Quince

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Estaba en la puerta de casa esperando a que llegara Lucas, se marchaba con el equipo para jugar contra el Girona, cuando llegó a la puerta me cogió la cintura y me besó apoyando su espalda en el marco de la puerta, pasé mis manos por su cuello y sonreí cuando dejó un beso en mi mejilla.

-No hagas tonterías mientras no estoy, ¿vale? -reí.

-No es como si me vaya a tirar a Theo -dije irónicamente, pero luego me di cuenta de lo que estaba diciendo -. Mal uso de la expresión.

-¿Sabes una cosa? Haz lo que quieras, menos eso. Por favor.

Reí cuando él empezó a reír por la tontería que acaba de soltar. Creo que iba siendo hora de pensar únicamente en mi relación con Lucas y olvidarme de todos los demás. Poco después se tuvo que ir para coger el bus que le llevaría hasta el aeropuerto, me quedé en la puerta mirando mientras cogía su coche y se iba. Sentí una respiración por detrás de mí y me asusté.

-Parece que ya te ha dejado sola. Sola conmigo. -me dijo Theo.

-Una pena que tengas que entrena...

Me fijé en que una chica picaba a la puerta y Theo fue hasta allí para abrirle, mi seriedad regresó de nuevo cuando se saludaban entre risas y con dos besos, ¿quién era esta tía y por qué saludaba así a Theo? Ellos comenzaron a caminar hacia donde yo estaba y tuve que poner otra de mis más falsas sonrisas, desde que no estaba Adriana había perdido la costumbre.

-Alexis, ella es Cristina, es mi mejor amiga. -estuvo a punto de comenzar mi tic en el ojo, pero me intenté relajar.

-Hola, encantada, soy Alexis, su... -Theo y yo nos quedamos confundidos -Prima.

-Hermana. -dice a la vez que yo "prima". Nos miramos -Prima.

-Hermana. -dijo yo ahora cuando el dice "prima".

La chica nos miraba con confusión, pero me daba igual, no tenía en mente darle ninguna explicación del asunto. Ella pasó a casa, gracias a que Theo tenía su mano en su espalda baja, el tic comenzó y me tuve que ir a la cocina hasta que parase. Káiser apareció de la nada, como suele hacer normalmente y comenzó a menear la cola y a lamerme el tobillo, yo simplemente le miré y dije una simple palabra.

-Muérdela.

El perro pareció entederme porque al momento corrió para ir hasta el salón, en donde ellos estaban. Sentí a la chica soltar algún gritillo y yo sonreí, pero cuando entré por la puerta del salón Theo tenía al cachorro en brazos y ella le acariciaba mientras mi perro les lamía la cara. Apreté la mano y salí de la cocina para ir hasta el salón, al verme Káiser vino hacia mí y se tumbó en mi regazo.

-¿Y cómo no avisaste de que venía? -le pregunté a Theo.

-No se va a quedar, venía a recoger algo.

-Sí -dijo ella -, se me olvidó una sudadera, en la habitación de Lucas creo. Es que estuve aquí el otro día...

Mi cara se descompuso y fui yo misma la que subió a la habitación de Lucas y busqué la dichosa sudadera. Bajé al piso de abajo y se la di amablemente, aunque me dieran ganas de dársela a Enzo o a Káiser para que la rompiera. Volví a desaparecer por la casa y me olvidé de que esos dos andaban por ahí.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora