Amor

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AMOR

Pasaron las dos semanas del intercambio y llegó.

Llegó el día de coger el coche, ir al aeropuerto, coger un avión a París y ver a esa persona que tanto de menos había echado. Esto para mí era como una aventura.

Una mini-aventura en busca de algo. ¿De qué algo? De Pedro.

Sonó el despertador, 6:00. Muy temprano para mí, y es que tenía una gran habilidad que era dormir. Dormir era lo mejor que se había creado en el mundo, el dormir se había creado solo para soñadores.

Me levanté de la cama de un salto y me mire la cara tan "bonita" que tenía a esa hora.

Me dirigí al baño algo aturdida por el salto de la cama y me aseé. Estaba un poco zombie la verdad pero luego me di cuenta de que iba a estar dos semanas perdida por las calles de Francia con mi novio.

Me vestí rápido, no me puse nada especial. No soy mucho de seguir las modas, me gusta personalizar mi ropa, la hago mía. Me pinté y bajé a desayunar.

Vi a mis padres y noté que mi madre había llorado. Solté una risa y le abracé, a veces mi madre es borde pero sé que es porque le da miedo perder a su hija pequeña.

-Mamá que son sólo dos semanas -le dije y mi padre y mi hermana comenzaron a reír.

- Pero es que eres tan chica, tú sola en otro país -dijo con cara de pena.

- Ya mamá, yo sola y los 15 niños más de mi clase... -dije irónica.

Cada uno recogió sus cosas y nos dirigimos a coger el coche al garaje, me encantaba el ruido que hacía la maleta al pasar por el patio en el camino hacia el coche. 

Cuando llegamos al aeropuerto estaban allí ya la mayoría de los compañeros y mis niñas, las Vio's. Sabían que Pedro estaba en Francia y no pararon de mirarme y hacerme señas para que fuera con ellas.

Me despedí de mis padres con un abrazo conjunto, y un beso. Mi hermana me dijo que me echaría de menos y que tuviera cuidado con los niños, que estaban muy avanzados para la edad que teníamos. Yo reí y le di un beso.

Este era uno de esos momentos en los que echaba de menos a mi hermano. Hugo. Echaba de menos sus abrazos y sus persecuciones por la casa. Esperaba que en esta ocasión se dejara su orgullo y viniera a despedir a la pequeña de la casa. Pero me di cuenta de que no, de que nadie de la familia Lamas le importa.

Dejé el equipaje y le di los papeles a la simpática recepcionista que me recibía con una gran sonrisa.

 Hizo todo el papeleo y pasé a la zona de abordaje. Había dejado todo en la trampilla que llevaba las maletas en dirección al avión menos un bolso de mano me que regaló mi amiga Ana.

Dentro de él llevaba lo necesario para sobrevivir, el bolso estaba lleno de cosas y entre ellas estaba incluido el móvil, un neceser con pinturas, pasaporte y DNI.

Llegué donde estaban las Vio's y nos abrazamos las cinco a la vez. Todas nos reímos y empezamos a contar historias de aventuras que nos podían pasar en Francia.

Creo que Francia estaría en alerta roja porque cinco locas de España iban a llegar en unas cuantas horas.

El avión no fue nada especial, me pasé todo el viaje durmiendo. Me desperté con el ruido del megáfono que decía que habíamos llegado al aeropuerto de París.

Al llegar a la zona de recogida de maletas los profesores nos dijeron que todas las familias con las que nos quedaríamos estaban ya fuera.

Para que todo estuviera más organizado cada familia llevaba un cartel con el nombre del chico o chica español que le habían asignado.

Recogimos las maletas y las Vio's nos despedimos. Se abrió la puerta y vi miles de carteles con nombres, ninguno llevaba el mío y me estaba agobiando.

A medida que pasaba el tiempo los carteles iban desapareciendo y cada vez quedaban menos.

Conseguí ver uno con una letra familiar, pero no ponía mi nombre.

Tenía escrito algo, tenía escrito ”Amor" .

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Espero que os haya gustado y perdón por no haber subido algún capítulo antes.

Miles de gracias por los más de 3100 lectores de verdad.

Esto para mí empezó como un hobbie, escribir por escribir pero ahora me he dado cuenta de que valgo para esto, de que soy capaz de expresar lo que siento mediante unas palabras y de que a la gente le gusta lo que hago.

Bueno, basta de sentimentalismo y por cierto, gracias.

El diario de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora