Capítulo 14

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Maratón 1/3

Las clases transcurren rápidamente causando que los nervios me recorran completamente. Suspiro. Miro a Layla quien tiene los audífonos puestos y se encuentra concentrada escribiendo los apuntes que el profesor puso en el pizarron. Sonrió. El timbre resuena por toda el aula. Guardo mis cosas y espero a que terminen de hacer lo suyo. Volteo hacia mi derecha donde Jhon se encuentra leyendo un libro de la segunda guerra mundial absorto de la realidad.

Es perfecto este hombre, joder.

Lo miro detalladamente. Su perfil es tan masculino y sexy a morir pero también tiene ese toque tierno, sus mejillas se encuentran con un ligero toque rojizo, su ceño ligeramente fruncido dándole un aspecto de concentración, en el puente de su respingona nariz se encuentran descansando sus lentes, sus carnosos labios se encuentran levemente fruncidos me le quedo mirando por un tiempo ¿estarán suaves? ¿Tendrán sabor dulzón? Muevo ligeramente los ojos tratando de disipar esos pensamientos.

Yisus quita estos pensamientos pecaminosos de mi ser señor. Dame la fortaleza de no mirar a seres tan buenos y digo buenos en un sentido...bueno dejémoslo así.

Dejando esas ideas a un lado vuelvo mirar a Jhon pero para mi sorpresa él también me mira. Un golpe de vergüenza me golpea fuerte mente al ser cachada de acosadora. Desvió mi mirada abochornada. Por el rabillo del ojo veo como Jhon deslumbra una gran sonrisa haciendo que la vergüenza sea más. Y sin más una carcajada brota de él.

—¿Qué te divierte eh? —pregunto aun sin voltearlo a ver. Mi cara arde completamente.

Sin respuesta alguna volteo a verlo topándome cara a cara con él a tal punto que su aliento choca con mis labios. La sorpresa invade todo mi cuerpo, mis ojos se abren exageradamente al sentirlo tan cerca, mi boca se abre un poco tratando de formular palabras coherentes pero no digo nada. Mi corazón late frenéticamente, mi respiración se agita un poco. Jhon quien se encuentra frente a mí se ha quitado sus lentes lo que deja ver sus ojos azulados brillantes quienes me miran expectante. Una sonrisa se extiende en su rostro mostrando sus dientes perfectos. Lleva su mano a mi mejilla, su cálido tacto hace que mi piel reaccione y se erice.

—Eres graciosa Beck—dijo para después carcajearse.

Se paró del lugar en el que se encontraba sentado y sin más se aventó al piso para después empezar a rodar. ¿Tanta gracia le daba? Por alguna extraña razón sentí como un nudo se instalaba en mi estómago. Tratando de disimular un poco ese extraño sentimiento lo mire desafiante. Oh este chico no sabe con quién se ha metido. Me paro de mi lugar y pongo de cuclillas sobre el para después comenzarle a hacer cosquillas.

—PARAAAA ...POR DIOS—grita dramático mientras se retuerce, ríe sin parar.

Mis dedos se mueven ágilmente por todo su abdomen. Su cara se encuentra roja, sus ojos los mantiene cerrados dejando ver como pequeñas lagrimas recorren su mejilla. Sonrió victoriosa. Dejo de hacerle cosquillas, me levanto y vuelvo a sentarme en mi lugar. Lo miro triunfante al verlo acostado con los brazos y pies extendidos con un gesto de derrota. Ahora es mi turno de reír.

—¿De qué te ríes Beck? —pregunta Layla, aguarda sus cosas y me mira esperando claramente una respuesta.

Le señalo al moribundo Jhon en el piso. Ella rodea la mesa para ver y cuando lo hace rompe a carcajadas, incrementando así mi risa y la de Jhon. Su risa delicada resuena por todo el salón y el mal de pepa pig la ataca haciendo que un súper ataque de risa me dé y le haga compañía a Jhon. Al final los tres terminamos en el piso riendo sin parar hasta que vino el intendente y nos sacó sin más del salón.

Un bebe para BeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora