Nuevo capítulo mis amores😉
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La sonrisa de Sango desapareció tan pronto la vió a la cara y sus ojos comenzaron a cristalizarse. No podía creerlo. Era Kagome, tenía a Kagome enfrente. Parpadeó un par de veces para comprobar que esto no era producto de su imaginación, pero ella seguía ahí. Quería llorar de felicidad. Quería abrazarla y decirle cuánto le había echado de menos, pero en ese momento la felicidad pasó a segundo plano y un fugaz destello de ira pasó cómo un brillante rayo de luz por sus ojos.
Entonces, lo único que se escuchó en ese momento fue una sonora bofetada que impactó que con ímpetu sobre una mejilla mientras el agua alrededor de ellas se movía a causa de movimiento.
–Tu... ¿Cómo pudiste irte así, sin decir nada? –la miró con los ojos abnegados en lágrimas y con la voz estrangulada.
–¿Sango...? –la azabache se llevó una mano a la cara sorprendida. Jamás se imaginó que su mejor amiga (casi hermana) llegaría a golpearla. Eso sólo demostraba ser prueba de que las cosas ya no eran como antes; habían cambiado tanto para ella como para todos.
–Yo... lo siento –Kagome desvió la mirada entristecida.
–¿Lo siento? ¿Eso es lo único que dirás? –silencio. Kagome quería y a la vez no quería decirle nada. Sango sabía pocas cosas acerca de su pasado, al igual que Kikyo y Miroku, y eso para ella era realmente un alivio.
Cuando ella asintió, por las mejillas de la cazadora rodaron dos robustas y curvilíneas lágrimas.
–Kagome, has estado desaparasida por meses. Al menos deberías contarnos algo. ¿No crees? Kikyo lo pasó muy mal y yo también lo hice. En varias ocasiones pensamos que estabas muerta y no te imaginas lo aterrador que fue no saber nada de ti. ¡Por Dios! En algún momento, ¿Tan siquiera pensaste en coger pluma y papel para escribirnos que estabas bien? ¿Te hiciste una idea de lo preocupados que estuvimos todos por ti? ¿De las dificultades que tuvimos que atravesar buscándote? -A la azabache le dolió el pecho de tan solo escucharla, ¿Pero si ella la hacía sentirse así ahora, que tan terrible la haría sentirse su propia hermana? Entonces, fue ahí donde tomó consciencia de su inasistencia.
–¿Dónde está Kikyo? –dijo en un hilo de voz.
–No, lo sabemos. Kikyo está desaparecida –Esa palabras fueron con un balde de agua fría sobre Kagome y el corazón se le detuvo por un par de segundos. ¿Su hermana estaba desaparecida?
–¿Desde cuándo? –su expresión se volvió sería y sombría. Al igual que su voz, pensó Sango.
–Desde hace un par de días –Sango sorbió por su naríz y se limpió las lágrima, luego la miró y recordó los vendajes que le mostró Miroku–. Tú estás herida, ¿Verdad? Deja que te presté algo y cure.
–No es necesario –dijo Kagome, quizá para mañana las quemaduras sobrantes solo serían cicatrices o zonas levemente rosadas.
–Espera –Sango colocó una manos sobre su hombro y Kagome se tensó. Ellos no estaban a salvo, no con ella cerca; ya era un peligro– tu te quieres ir otra vez, ¿Verdad? Kagome tuvo que respirar profundamente cuando escuchó los latidos del corazón de Sango y percibió sus venas sanguíneas marcarse en su piel.
–Yo buscaré a Kikyo, así que ustedes pueden regresar a la aldea o al templo si quieren. –Esa palabras molestaron a Sango.
–¿Por qué hablas como si nosotros no tuviéramos importancia para ti? –A Kagome se estrujó el corazón por las palabras que iba a soltar en ese momento.
–Porque quizá sea así –Su voz sonó seca e inexpresiva, pero en el fondo era un doloroso sacrificio.
"Lo siento, Sango"
–¡Kagome! –Gritó Kaede desde el otro lado del lago, sosteniendo prendas entre sus brazos mientras tenía los ojos entrecerrados.
–Es Kaede -dijo Sango.
–Adiós, Sango –en cuanto dijo esto desapareció de su campo de visión y perdió el conocimiento siendo sostenida por los brazos de Kagome que la depositaron en el suelo fuera del agua.
Entonces, a una velocidad sobre humana, apareció a un lado de la anciana que soltó un jadeo al tenerla de pronto tan cerca.
–Tenemos que irnos –Kagome comenzó a ponerse las ropas de sacerdotisa apresurada en cuanto Kaede se las hubo pasado.
–¿Quién es esa joven de haya?
–Es Sango –dijo Kagome.
–¿Sango?
–Sí –dijo ella acomodándose las ropas.
–¿Pero dónde están los demás? No podemos dejarla aquí sola e inconcieniente, podría pasarle algo.
–Ellos están cerca abuela, no le pasará nada. Tenemos que irnos –dijo lanzándole una mirada significativa a la cual Kaede entendió al ponerse sería mientras se envolvía el brazo quemando con el vendaje limpio que le había traído la anciana.
–Sí.
–¿No es muy pronto para despedidas? –dijo una voz desde un árbol. Ambas mujeres levantaron sus cabezas hacia el árbol, Kagome con molestía y Kaede confusa.
–¿Quién eres tú?
–¿Qué quieres honjou?
–Mi espada, ¿Oh es que acaso te la quieres quedar humana? Kagome sonrió con sorna.
–Quizá, tener una espada de demonio no es mala idea, podría ser muy... útil.
–¡Ja! Como si una inservible humana como tú pudiese empuñar a colmillo de acero –se burló Inuyasha.
–Te podría sorprender, pero no será hoy –agarró el brazo de Kaede y sonrió con soberbia–. Adiós honjou. —entonces desapareció dejando aturdido, sorprendido y desconcertado a Inuyasha.
–¡Inuyasha! –gritó Miroku desde el otro lado del lago sacándolo de su estupor. Miroku sostuvo a Sango y la examinó buscando un daño físico, pero no encontró nada; solo estaba inconsciente.
–¿Dónde está ella? –le preguntó a Inuyasha una vez estuvo cerca.
–Se escapó –dijo con aire ausente, perdido en sus pensamientos; aquella chica que una vez atacó ahora lucía más confiada, era más que obvio que algo había cambiado en ella pero no tanto físicamente; había algo más oculto...
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😈Gemelas pero distintas😇| Pausada
Fanfiction*PAUSADA* LA DESTRUCCIÓN DE KAGOME Hace veinte años en tiempo de fuga Youkai, una de esas criaturas sedujo a una sacerdotisa poderosa con alta energía espiral, capás de destruir a cientos de demonios con sólo el amagó de su espada. Se dice que el yo...