16. El escape de la miko

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Todos estaban inquietos en el lugar. Y había mucha tensión, la Taijiya, desde su escondite, podía sentirlo. Ninguno de los ancianos se esperaba que la joven miko los sorprendiese, hablando de un tema tan delicado como aquel.

Kikyo los miraba intercaladamente a los dos, esperando una respuesta, y arqueó una ceja.

-Y ¿Entonces? -dijo espectante la miko. No tenía todo el día para esperar una respuesta de ellos, además ya se estaba cansando rapidamente de esperar.

-Kikyo... eres muy joven y aún no es el momento para hablar algu...

-Yamero, nunca es el momento. ¿Cuando lo sera? ¿cuando Kagome-onee aparezca muerta por ahí o nunca? -dijo gritando la joven.

Sango se sorprendio, no se esperaba que la miko soltase una palabrota. En realidad, ella esta más sorprendida porque esta era la primera vez que la escuchaba decir palabrotas. Momiji y Botan, se acercaron a la Taijiya por detras al escuchar esos gritos curiosas, dispuestas a intervenir. Pero al ver que se trataba de la joven miko permanecieron escondidas con la Taijiya.

-¿Por que grita? -dijo preguntando Momiji mientras miraba aquella escena tan tensa en el salon. Pero no recibió espuesta. Si queria que se destapase los oidos, penso Sango.

El ojito bueno de Kaede estaba bien abierto y su expresion era totalmente de sorpresa, aparte de que tenia la boca abierta. A Sango le sorprendio de que la mandibula no le callese al piso a la anciana, ella tambien esta sorprendida. Y ¿como no estarlo si nadie, hasta ahora, le habia alzado de esa manera la voz al sumo sacerdote dirigente de las mikos, exterminadores y monjes?

-Sigo sin entender -dijo la perroja, Momiji.

-¡Callate Momiji! -dijeron Sango y Botan a la vez, sin alzar la voz, y una gota nerviosa de sudor bajo por su sien mientras se sentia como una hormiga a la que un elefante va a pisar.

El gran sumo sacerdote sonrió y se acomodo sobre su asiento, removiéndose. La anciana se pregunto qué podría causarle gracia, al igual que Kikyo, la cual entrecerró los ojos, mirándolo.

-Kikyo...

-Es él el que debe responderme está pregunta obaa-sama, no se meta -dijo la joven, sorprendiendola aún más.

-¿De donde Kikyo-sama a sacado tantas hagallas? Alguien que me lo diga, yo quisiera también sacarlas -dijo murmurando para sí misma Botan aunque las otras dos mikos lo escucharon muy claro y se mantuvieron en silencio, concentradas en la situacion con mayor importancia delante de ellas.

-Estás muy cambiada, querida Kikyo, y creeme que eso es bueno y a la vez malo. Eso lo sabes, ¿verdad? -dijo él sin dejar de sonreir, sabiendo que la joven miko era consciente de que todavia Hensegumi poseia cierto poder sobre ella y su hermana. Kikyo apretó su puño impotente, pero sabiendo que esa no era lo que queria escuchar. Esé anciano estaba cambiándole el tema.

-Perfectamente -dijo respondiendo ella, sonriendo, y liberando suavemente el puño, algo que desconcerto a los presentes. ¿Por que sonreía?, pensó Sango, creo que ya me perdí de algo- pero eso no responde a mi pregunta Hensegumi-sama, ¿a qué tanto ustedes le temen? -miró a los dos ancianos, y una gota nerviosa de sudor bajo lentamente por la sien de Kaede.

-¿A que te refieres? Explicate -dijo denjado de sonreir el gran sumo sacerdote. Demonios esa jovencita era inteligente, él sabia que ella desde hacia mucho habia estado sospechando e investigando acerca del tema. Pero la realidad era que tarde o temprano lo descubriría por más que lo escondiesen de ellas.

-Ustedes saben muy bien, dejen de fingir ignorancia -dijo Kikyo, observando la reaccion del mayor, cosa que le gustó.

-Ustedes saben muy bien, dejen de fingir ignorancia -dijo Kikyo, observando la reaccion del mayor, cosa que le gustó

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😈Gemelas pero distintas😇| PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora