Diecisiete

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Narra Noa

Lucas y yo estábamos en el pasillo del hospital, la madre de Lucas estaba de camino junto a su tío y a su prima. Cuando Lucas me había llamado Lucas estaba llorando y no tardé ni medio segundo en llegar a su casa para coger el coche e ir directos al hospital.

Estaba sentada en el suelo mientras el mayor de los Hernández daba vueltas de un lado a otro. Estaba con los ojos rojos, nervioso y muy preocupado y me estaba poniendo nerviosa a mí también.

-Lucas... -dije levantándome y cuando me miró, le abracé.

-No puede hacerme esto, no puede... -le oí sollozar y yo intentaba aguantar al lágrimas.

-Va a estar bien Lucas, va a estar bien. La conoces sabes lo terca que es...

Él se separó de mi cuerpo y volvió a caminar un poco mientras se quitaba los restos de lágrimas. Me fijé en la puerta y vi como llegaba la familia de Lucas, su madre me abrazó en cuanto me tuvo delante mientras Lucas abrazaba a su tío y a su prima.

-Va a estar bien. -le dije a Laurence y ella me sonrió como pudo.

Me fijé de nuevo en la puerta del lugar y vi a una chica entrar, cuando Lucas la vio, fue directamente hacia ella y se abrazó a la chica como si no hubiera mañana. Conocía a los hermanos desde siempre, pero a esa chica no la conocía de nada. Vimos al médico aparecer y tan rápido como Lucas se había acercado a la chica, tan rápido se separó de ella.

-¿Familiares de Alexis Hernández? -Lucas se adelantó a todo el mundo.

-Es mi hermana, ¿dónde está? Quiero verla, necesito verla. -dijo intentando pasar pero el médico se lo impidió.

-Podrás verla ahora, pero espera un momento -ya todos nos acercamos al médico -. Ella está bien, tiene un golpe en la cabeza y un hombro dislocado, pero se recuperará enseguida.

Todos respiramos tranquilos y Lucas dejó su cabeza caer hacia susurrando cosas al cielo, su madre le abrazó por un costado y luego el médico les dijo que uno podía verla de momento, porque se encontraba dormida y no querían que se agobiase. Tras mucho hablarlo, Laurence le permitió a Lucas ser el primero en ir a verla, sabía como estaba él. Lo estaba pasando muy mal.

***

Narra Lucas

Cuando el médico me dejó frente a la puerta de la habitación, los nervios me volvieron a recorrer el cuerpo, no me creía que mi princesa estuviera aquí... Entré dentro de la habitación y alguna lágrima se me escapó cuando la vi en la cama tumbada y con cosas a su alrededor, tenía cortes por toda la cara y brazos, el brazo derecho con una cabestrillo por el hombro y tenía moretones por la cara.

-Como te han dejado, mi niña... -dije y me senté a su lado, le cogí la mano y se la besé mientras apartaba algún mecho de delante de su cara -No me puedes dar esos sustos, casi rompo la pared -sonreí -. Te necesito a mi lado. Eres mía, ¿recuerdas, pequeña? Eres mía y no te voy a dejar.

Me acerqué a ella y le di un beso en frente, luego me dediqué a acariciarle la cara, hasta que sentí que comenzaba a mover de un lado a otro su cabeza y que su mano apretaba la mía, me separé un poco de ella y comenzó a balbucear algo, algo que prefería no haber entendido.

-Theo... -dijo a duras penas y yo bajé la mirada, le besé la frente y me enderecé de nuevo.

-No tardará en llegar, preciosa, pero mientras tanto, descansa. Te quiero.

Salí de la habitación y mi madre entró al momento, me fui directa a donde estaban Cris y Noa, esta última con cara de pocos amigos, estaba claro que ver a Cris aquí no le había hecho gracia, ella era muy fiel a Alexis.

-Está bien, un poco dormida, pero es seguro por los medicamentos.

-Espero verla pronto. -dijo Noa al momento.

Cristina se mantenía distante, pero tenía ganas de que me abrazara, desde que vino a casa para ver una película y se quedó dormida, tenía ganas de verla, pero no en estas circunstancias, no con Alexis en el hospital...

-¿Lucas estás bien? Estás como ido. -me dijo ella.

-¿Theo lo sabe? -asentí mirando a Noa -¿Cuál es el problema entonces?

-Él es el problema -me llevé la mano a la frente -. Esto no va a acabar bien... Por lo menos para mí.

-Lucas ya hemos hablado de esto muchas veces, sabes que ella te quiere. Pero tiene la cabeza en Babia, no es culpa tuya ni de Theo. Ella sola se lía la cabeza. -me intentó animar Noa.

-Tú sabes lo que en verdad pasa por su cabeza y yo también -sus ojos se abrieron -. ¿De verdad te crees que no sé que está enamorado de él? Solo hace falta verla.

-Lucas...

-Lo supe desde que me enteré de que se habían acostado. Ha dicho su nombre allí dentro... No sé ni por qué está conmigo.

Apoyé mi espalda en la pared y me dejé caer hasta sentarme en el suelo. Era el peor día de mi vida.

***

Narra Theo

Llegué lo antes posible al hospital, eran las tantas de la noche y acababa de llega de A Coruña, pregunté por ella y al momento me dieron el número de la habitación, corrí más que en cualquier partido que haya jugado. Cuando entré por la puerta me encontré con Lucas allí, dormido en una silla al lado de la cama de Alexis. Se me contrajeron todos los músculos cuando la vi en la cama, estaba llena de magulladuras que me estaban doliendo hasta a mí. Ella estaba ahí por mi culpa.

-Lucas... -pasé mi mano por su hombro y él despertó.

Se levantó y me abrazó cuando me vio, tenía unas ojeras del demonio y tenía los ojos rojos, estuve bastante tiempo llorando. Era la primera vez que me abrazaba de esta manera y era porque ambos sentíamos el dolor por ella. Ambos la queríamos como a nadie.

-Ha preguntado por ti. Fue lo primero que dijo, tu nombre... -mi corazón volvió a latir con fuerza -Mamá dijo que lo repitió todo el tiempo que ella estuvo dentro.

-Dios... Esto es culpa mía -dije mirándola -. Si no me hubiera llevado en coche ella...

-Theo, eso ya da igual -le miré y pasó su brazo por mi hombro, caminó hasta la puerta -. Te quiere a ti. Siempre te ha querido a ti.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora