Capítulo Quince.- "Incontrolables deseos"

310 28 13
                                    

Al llegar a la casa de Minho, Changmin se encontró con una gran casa que abarcaba casi toda una manzana. Estaba en una zona bastante lujosa, pero por algún motivo aquella residencia no iba de acuerdo con Minho. No era como si él esperase una pequeña casa o un departamento modesto, pero para alguien tan independiente todo aquello era un tanto ostentoso. Sentía como si toda la casa no era nada más que una jaula de oro para un alma libre. Fue entonces que las palabras de Minho, llamaron toda su atención.

–No te preocupes mucho por mi casa. Es solo una herencia de mi padre- se pausó –vivo solo, pero me es muy difícil mantener toda esta casa- sonrió.

Poco después, Minho sacó las llaves de su chaqueta y se detuvo delante de la reja que separaba la calle de su casa. Abrió, y dejo pasar a Changmin. Había un pequeño jardín entre la reja y la casa, pero estaba un tanto descuidado. Minho se adelantó para abrir la gran puerta. Invitó a pasar a Changmin, luego dejo las llaves sobre una mesa pequeña de centro. Y con un aplauso, las luces se encendieron. Changmin pensó que el recibidor era casi tan grande como su propia casa. A lado derecho estaba una gran sala con una imponente chimenea, los muebles estaban tapados por una manta crema. Al otro lado, pudo ver un salón con un piano color caoba, algunos retratos sobre las paredes y muchos otros muebles cubiertos por mantas. Los grandes ventanales estaban cubiertos con cortinas elegantes. Minho subió por una de las escaleras del recibidor, y le hizo una mueca a Changmin para que subiese por la otra escalera. De inmediato, Changmin se apresuró a llevar las bolsas que tenía. Subió y se maravilló con el gran pasillo, era muy seguro que la casa tenía muchas habitaciones. Estuvo detrás de Minho, hasta que él se detuvo en la puerta del fondo.

–Bien, te pido que me disculpes por el desorden pero no he podido limpiar. Como verás esta casa es un monstruo que casi no me queda mucho tiempo para asear mi propia habitación- sonrió y abrió la puerta.

Changmin caminó y se detuvo a unos centímetros de Minho. Lo vio a los ojos, y dijo lo más sensato que se le vino a la mente.

–No te preocupes. Estoy muy seguro que no esta tan desastroso- se giró para ver la habitación.

En esos momentos, Minho encendió las luces y entonces quiso retractarse de lo dicho. Pues al ver el desorden de la gran habitación, lo hizo enmudecer. En medio de la habitación, estaba una cama con dosel, a los lados mesas de noche de estilo antiguo y tres grandes ventanales cubiertos por cortinas negro con grabados dorados que iban desde el techo hasta el piso. El lugar estaba cubierto por una alfombra de estilo árabe de color azul oscuro. Era como si se hubiese transportado a la época colonial, en la casa de algún rey. Todo eso pasaba desapercibido por el desorden. Había mucha ropa tirada sobre la cama, y cubriendo el piso. El lugar no olía mal pero estaba sucio. Minho, paso primero haciéndose paso entre la ropa y la basura del lugar.

–Espera un momento, limpiaré todo de inmediato- sonrió.

–Bueno... ¿estaría bien si te ayudo un poco?- se quedó asombrado con toda la ropa que estaba agarrando Minho.

–Oh, pero tú eres mi invitado- se pausó, y comenzó a quitar la ropa del piso. –Pero si no te molesta... me vendría bien un poco de ayuda- se giró para verlo.

–No, no me molesta- dejo a un lado las bolsas con las compras.

De inmediato, ambos se pusieron a limpiar todo el lugar. Minho le pedía que llevase la ropa a la lavandería del primer piso. Mientras, él terminaba por barrer y sacar la basura. Al principio, Changmin se perdió por los corredores del primer piso antes de encontrar la lavandería. Pero se dio cuenta de que realmente Minho vivía solo. Después de media hora, ambos terminaron exhaustos sobre la cama. A los pies de la cama estaba una mesa tradicional que Minho utilizaba cuando quería comer, leer u cualquier otra actividad que requiriese un apoyo. Changmin, no se imaginó que debajo del montón de ropa estuviese aquella mesa. Minho, tenía un televisor de pantalla plana que también estuvo debajo de mucha ropa y basura, al igual que la mesa y algunos muebles más. Changmin, recordó que había dejado las compras fuera de la habitación, y se levantó para dejar todo sobre la mesa. Una vez ahí, sacó los dos six pack de cervezas en lata, los snacks y la comida preparada que habían comprado. Minho que seguía lamentándose en su cama, bajo de inmediato cuando oyó que Changmin destapaba una lata. Se sentó frente a Changmin, quien le entregó la lata para que bebiese. Minho, esperó a que él cogiera otra lata. Poco después, ambos comenzaron a beber. Minho, se levantó para encender el televisor pero entonces Changmin le sugirió que sería mejor si solo ponía algo de música. Fue entonces, que Minho caminó hacia un mueble, y colocó su celular en unos parlantes. Puso música tranquila. Luego, regresó a la mesa y se sentó en su lugar.

"Un novio de alquiler"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora