Veinte

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La semana había sido un tanto dura, los entrenamientos habían sido duros, sobre todo porque nos querían poner al máximos a todas, pero sobre todo a mí. Y lo entendía, porque había estado dos años sin jugar y sin entrenar, llegaba tan cansada a casa que comía y me iba o al sofá o a la cama a dormir, no estaba yo para estas cosas. Lo peor de todo era que seguíamos a la espera de esa última jugadora para que cerrara el equipo, según nos había dicho Arbeloa, que era nuestro entrenador, no jugaríamos ningún partido oficial hasta que ella tomara una decisión.

Dejé que mi cabeza se fuera escurriendo hacia el cristal del coche de Theo, poco a poco se me iban cerrando los ojos y sentí a Theo reír.

-Te dejan más cansada que yo. -sonreí débilmente en cuanto oí esa tontería.

-Si me cansaras como lo hacen aquí, me podía despedir de la vida.

-Exagerada.

-Theo, mi amor, llevo dos años sin jugar... Es normal que esté así.

Poco después bajó el volumen de la radio y empecé a dormitar, estaba muy cansada. El coche seguía en marcha y poco tardamos en llegar a casa, paró el coche y antes de que pudiera levantarme me cogió como a una novia y entramos en casa, subió las escaleras hasta que llegamos a mi habitación y ambos nos tumbamos allí a no hacer nada. A por descansar tranquilamente, como no hacíamos desde hacía unos días.

-Eres preciosa y lo mejor que me ha pasado en la vida.

-Te quiero. Muchísimo.

Dejé que mis ojos se cerraran y no tardé nada en quedarme dormida de nuevo.

***

Estábamos todos en la piscina de casa, Violette jugaba con Theo y Lucas en el agua, mi madre y mi tío estaban hablando tranquilamente, Cris estaba tomando el sol, al igual que yo. No habíamos hablado desde que llegué a casa del hospital, creo que ella sabía que no era mucho de mi agrado y por eso prefería no tener relación conmigo.

-Creo que tú y yo deberíamos hablar. -me dijo de la nada.

-Lo que tenía que hablar lo hablé con Lucas, no tienes por qué meterte.

-Pero quiero que sepas toda la historia, no quería quitarte a Lucas. Al menos no de manera tan ruda. -dijo sentándose en la silla que estaba al lado de mi tumbona.

-Pero al final te lo has quedado, y no es ningún problema, sé perfectamente que él me quiere. Además, estoy con Theo, no tienes que seguir dándole vueltas.

Me levanté y decidí irme al agua con los que eran los dos hombres de mí vida, Theo me cogió cuando me lancé y nos hundió a los dos, cuando salimos a la superficie fui con Violette, que estaba subida en un hinchable gigante con forma de unicornio. Entre los dos hermanos intentaron tirarnos de encima, o volcarlo para que tragásemos agua, pero ni aún así lo consiguieron y fueron ellos los que acabaron tragando agua.

Seguíamos jugando cuando de la nada me empezaron a entrar ganas de vomitar. Me bajé rápidamente y me fui al interior de la casa, sentí a mi madre venir detrás de mí, llegué al baño y no pude evitar dejarlo todo salir cuando me senté en suelo. Ella me sujetó el pelo y perdí la fuerza para el resto del día, para un día que no entrenaba... Cuando terminé, apoyé mi espalda en la pared y mi madre me tendió una manta y me tapé con ella para no coger frío.

-Cariño, ¿estás bien? -asentí -¿Estás segura?

-Completamente, seguramente algo de la comida me cayó mal. Pero estoy bien...

Al momento me volvieron a dar arcadas y acabé vomitando lo poco que seguramente me quedaba en el estómago, sentí que picaban a la puerta y luego vi a Lucas asomarse. Nuestra madre salió y me dejó al cuidado de él por si me entraban más ganas de devolver. Me apoyé esta vez en el pecho de Lucas mientras intentaba que me fuera esto, él simplemente me acariciaba el pelo.

-Ale, se que va a sonar raro, pero... ¿Te ha bajado la regla?

En ese momento todo a mi alrededor se paró, se supone que me tendría que haber bajado hace una semana. Miré a Lucas y él cerró los ojos, sabía lo que estaba pasando, dejé mi cabeza en su hombro y me siguió abrazando.

***

Estaba en la consulta del médico, estaba esperando a que terminaran el análisis para saber si esta locura podría ser peor o no. La señora de pelo blanco entró de nuevo con unos papeles en la mano, los cuales leía. Se sentó frente a mí y a mi madre y luego lo dijo.

-Me complace informarle de que está embarazada de dos semanas. -cerré los ojos y me llevé la mano a la frente.

-Muchas gracias. -le dijo mi madre y la señora salió de nuevo.

No me puedo creer que esto me esté pasando justo ahora, ¿qué se supone que iba a hacer con un niño? Por Dios, que tengo veintiuno... Me levanté del asiento y luego mi madre hizo lo mismo, salí por la puerta y a los primeros que vi fueron a Lucas y Theo, que habían querido venir. Me quedé mirando al segundo de ellos y decidí no pararme, comencé a caminar por el pasillo, ignorando sus llamados y buscando la salida de este dichoso lugar.

Anduve dando unas vueltas por el lugar y al final llegué a casa en taxi. Se me había pasado la hora, pero tampoco estaba muy preocupada por ello, prefería entrar sin que nadie se enterara, tumbarme en la cama y despertarme de nuevo y no tener un bebé. No me malinterpretéis, tengo veintiuno y Theo diecinueve, no es el momento, puede que dentro de unos años... Pero ahora...

Entré y estaba todo oscuro por lo que con cuidado me fui a mi habitación, pero para mi sorpresa allí estaba el pequeño de la familia. Me tumbé y él al momento me abrazó contra su cuerpo, estaba segura de que mamá se lo había contado todo, no la culpo. Ella siempre me ha dicho que quería tener nietos. Me abracé al torso de Theo y cerré los ojos.

-¿Sabes que siempre voy a estar para ti, verdad? Pase lo que pase.

-Lo sé.

Dije y no tardé mucho más en dormirme. Estaba segura de que a partir de ahora, mi vida iba a ser una historia muy diferente a la de ahora.

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora