Trece

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Llegué a casa después del partido, estaba enfadada con Theo y no tenía ganas de ir a ninguna parte con él. Se iba a celebrar la victoria y aunque Nacho me había dicho que estaría a mi lado, no me apetecía ir. Cuando entré por la puerta, cerré con cuidado porque era bastante tarde y no quería despertar a Lucas, a quien creía dormido. Subí por las escaleras y cuando abrí de una vez, me asusté porque Lucas estaba allí sentado y mirando una foto que tenía entre sus manos.

-¿Qué haces tú aquí?

-Tenemos que hablar. Hay que aclarar todo esto. -me dijo Lucas levantándose.

-Ya se lo dije a Theo, esto se ha acabado. -aseguré.

-¿Qué? No, no, esto no se ha acabado.

-Lucas, ya está. Se acabó. -se acercó a mí de nuevo, más cerca.

-He dicho, que no se ha acabó. Nunca se ha acabado.

Sus manos cogieron mis mejillas y me besó de nuevo, decidí no responderle porque sino, habría avanzado un paso y retrocedido doce. Se separó de mí y luego suspiró para irse hacia la puerta, respiré cuando sentí de nuevo la puerta cerrarse, pero de nuevo sentí la boca de Lucas en la mía, esta vez le respondí y me tumbé en la cama, me besó desenfrenadamente, poniéndose encima de mí, me faltaba el aire de tanto que lo deseaba. Sentí tanta frustración por haber descubierto que se había acostado con otra... Pero ahora, lo tenía perdiéndose entre mis piernas, lamiendo mi intimidad tan fuerte que tenía que apretar las manos en la pared, para no empezar a arañarle.

Cuando estaba a punto de llegar, paró y me miró, puso mi temblorosa pierna encima de su hombro, se inclinó y me penetró tan fuerte, que mi cabeza rozó la pared... Quitó mi pierna de su hombro, y apoyó una mano al lado de mi cabeza, no había parado de moverse, aunque esta vez lo hacía suavemente y haciendo pequeños círculos con la cadera, eso hacía que me estremeciera. Y me volvía loca y no sólo a mí... Él había aumentado el ritmo y me miraba con unos ojos que me abrasaban más aún, de repente apoyó los codos a cada lado de mí y pegando completamente su cuerpo al mio, se movió con mucha intensidad, mientras me besaba con pasión y movía mi cadera a cada nuevo encuentro, me era imposible estar quieta. Luego, anudé mis piernas a su cintura y apreté su espalda... Evitando las uñas... No quería dejarle marcas, no tardé mucho en notar el fuego que me advertía de que el orgasmo estaba cerca.

Segundos después, me arqueaba involuntariamente por placer que me estaba envolviendo, cuando recobré el sentido, él se estaba corriendo con los labios apretando mi cuello, se quedó allí unos minutos, yo abrazaba su espalda, mientras pasaba mis dedos entre su pelo, él me daba besos dulces por mi cuello, no sabía qué hora sería, pero ahora mismo me daba igual.

-No se puede acabar porque tú y yo no podemos estar separados. -me susurró.

Sonreí y me acerqué más a su cuerpo, en verdad yo no podía estar lejos de él, no podía y no quería. Dejó besos en mi mejilla haciendo el tonto y haciéndome cosquillas, me hacía reír y eso me encantaba. Pero algo tuvo que interrumpir el momento, cogí mi móvil y ahí leí el nombre de Noa.

-¿Si? -dije cansada.

-¿Te acuerdas que te había dicho que había quedado con Antoine en su casa?

-Sí...

-¡Pues ha sido un puto desastre! -alejé el móvil de mi oreja por el susto y le di a Lucas sin querer en la nariz, pero le dejé un beso mientras Noa seguía gritando -¡Me invita a cenar a su casa y me dice que tengo que hacer yo la cena! Luego acaba llamando para pedir pizzas y se comporta como un gilipollas -intenté no reír -. Me trató como una estúpida y se hacía el listillo conmigo... ¡Fue horrible! Pensaba que le gustaba y...

-Noa relájate. -dijo Lucas quitándome el móvil.

-¿Estás con Lucas? -reí por como se relajó de golpe y me acurruqué más en el cuerpo de Lucas -Podías habérmelo dicho y...

-Noa, no pasa nada. Las amigas estamos para lo que sea. No te preocupes. -la tranquilicé.

-Noa, Antoine es tonto, lo tienes loco, pero alguien le dio la grandiosa idea de ser un imbécil contigo. -puso mala cara, había sido él seguro.

-¡Pues que no sea un idiota! Sabe que me gusta siendo como es. No como una imitación de mala calidad de Jace.

Llevé mi mano a mi cara y solté una carcajada, ella había leído Cazadores de Sombras y me decía que si no se casaba con Antoine, lo haría con Jace. Estaba loca pero aún así la quería. Seguimos hablando un poco más hasta que al final terminó por decirnos que tenía sueño y nos despedimos. Dejé caer el móvil en el suelo y me abracé a Lucas.

-¿Por qué le dices a Antoine que se comporte como un idiota con Noa? -reí cuando vio que le había descubierto.

-Pues... A ver, a ti te pone que me ponga chulo contigo -dio un beso en mi cuello -. Te pone mucho.

-Pero yo -le separé y le cogí de la barbilla -, soy diferente Lucas Hernández. Sabes que Noa es muy... Soñadora. No le puedes poner a un tipo duro delante porque se derrite con Antoine siendo un cachorrillo.

-Ya pero...

-Lucas, ella quiere un chico que la haga sentir bien, que la quiera, que la proteja, que le de cariño, que le de estabilidad... Ella quiere alguien que la haga sentir como en casa.

Pensaba mientras decía esas palabras, en verdad era lo que Noa buscaba, pero estaba claro que yo también lo quería así.

-Alexis -le miré, aún con mi cabeza en su hombro -. Quiero pedirte una cosa.

-Sabes que puedes pedirme cualquier cosa.

-Quiero que seas mi novia, oficial, quiero decirle a todo el mundo que quiero estar contigo, que no quiero a nadie más a mi lado, eres lo único que necesito para sentirme completo -le sonreí mientras me miraba a los ojos intensamente -¿Quieres ser mi novia?

Asentí sin pensármelo dos veces y de nuevo me lancé a besarle. Nos dormimos después de volver a enredarnos en las sábanas y de que me volviera a hacer sentir querida. No quería que las cosas empeoraran de nuevo.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora