-«Ella es -decía la bestia de su interior-. Es ella no puedo equivocarme.»
El Taiyokai ahogó un suspiró. yako lo estaba volviendo loco pero lo que le desquiciaba de verdad era que esos inútiles no podían encontrarla.
-«Debemos buscarla -dijo-. No puedo perderla de vista. Ella nos pertenece, es nuestra...»
-Estas loco -respondió-. Es sólo una humana a simple vista.
-«Y una miko ¿acoso lo olvidas?-contraatacó la bestia-. Busquemos la. Esos ineptos no la encontrarán. Ellos no saben lo que vale y la importancia que tiene...»
Sesshomaru se frotó con frustración el puente de la nariz conteniendo lo más que podía a Yako mientras Abi, que estaba de pié delante del escritorio de él lo observa, aunque no los demostraba, sorprendida. Ella nunca fue capaz de verlo de esta forma ya que siempre se mostraba imperturbable con esa mirada fría y glacial que congelaba y helaba a la gente.
Además había transcurrido una semana y Kykio y los jóvenes viajeros no habían obtenido nada ni una pequeña pista de la miko desaparecida. La pobre chica estaba desesperada. Sabia que su hermana estaba viva, lo podía sentir, pero entonces ¿donde estaba? ¿adonde se la habían llevado? Ya habían ido a las aldeas que estaban en el Sur, Norte y en el Éste, y ahora estaban en la región de Oeste, cerca de la aldea de Edo.
No habían recibido ni enviado noticias a la anciana Kaede para no darles falsas esperanzas porque sabían que si Kykio estaba en aquel estado a ella le estaba por dar un infartó al corazón.
-Cambia eso cara Kykio ¿eh? Kagome-chan esta viva. ¿Me escuchas? Esta viva -Sango le dio una palmada en el hombro con jovialidad fingida que no sirvió de nada. Los ojos de la miko estaban sin brillo y en blancos como si le hubiesen sacado el alma por la boca.
-Kykio-sama Sango tiene razón. Kagome-sama esta viva porque si no lo estuviera usted ya lo sabría, por algo son hermanas -dijo Miroku, detrás de la Taijiya.
Ella no dijo nada y continuó mirando el horizonte como si no hubiese escuchado nada, como si estuviera ella sola, caminado un interminable túnel oscuro donde en el final había un poco de luz que intentaba alcanzar.
Los labios los tenia resecos y cortados. Inuyasha podía verlos y notarlos muy bien ya que él mismo era testigo de la condición actual de la miko. Pues, no había comido y dormido en días. Era realmente sorprendente como aún continuaba caminado toda deshidratada con los ojos como mapaches.
Dejando de caminar, el Honyou apretó, con enojo, los labios y agarró a kykio con fuerza del traje.
-Inuyasha ¿que rayos haces?-cuestiono Sango.
Observándola directamente a los ojos, el peliplata los vio tan idos y blanco que por un momento quiso golpearla. Él se había ganado un chin de confianza de ellos poco a poco, pero no lo suficiente como para tenerlo oficialmente de amigo. Ellos sabían perfectamente que era lo que el quería y que cuando lo obtuviera se iría y que tal vez intentaría matarlos a todos.
-Escucha Baka, miko de mierda esa detestable y arrogante mujer esta viva. No seas estúpida y deja de actuar como si todo te valiera madres o yo mismo te voy a golpear hasta que recapacites ¿entiendes? -expresó con rabia contenida.
Los ojos cafés de la Kykio recobraron un poco de brillo al escucharlo y se llenaron de lágrimas, que empezaron escaparse les.
-Kagome... -dijo ahogando sollozos entre sollozos.
Para sorpresa del Honyou y de los dos presentes cuando la dejo, lentamente, en el suelo kykio se abrazo a él llorando mientras se deslizaban lágrimas tras lágrimas de sus mejilla llamando a la desaparecida.
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😈Gemelas pero distintas😇| Pausada
Fanfiction*PAUSADA* LA DESTRUCCIÓN DE KAGOME Hace veinte años en tiempo de fuga Youkai, una de esas criaturas sedujo a una sacerdotisa poderosa con alta energía espiral, capás de destruir a cientos de demonios con sólo el amagó de su espada. Se dice que el yo...