Ocho

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Volvía del gimnasio, cuando me encontré por la calle con Noa, me acerqué a ella para charlar, estaba comprando helado y decidí darle un susto. Saltó cuando pasé mis manos por sus hombros y luego se giró para darme un abrazo y nos fuimos a sentar a un banco.

-¿Qué tal? -le pregunté.

-Bastante bien. Hablé con Theo ayer por la tarde después de lo de Adriana... Acaba de irse de mi casa.

-Ah... Bueno, ¿e hicisteis algo interesante o hablasteis de algo?

-No, la verdad es que no.

No me quedé muy tranquila con eso, después de lo que hice ayer, Theo podía hacer cualquier estupidez y liármela pero mucho. Estuvimos hablando un rato hasta que me dijo que tenía que irse por no sé qué rollos. Me fui a casa tranquilamente y luego decidí cambiarme de ropa para bañarme en la piscina un poco antes de subir a ducharme. Cuando estaba pasando por la entrada para ir a la terraza, entró por la puerta Theo, me quedé mirándole para luego irme sin decirle una sola palabra.

-¡Alexis! Vamos a hablar quieras o no.

Decidí seguir haciéndole el vacío porque sino las cosas acabarían muy mal, dejé mi toalla en una de las tumbonas de la terraza y luego me tiré al agua. Estuve buceando hasta que necesité el aire para respirar, cuando salí a la superficie me asusté porque me encontré, literalmente, con Theo delante de las narices. Me molestó tanto que le cogí de la camiseta, ya que estaba en cuclillas, y tiré de él haciendo que se fuera de morros al agua. Decidí salirme de la piscina y secarme con la toalla, no quería estar en el mismo lugar que él.

-Un día te voy a mandar a Marsella... -dijo Theo por lo bajo.

Él también salió de la piscina y se quitó la camiseta porque estaba empapada, hizo lo mismo con los pantalones y los calcetines, tuve que apartar la mirada porque esto se me estaba volviendo una situación embarazosa, el hombre me robó la toalla, sin que yo me quejara, y se fue al interior de la casa. Me quedé en donde estaba intentado relajar mi cuerpo porque el muy gilipollas supo como calentarme con poco que hizo.  Al final decidí entrar en casa para darme a ducha porque necesitaba un baño, y porque tenía frio.

Subí directamente al baño de mi habitación, fui corriendo ya que tenía bastante frío, abrí el agua de la ducha para que fuera calentando mientras me soltaba el pelo, y me quitaba en bikini. Cuando estuve lista entré dentro y dejé que el agua cayera encima de mí, estaba tan relajada que no me importaba lo que había pasado últimamente...

-Parece que estabas esperando a que llegara a casa... -sentí las manos de Theo por mi cuerpo y me estremecí.

-Márchate. -dije como pude y el rió.

-No, no, no... Quiero que sepas un par de cosas -cogió mis manos y las aprisionó contra la pared -. Quiero que sepas que pasó en casa de Noa...

-Créeme, no quiero saber nada de lo que hayas hech... -besó mi cuello y paré de golpe.

-Me acosté con ella y lo pasamos muy bien ¿sabes? -intenté moverme, pero fue inútil -Incluso fue mejor que cuando me acosté contigo.

Eso colmó mi paciencia y le golpeé con el codo en el estómago, salí rápido de la ducha y cogí el albornoz para irme a mi habitación. Me dejé caer en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, escondí mi cara en mis piernas y me solté a llorar. Ahora mismo estaba arruinando mi vida y estaba cerca de arruinar las de mis hermanos.

-Alexis... -oí a Theo y golpeé mi cabeza con la pared, con los ojos cerrados.

-¿Crees que no me jode que me digas esas cosas? ¿Crees que me alegro? -le miré con lágrimas en los ojos -¿Crees que no me duele verte con otras? ¿Crees que no sentí nada cuando me acosté contigo? Y sobre todo ¿te crees que no me paso las noches pensando en si debería alejarme de vosotros dos?

-Escucha, yo...

-Tú, nada. Theo, me he acostado con mis hermanos, con los dos. Ahora mismo, mi cabeza va a explotar. Si escojo a Lucas, pasa esto... ¿Crees que escogiéndote a ti sería diferente con él? -me levanté y me quedé frente a él.

-Siempre ha sido así, siempre ha sido Lucas por delante de mí. Los mejores momento que pudiste pasar conmigo, se los diste a él. Para ti, nunca hubo alguien además de Lucas... Solo te importa él. ¡Yo no te importo una mierda! -me dijo lleno de rencor.

-¡Pues claro que me importas!

-¡¿Por eso me dejas tirado siempre?! ¿Por eso venías siempre a mis partidos cuando estaba en el Alavés? ¿Por eso siempre estabas con Lucas? -me giró y señaló mi pared, en donde había una camiseta de Lucas enmarcada -¿Por eso tienes mi camiseta ahí? No te importo nada y esa es la verdad.

-Eso no es verdad... -dije como pude y luego sentí su aliento en mi oído.

-Pues mírame a los ojos y dime que te importo más que Lucas -no dije nada y me quedé quieta, no sabía qué hacer, ni siquiera sabía qué era lo que pasaba por mi cabeza -. Estaba claro...

Le sentí separase de mi cuerpo y salir por la habitación. Me dejé caer en mi cama, cogí un cojín y colocándolo en mi cara hice lo que tantas ganas tenía de hacer, dejarlo ir, gritar... Los quería a los dos, pero puede que Theo tuviese razón, siempre se lo había dado todo a Lucas, pero él... Él era demasiado para mí, teníamos algo que no, no se podía explicar.

Se acabó el darle vueltas al asunto, a partir de ahora, sería lo que mi cuerpo quiera, lo que necesite.

Me levanté decidida y fui hacia el baño, que era donde mi hermano había entrado, lo sabía porque sentí el agua correr... Cerré con cuidado para que no me escuchara y luego, dejé caer el albornoz de nuevo, quedando desnuda de nuevo. Me acerqué a la ducha y vi que estaba de espaldas a mí, pero cuando se dio la vuelta, con los ojos cerrados debido a que el agua caía encima de su cuerpo, no me lo pensé dos veces y pasé mis brazos por su cuello. Theo se sorprendió pero me cogió de la cadera y yo aproveché para besarle, porque era lo que necesitaba, necesitaba sentirle a él y no a nadie más.

Él se separó y me miró mientras el agua caía sobre nosotros.

-¿Qué quiere decir esto? ¿Un polvo de reconci... -le callé de nuevo con un beso y saltando para que me cogiera en cuello, junté nuestras frentes.

-Significa que se acabaron mis miedos y que nunca, en la vida, serás menos que Lucas. Yo me encargaré de ello.

Se quedó quieto unos segundos, pero luego estampó su boca con la mía y luego mi espalda chocó contra la pared y no pude evitar gemir. Esto era lo que necesitaba, lo que deseaba desde hacía tiempo.

Él era lo que necesitaba.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora