Diez

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Entré en la habitación de mi hermano mayor, que estaba tirado en la cama, boca abajo, cual saco de cemento. Sonreí porque me hizo gracia su postura y cerré la puerta detrás de mí y despacio fui hasta la cama, para luego subirme encima de su cuerpo y sentarme encima de su culo.

-Lucas, perdón por lo que dije allá. -dije tumbándome encima de su espalda.

-¿Qué más da? Sé perfectamente que te ha gustado más su regalo que el mío. Hasta mamá lo prefiere...

-Eso no es verdad -él sacó su cabeza de la almohada y me miró por encima del hombre -. Bueno, puede que sí, pero... Puede que haya algo que...

No pude seguir porque se tumbó encima de mí en su cama y estaba a punto de juntar sus labios con los míos, pero le paré antes de que lo hiciera.

-No esto exactamente -reí y él me besó y esta vez no se lo impedí -. Que igual en otro momento te digo que encantada... Pero ahora, había pensado que... Podías... Llevarme... ¿A cenar? -dije no muy segura de qué me diría.

-De entre todas las cosas que puedes pedirme, ¿me pides ir a cenar? -me dijo con cara de estúpido.

-¡Lucas! ¡Te enfadas porque me gustó más el regalo de Theo y ahora me dices esto! -me levanté de encima de él enfadada -De verdad que tu estupidez aumen...

-Era broma. No te pongas así -dijo con su dedo en mi barbilla -, estas feilla cuando te enfadas.

-Tu sí que saber hacer sentir bien a una chica. -dije irónica y él me besó de nuevo.

-Sabes que en la cama soy de lo mejor que has visto... -dijo ahora besando mi cuello -No, espera, que he sido el único con el que te has acostado más de una vez.

-Lucas... -dije intentando mantener la compostura, a duras penas -Ahora no, por fa... -tuve que gemir cuando su mano se coló entre mis piernas -¡Será mejor que me prepare y ti, más de lo mismo! -dije separándome de golpe.

Salí por la puerta y la cerré para que no me siguiera, me quedé apoyada en la misma e intenté relajar mi respiración. Vi a Theo salir de su habitación con el perro y al momento le cogí del brazo, aún con la respiración agitada y entramos en mi habitación. Se sentó en la cama y dejó al cachorro por el suelo, yo me dejé caer en el suelo. Entre los dos me iban a matar.

-¿Qué te pasa? Cualquiera diría que acabas de correr una mar... -se paró de golpe y se puso serio -¿Te acabas de acostar con él?

-¡No! Era lo único que intentaba hacer, pero el muy salido se ha puesto en plan... -le señalé y gesticulé sin expresarme -Como os ponéis vosotros cuando queréis sexo, ¿sabes? Pero me fui, posiblemente dejándole con el calentón. Bueno... A él y a mí. -me llevé la mano a la cara.

-Vaya problemón. -dijo haciéndome burla.

-Ya te dejaré a ti un día así, a ver qué te parece.

-No. -dijo al momento y reí.

Seguía en el suelo y cuando me levanté para ir al armario, sentí a Theo por detrás de mí, haciendo algo que me gustaba, pero que iba causar algo muy malo. Me guió hasta mi cama de nuevo y se tumbó encima de mí, me miró y luego me besó lentamente, pasó sus besos a mi oído y allí me susurró algo que me alteró las hormonas más de lo normal, mientras su mano se metía en mi pantalón.

-Ahora, quédate quieta, hoy el solo para ti.

No pude evitar arquear la espalda cuando sentí sus dedos en esa zona tan sensible de mi cuerpo. Lo único que se podía escuchar en mi habitación ahora eran mis gemidos, que Theo intentaba silenciar con besos, y a él riendo en algunos momentos.

***

Lucas pagó la cena y ambos nos dirigimos a la salida del restaurante para poder volver al coche, apoyé mi cabeza en la ventana mientras paseábamos por la ciudad, Lucas aprovechó para coger mi mano y darle un pequeño beso sin apartar la mirada de la carretera. Mis ojos se comenzaron a cerrar, era de noche, él conducía tranquilamente y la música era demasiado relajante.

Mis ojos se abrieron cuando el coche se paró, me estiré para desperezarme todo lo que pudiera y luego miré por la ventana. Estábamos delante del Vicente Calderón. Me quedé mirándolo desde la ventana y muchos recuerdos se vinieron a mi cabeza, el primero de todos fue con Lucas. Porque aquí había sido donde me había besado por primera vez, hacía casi un año. Bajamos del coche y él me llevó hasta la entrada del campo. No sé cómo había conseguido que nos permitieran la entrada al campo, pero ahora estábamos en una manta tumbado en el campo viendo el cielo.

-Te pedí una cena, pero esto... Gracias. -le dije con una sonrisa sincera y él se estiró hasta besarme.

-Todavía hay algo mucho mejor... -dijo.

Se fue dejándome sola en el campo durante unos minutos, pero cuando le vi aparecer no pude evitar reírme, venía con un balón en la mano. Me dejé caer de nuevo en la manta y Lucas tiró de mí para que me levantara y le siguiera, me llevó hasta la portería y me dejó ahí para luego irse al punto de penalti. Sabía que odiaba esto, sabía que odiaba que me pusiera bajo palos y que él tirara a puerta.

-¡Lucas odio esto!

-¡Lo sé! Por eso lo hago.

Bufé indignada y eché a correr para luego darle una patada al balón y mandarlo a Dios sabe dónde, él comenzó a correr detrás de mí y me acabó alcanzo parar luego tirarnos sobre la manta que había traído. Estábamos riendo como unos niños, porque al fin y al cabo, eso éramos, unos niños. Comenzó a besarme y yo le respondí sin pensarlo, sus manos fueron a mi cintura y comenzaron a meterse por dentro de mi camiseta, pero yo fui la primera en quitarle la camiseta y lanzarla por ahí.

-Aquí te besé por primera vez... Y creo que después de esto... -me volvió a besar -Nunca voy a olvidar este lugar. -me dijo con cariño.

***

No pude evitar soltar un grito ahogado cuando llegamos al clímax, el me sonrió, tal y como me gustaba que lo hiciera y dejó un beso en mi mejilla, luego se tumbó a mi lado y acarició mi mejilla. En eso, ambos eran iguales, Lucas siempre acariciaba mi mejilla y Theo hacia lo mismo en mi espalda. Me encantaba que lo hicieran.

-¿Por qué no me dijiste que te acostaste con Theo?

Somos Hermanos |Lucas & Theo Hernández|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora