Catorce

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Salió de mi habitación a la mañana siguiente, me dio un beso antes de irse a la ducha, me había intentando convencer de que me duchara con él, pero estaba claro que acabaríamos el agua caliente de seguir su idea. me dejé caer de espalda de nuevo y sonreí como una niña.

Poco después decidí salir de la cama y bajar a desayunar. Saludé a mi madre con un beso en la mejilla cuando la encontré por los pasillos y me fui directa a la cocina para hacerme el desayuno. Allí me encontré con Lucas nuevamente y me cogió de la cintura y me besó, pero como siempre pasaba, la cosa se volvía algo intensa, sus manos se colaron por la camiseta hasta tocar la piel de mi cintura y me subió a la isla de la cocina, cogí mi pelo y lo moví todo para un lado y de nuevo pasé mis manos por el cuello de Lucas. Él sonrió y antes de separarse me mordió el labio.

-Lucas, no sigas que... -empecé pero otra voz nos paró.

-No hace falta que os cortéis, de nuevo has vuelto a escoger a Lucas, ¿no Alexis? -dijo Theo entrando y cogiendo una taza para tomarse un café.

Lucas me miró con intenciones de querer matarle a golpes, pero le intenté tranquilizar como pude.

-Creo que te debo una explicación y...

-No me debes nada. Está todo más que claro.

Salió por la puerta y de nuevo, volvíamos a estar en las misma de antes, alguno de los dos estaría dañado por mi culpa, pero lo que ellos no sabían era que la que más dañada salía, era siempre yo.

***

Estábamos en el coche de Lucas, Noa y yo íbamos cantando a Morat, a ambas nos gustaba la banda y a los chicos les había tocado aguantarnos mientras matábamos gatitos cantando.

-No vengas a cobrarme porque no te debo, no te debo nada -canté intentando no desafinar -. Ya entendí que no te quiero, no te quiero nada.

Seguimos cantando y lo peor es que Lucas y Antoine se unieron a nosotras y de verdad... No sé como no rompimos los cristales del coche. Al final habíamos llegado al tan mencionado "restaurante de calidad". Llegamos al Foster's Hollywood. Los chicos no querían nada elegante y menos nosotras, queríamos ser unos chicos normales que están locos y que buscan amor por las calles de Madrid.

-Hubiésemos ido a un Burger King y habría estado perfecto. -dijo Noa riendo.

-¡Ves! Te dije que el Burger King era buena idea. -le dijo riendo Lucas a Antoine, que bufó.

Cogió la mano de Noa y la llevó hacia el interior del restaurante, yo iba a entrar pero Lucas pasó su brazo por mis hombros y me besó sin moverse del sitio, no entendía por qué no lo podía hacer dentro y no aquí donde todo el mundo no podía ver... Pero, él mismo me quitó esos pensamientos cuando su lengua se coló dentro de mi boca.

-Saldrá en menos de dos minutos, cuando deje de comerse la cabeza para impresionar a Noa. -me dijo mordiendo mi mejilla.

Tal y como dijo Lucas, Antoine salió del restaurante, de la mano de Noa, su cara era de estar comiéndose la cabeza y Noa, la pobre, solo podía sonreír. Si es que estaba un poco verde el hombre en este tema, le estaba costando una vida pedirle salir a mi amiga, pero con lo que le habíamos preparado Lucas y yo, estábamos seguros de que ella no le diría que no. Era imposible y si lo hacía, sería culpa de Antoine, no nuestra.

***

Al final habíamos ido al Burger y las cosas... Las cosas no habían salido tal y como esperábamos, nadie sabe en qué momento, el dejarle a Antoine una Coca-Cola fue buena idea, me explico. Intentó quitarle a Lucas algo, creo que un sobrecito de kétchup y cuando Noa estaba llegando de coger su bebida, él dio un manotazo al aire y la bebida cayó encima de la ropa de mi amiga. La verdad es que la cara de Noa fue un poema, pero la de Antoine valía más que los 222 millones pagado por Neymar, estaba claro que Lucas y yo no habíamos podido dejar de reírnos en toda la velada.

Ahora nos encontrábamos de camino hacia la sorpresa que le habíamos preparado a Noa. Ella iba atrás con Antoine mientras Lucas y yo íbamos delante, yo iba un poco cansada porque había estado todo el día de un lado para otro y tenía bastante sueño, pero eso no me impedía estar aquí por mi amiga. A ver si el francesito le pide salir de una vez.

-Ya llegamos chicos. -dijo Lucas.

Yo separé mi cabeza de la ventana y me cogí la sudadera de Lucas antes de salir del coche, cuando estuve fuera, me la puse y esperé a que Lucas llegara a mi lado. Los otros dos tórtolos habían empezado a caminar y estaban más adelante que nosotros. Lucas pasó su brazo por mi hombro y yo apoyé mi cabeza en el suyo, mientras le daba la mano, comenzamos a caminar hacia la entrada del estadio y con gusto nos permitieron pasar.

Lucas me llevó por otro lado diferente y acabamos en lo mas alto de las gradas, quería que estuviéramos solos y que así, los enamorados tuvieran algo de intimidad. Nos sentamos en el primer asiento que nos encontramos por delante, yo pasé mis piernas por encima de las suyas y apoyé mi cabeza encima de su hombro. Me encantaban estos momentos de tranquilidad con él. Dirigí mi mirada abajo y vi el gran cartel en el que ponía "¿Quieres salir conmigo, princesa?". Estuvimos tres días par terminarlo, todo porque Antoine se cansaba de pintar. Luego oí el grito de Noa diciéndole que sí y les vimos besarse, o eso intuíamos. Miré a Lucas.

-¿Por qué no podemos ser ellos? -besé su mandibula.

-Me estas diciendo que quieres que sea el desastre de Antoine ¿enserio? -río.

-¡No! Tampoco te pases -ambos reímos y volví a poyar mi cabeza en su cuerpo -. Solo digo que ojalá las cosas fueran más fáciles.

-En nuestra familia las cosas nunca han sido fáciles. -me dijo el con tristeza.

Y a este paso, nunca lo serán.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora