21. El monte de las ánimas

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Hola, mis amores, aquí les traigo el capítulo esperado. Espero que les guste😘😘😘
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Al abrir los ojos se sintió muy hambrienta y vió un techo de roca puntiagudo. A un lado suyo, Kagome miró una fogata apagada y un vaso de bambú vacío. Su estómago comenzó a revolotear desesperado, cada vez la invadía un hambre más voraz, como si no fuera suficiente lo que comía aunque el día anterior no comió nada así que por un lado era entendible estaba vez.

Esto es una... ¿Cueva?

Miró hacia afuera y vió un nuevo día fuera de aquella prisión.

¡Estoy fuera del palacio! Y con hambre. Un momento... ¿Cómo llegué yo aquí?

Tenía entendido que se desmayó pero no sabía quién la había traído a aquel lugar.

Entre la entrada de la cueva vio algo moverse y distinguió que era un campo de protección.

Pero, ¿Era bueno o malo eso? ¿Era para que nada entrará o para que yo no saliera?

Lo descubrió tan rápido como vió una figura anciana y conocida.

-. ¡Abuela! -La felicidad de volverla a ver era inmensa. La abrazó con una fuerza casi axfisiante.

-. Kagome me están ahogando -dijo sin aire Kaede para que la soltará y tomaran espacio la una de la otra- por Kami...

La mirada que le dirigió era excesivamente sería.

¿Pasa algo?

-. Kagome de ahora en adelante no puedes tener mucho contacto físico con nadie, ni siquiera conmigo, y debes aprender a tener más control de tu fuerza.

Kagome al principio la miró confundida hasta que entendió todo, y sintió su pecho pesado, angustiado.

-. Abuela, no sabes las cosas me han sucedido... No sé qué me pasa, soy como...

Kaede hizo un gesto para que no dijera más.

Te entiendo mi niña, debe ser muy difícil para ti lo que estás experimentado ahora.

Tomaron asiento a un lado de la fogata y Kagome sintió otra vez el revoloteo de su estómago.

-. Explícame desde un principio todo, y me refiero que comiences a contarme cómo fue que desapareciste aquella noche, cuéntamelo todo -exigió Kaede.

Sus ojos se aguaron y sintió unas ganas inmensas de llorar, se sentía tan vacía... Tan triste, que no podía con aquel sentimiento de vacío como si le faltará algo más y le contó todo con coma y detalles a su abuela, derramando lágrimas saladas que se deslizaban por sus mejillas en curvas mientras Kaede la escuchaba sin interrumpirla.

Es raro que el Lord de las Tierras del Oeste se haya mostrado tan dominante y posesivo con ella, pero la pregunta aquí es ¿qué razón tenía él para haber actuado de aquella forma con kagome?

Kaede había escuchado que el Lord de las Tierras del Oeste odiaba a los humanos y hay estaba la incógnita.

-. Kagome hay cosas que tú no sabes, mi niña -su rostro se suavizó- te prometo que te las contaré cuando estemos muy lejos de aquí, si es cierto lo que me acabas de contar del Lord de las Tierras del Oeste.

Kagome asintió, pero de repente otra vez sintió algo extraño... A sus fosas nasales llegó un exquisito olor como la otra vez.

-. Kagome, ¿Qué sucede? -Kaede la vió quedarse muy quieta sin pestañear.

-. ¡Alejase abuela! -dijo de repente y cruzó el campo de protección, alejándose de la cabaña.

Kaede, sin embargo, la siguió pues no la perdería otra vez de vista, pero Kagome corría tan rápido que le costaba.

😈Gemelas pero distintas😇| PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora