Epílogo

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-Alexis.

Escuché mi nombre, parecía como si el que me estuviera llamando estuviera a kilómetros de distancia. De nuevo volvieron a llamarme y lo siguiente que sentí fue agua por toda mi cara, abrí los ojos al momento y a quien tenía delante era a Ángela y al resto de chicas del equipo. Espera... ¿Qué demonios?

-¿Alexis estás bien? -me preguntó Arbeloa.

-Empezando la pretemporada, ayer llegamos de EEUU. -me dijo Ana ahora.

-Te ha dado un golpe de calor, eso y que te han dado un balonazo fuerte. -añadió Arbeloa.

Me llevé la mano a la frente y entonces todo cobró sentido. ¡No me jodas! ¡Toda esta mierda había sido un maldito sueño! Me levanté con cuidado y me llevé la mano a la frente, estaba completamente sudada. Pero poco a poco se me fue quitando la empanada de encima y volvimos a trabajar con los balones.

Cuando terminamos, nos mandaron quedarnos en el campo unos minutos porque querían presentarnos a alguien. Cuando llegó la chica, todas nos quedamos mirándola, parecía que los jugadores masculinos la conocían porque se acercon al momento y la envolvieron en abrazos. Yo me quedé de brazos cruzados mientras todos terminaban de saludarla.

-Chicas, quiero presentaros a la última incorporación del equipo. La que será vuestra capitana, Paula Ramos.

La chica sonrió, se acercó y amablemente y cariñosamente nos saludó a todas. Finalmente nos dieron permiso a todos para irnos a los vestuarios de Valdebebas para cambiarnos, cuando salimos de las instalaciones me fui directa al coche de Theo, el condujo hasta casa mientras íbamos cantando, cuando llegamos entramos peleándonos como siempre, Lucas estaba con Cris en el sofá mientras se besaban como si no hubiera nadie más en la casa. Exhibicionistas. Theo se  fue en busca de Adriana que estaba en la terraza con los perros jugando y yo cuando le vi, sonreí y fui hasta él.

-No sabía que venías hoy a casa. -le dije para después besarle, él me mordió el labio antes de separarse.

-Bueno, nunca tienes la oportunidad de que tu cuñado te invite a su casa para que pueda ver a mi novia, que resulta que es su hermana. -me dijo Saúl riendo.

Bufé y luego el volvió a juntar su boca con la mía, me subió a la isla de la cocina y seguimos hablando. Saúl y yo llevábamos dos años saliendo juntos, no habíamos conocido después de que Lucas me diera un tour por el Calderón y desde ese momento, no nos habíamos quitado la mirada de encima, estábamos felices juntos y no teníamos intenciones de que eso cambiara, menos cuando me había propuesto matrimonio a principios del verano.

Esta era mi vida y por mucho que ese sueño me hubiera alterado las hormonas, no la cambiaría por nada.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora