―Deberíamos regresar ―dijo Kikyo, robándoles la atención a los tres joven que viajaban con ella mientras agarraba con ambas manos el plato hondo de sopa hecho de arcilla.
Los ambarinos de Inuyasha la observaron, intentado descifrar lo que rondaba por su cabeza.
―¿Regresar? ―preguntó Sango, frunciendo el ceño. Ya se hacia la idea de a qué se refería la hermana de su mejor amiga, pero quería que ella lo dijese con sus labios.
―Sí ―susurró, su voz seca y ligera como el viento―. Tengo que regresar con la Oba-sama. Ella... ella debe estar esperando noticias y retrasar lo inevitable puede ser muy doloroso al final para ella.
―¿No estás hablando enserio? ―preguntó Sango, incrédula. No quería comenzar una discusión con la miko, considerando el estado en el que ella se encontraba, pero se negaba a darse por vencida. No aún.
―Sango ―El monje la miro en advertencia.
La Taijiya lo ignoro por completo y la rabia y la decepción circulo por sus venas. ¿Qué no era su hermana? ¿Cómo era posible que se diese por vencida si aún Kagome estaba con vida?
―Debemos...
―¡Cállate! ―explotó, los ojos de Kikyo se encontraron con los coléricos de Sango.
La rabia que emitían los achocolatados de la Taijiya sorprendió a la miko. Tanto que Inuyasha y Miroku, los cuales antes estaban sentados, se pusieron de pié al unisonó de un salto. Kirara, por su parte, se agachó, encendiéndose en las hierbas.
―No quiero escuchar la mierda que saldrá de tú boca. Si quieres darte por vencida adelante. Puedes irte, yo, por mi parte buscare a Kagome ―se puso de pié, cogiendo sus armas de combate.
El monje rápidamente se interpuso en su camino para detenerla, cruzando miradas el uno con el otro.
―Apártese de mi camino su excelencia o no respondo ―dijo con sus ojos fijos en los de él. Su sangre vibraba bajo la capa de piel de su cuerpo. La determinación en sus ojos sorprendió a Miroku, pero eso no lo haría a echarse hacia atrás y dejarla marchar―. Haré lo que sea por Kagome, lo que sea... ―susurró las última frase―. Y me refiero con acabar con cualquiera que se interponga en mi camino para encontrarla.
Retrocediendo un paso hacia atrás sorprendido, el monje mantuvo sus ojos fijos en los determinados de ella. No era estúpido. Sabía que Sango hablaba enserio porque nunca había visto tantas emociones determinantes en los ojos de la Taijiya.
Kikyo se puso de pie y tras los arbustos de la vegetación a su entorno se escucharon pisadas.
Altas energías espirituales se acercaban hacia ellos. No podía saber a quienes les pertenecía por su estado débil, pero Miroku sí. Él se giró inmediatamente en dirección hacia los arbustos al igual que Honjou.
―Se están acercando ―dijo la miko.
Los ojos achocolatados de Sango miraron más allá de Miroku.
―¿Quiénes?
Por el serpenteante camino por el que estaban apareció un carruaje con un jinete al mando, dirigiendo dos caballos. Su vestuario era finó, parecido al de...
―Kikyo-sama ―Tsukiyomi apareció, atravesando los arbustos seguida de Hitomiko y Kanade.
Los cafés de Tsukiyomi miraron más allá de la miko, observando a alguien en específico. Su entrecejo se frunció y las dos mikos de altos rangos de tras de ella se alertaron.
―¿Un Honjou? ―dijo más en afirmación.
―¿Senseis? ¿Qué hacen aquí? ―preguntó Kikyo, haciendo la misma pregunta que se formularon en las cabezas del monje y Sango.
―Henseguimi-sama nos envió a buscarla y a ustedes también ―contesta la miko, deslizando sus ojos de Inuyasha a Kikyo, Sango y Miroku.
―Quiere que regresen a Fujikito ―dice Kanade.
―Kagome-chan ¿Qué pasara con ella? ―preguntó inmediatamente la Taijiya.
―En el momento sean llevados allá, nosotras mismas emprenderemos la búsqueda de Kagome-sama ―contestó Hitomiko, observando llegar el carruaje a ellos.
El jinete se desmoto del transporte, abriendo para ellos el carruaje.
―Suban, por favor ―Kanade extendió un brazo en dirección al transporte.
Sango no dijo palabra solo subió al carruaje. Inuyasha frunció el ceño, despistado, dando un paso hacia adelante. No le importaba en lo más mino saber quiénes eras esas desconocidas, pero él y la miko tenían un trato y lo estaba cumpliendo por lo tanto ella tenía que cumplir su parte.
―¿Qué pasara con lo que me pertenece? ―cinco miradas se posaron en él y una alarma se activo en Miroku, el cual subió de inmediato al carruaje.
―¿Trato? ―inquirió Tsukiyomi. Ya quería saber él porque aquella criatura se encontraba delante de ella y cerca de Kikyo.
―Él Honjou y yo hicimos un pequeño trato, pero eso ya se cancela ―dijo Kikyo con su mirada en blanco.
―¿Qué?
―Ya escuchaste se cancela ―Tsukiyomi se acercó a Kikyo, guiándola hacia el carruaje.
―Juhm ―sonrió el hibrido. Si se creían que se iba a quedar sin su espada estaban muy equivocados. Él no mando a esa vulgar mujer maloliente a tocar su espada―. Estaba pensado en dejarlos vivir ―dijo refiriéndose a Kikyo, el monje y la Taijiya―, pero creo que eso no sé va a poder ―sus uñas se convirtieron en garras.
Corrió, acercándose hacia Kikyo y sus garras chocaron contra la espada enfundada de Tsukiyomi, la cual envió una descarga de energía.
―Buenos reflejos ―admitió el hibrido, observando a las dos mujeres que se encontraban delante del carruaje mientras sus garras, que ahora se encontraban oscurecidas, emanaba humo―, pero de todas formas todos morirán.
Tsukiyomi dio varios pasos hacia adelante mientras alrededor del carruaje se formaba un campo de protección.
―No sé que trató tuviste con Kikyo-sama, pero no dejare que tus sucias manos la toquen ―dijo.
Inuyasha soplo el humo de sus garras, sonriendo al final.
―Así, pues entonces acabare contigo ―Inuyasha contraataco, comenzando una pelea entre él y la miko.
―Puras palabrerías ―sonrió Kanade, observando, al lado de Hitomiko, la pelea que acababa de comenzar. Ambas sabían que esta batalla acabaría pronto porque un honjou como él no tenía posibilidades de vencer a Tsukiyomi.
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Hola!!! os dejo un pequeño mensaje. Estoy escribiendo una historia en mi otra cuenta llamada Fernanda200105, y quiero que ustedes se pasen a echarle un vistazo a POST REAL-WORLD para ver si les gusta. Es una historia del genero vampiro, fantástico. Me harían un gran favor si también los recomendasen a sus lectores y conocidos en wattpad en sus historias.
¡AYÚDENME ONEGAI!
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😈Gemelas pero distintas😇| Pausada
Fanfiction*PAUSADA* LA DESTRUCCIÓN DE KAGOME Hace veinte años en tiempo de fuga Youkai, una de esas criaturas sedujo a una sacerdotisa poderosa con alta energía espiral, capás de destruir a cientos de demonios con sólo el amagó de su espada. Se dice que el yo...