...- su voz fue interrumpida por un golpe seco. Miramos al instante hacia la puerta y nos encontramos con un Youngbae perplejo.
-Ah...yo...- abrió los ojos como platos e inmediatamente después hizo una reverencia –¡Me disculpo! Debí tocar, es que...no los encontraba por ninguna parte.
-¿Todo salió bien?- le preguntó tranquilo Seung.
-En efecto, señor... Yo...
-Espérame afuera. Salgo en un momento- le sonrió con cordialidad y Tae salió disparado inmediatamente después.
-¿Crees que se haya molestado?- le murmuré, una vez que nos dejó solos.
-Pienso mas bien, querido, que está tan feliz que apenas puede procesarlo- soltó una risita –Termina el capítulo y volveré después para resolver tus dudas- me guiñó un ojo y después caminó hacia la salida con ese garbo de siempre".
Esa misma noche, durante la cena, Tae aprovechó para bombardearme con preguntas. Convenientemente, Seung tuvo varias cosas que hacer y se ausentó por un largo rato. Supuse que querría darnos privacidad para hablar, cosa que yo odié, pues Youngbae no dejaba de hablar sin parar...
"-¡Increíble! ¡Finalmente has cedido! ¿Desde hace cuánto tiempo que están así? ¿Él habló contigo o fuiste tú? Porque que yo sepa...
-¡Oh, vamos! ¡Basta ya!- reí -¿Cuántas preguntas más vas a hacerme?
-Las que sean necesarias- me sirvió más vino, sonriendo ampliamente -¿Sabes? Estuve a punto de darte unos buenos golpes la última vez que nos vimos. ¡Estabas siendo tan necio!
-Vale, me alegro que no lo hayas hecho".
Después de mucho hablar al respecto, me dejó tranquilo y pude ir a mi habitación. Seung aún no aparecía, por lo que me senté en la alfombra y me recargué en el sofá a leer.
Ai llegó corriendo a mi lado y se acurrucó junto a mis piernas. Tomé al gato y lo acaricié, pero el comenzó a jugar a esconderse detrás de mi espalda, provocándome pequeñas risitas.
La puerta se abrió y unos pasos firmes se escucharon dentro de la habitación.
-¿Ji Yong?
-¡Ah! Hola, cariño- le sonreí. El felino saltó de pronto hacia mi regazo y Seung dio un salto hacia atrás.
-¡Bestia horripilante!- le gritó, con los ojos morados -¡Fuera! ¡Largo de aquí! ¡Ji Yong me pertenece!- y agitó las manos hacia él, intentando ahuyentarlo. Solté una carcajada.
-Ven- y tomé su mano, obligándolo a sentarse junto a mí. Se mostró reacio, pero aún así se tiró a mi costado –No es malo, de verdad- y guie sus dedos hacia el animal, pero apenas rozó al gato, éste gruñó y le arañó la mano, para después salir corriendo.
-¡Auch! ¡Cosa horrenda! ¡No vuelvas!- y se puso de pie, observando su mano.
-Lo siento, no pensé... ¡Cielos! Realmente el gato te odia- me eché a reír. Puso los ojos en blanco.
-Te lo dije. Además, ¿qué haces allí sentado? Si estuvieses en la cama, ese animal no se habría acercado a ti en primer lugar.
-Oh, pero estaba cómodo- hice un puchero.
-Como sea- repentinamente me tomó en brazos y me llevó cargando hasta la cama, donde nos arrojó a ambos en medio de carcajadas. Me deslicé cuidadosamente y recargué la frente en su bien formado pecho.
-¿Qué ha dicho Youngbae?
-¡Sabía que te habías ausentado por nada!- golpeé su brazo y el se echó a reír.
-Realmente tenía cosas que hacer, y entendí que lo mejor era que ustedes dos hablaran a solas. Estaba convencido de que él querría saber hasta el mínimo detalle.
-¡Seung!
-Lo siento- rio.
-¿No le dijiste nada esta tarde?- lo miré y suspiró.
-No le di toda la información, solo le di a entender, lo más sutilmente posible, que ahora tu y yo estábamos juntos, y que me has dejado saber que me amas.
Acuné su mejilla con mi mano y le sonreí.
-Siempre te querré, Seung.
Nos miramos a los ojos un poco y no tardamos en juntar nuestros labios.
Como ya se me estaba haciendo costumbre, acaricié su cabello, aspiré ese aroma tan varonil que emanaba, lo besé con amor...
La cordura se desvaneció de un minuto a otro cuando colocó una de sus manos en mi cintura y pegó su cuerpo al mío.
Como un tonto, coloqué ambas manos en su nuca y delineé su labio inferior con mi lengua, para que al abrirla me dejara saborear su cavidad.
Apretó el agarre en mi cadera y yo suspiré. De pronto recordé lo que habíamos hablado hace unas noches, donde me había dicho que deberíamos esperar.
El rostro se me puso rojo de la vergüenza y me separé lentamente.
Seung estaba besándome con todo el amor y ternura del mundo, y yo le respondía como un muchachito calenturiento.
¿Cuántos años tenía? ¿16?
No. Contaba ya con 30 años y debía comportarme como alguien maduro y decente. Además, no sabía siquiera si Seung querría llegar a dar ese paso conmigo.
Abrió los ojos y me sonrió dulcemente.
-Yo...- me relamí los labios –Es tarde.
-¡Oh!- estaba notablemente sorprendido, muestra de que no se esperaba aquello, pero después sacudió la cabeza –Claro, te dejo descansar- besó mi frente y comenzó a levantarse. Tomé su mano para detenerlo.
-¿Tienes mucho trabajo esta noche?- estaba agradecido de que las luces estuvieran apagadas, no quería que viera mi rostro sonrojado.
-Mmm... Me parece que Youngbae ya está cuidando de los humanos, solo iré a continuar con la fabricación del reloj de bolsillo.
-Entonces... ¿No quieres quedarte a dormir conmigo?- desvié la mirada, avergonzado –Es que no quiero estar solo- esperé unos segundos y después recibí un pequeño beso en los labios.
-Claro que me quedo contigo- me sonrió. Feliz, me dejé caer en el colchón y el me abrazó por la espalda, mientras que enredaba sus piernas con las mías y entrelazaba nuestras manos.
-Te amo- susurré, casi dormido.
-Te amo- besó mi nuca.
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POV. CRONOS:
-Ya perdiste la cabeza- negué firmemente –¡Ni siquiera sé como es que te conté esto en primer lugar!
-Por que necesitas alguien a quien contárselo. Sé que es más fácil para ti hablar con Daesung porque ambos piensan y actúan con los mismos principios, pero para esto nada de eso te va a servir. Se trata de tu propia persona, de tus sentimientos, ¡de tus instintos ocultos!
-Bien, bien, ya entendí- me dejé caer en el sofá, cruzándome de piernas y pensando en todo esto.
Desde hace varias semanas me venía sintiendo diferente ante la cercanía de Ji Yong. Como...aquél día en la biblioteca, cuando nos besamos y...
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EL NUEVO PRECEPTOR
Fiksi PenggemarJi Yong es un chico completamente normal. Tiene un trabajo de medio tiempo en una oficina y trabaja por las tardes como mesero e una cafetería. Sin embargo, un día una misteriosa figura aparece entre las penumbras de su departamento. "-¡¿QUIÉ...