El diario de esa chica

Escapada al pasado

ESCAPADA AL PASADO

Tenía previsto quedarme unos cuantos días más en casa y luego volvería a Francia ya que me quedaban dos semanas más allí y después de todo lo pasado me vendría bien el cambio de aires otra vez.

Paseaba por los pasillos de mi casa y no me sentía la misma. Algo había cambiado y no era porque había algo nuevo sino porque faltaba algo, alguien más bien dicho.

La carta que me dejó en la que decía no haber estado contigo y que lo sentía me ayudó mucho. Me ayudó a limpiar el nombre de Hugo y al de la familia.

Llegué a mi cuarto, había estropeado la sorpresa de mi madre al tener que venir a España antes de lo previsto.

Como había sacado muy buenas notas mi madre decidió redecorarme el cuarto, era precioso. Tenía una cama de matrimonio para mí sola... o tal vez para dos, había instalado una televisión de plasma y un sillón. Las paredes eran de color verde lima claro y las sábanas de la cama tenían estampados indios.

Me contó que no sabía lo que hacer con muchas cosas, no sabía si tirarlas, guardarlas o donarlas. Así que las puso en una caja en la terraza.

La terraza... no hay otro lugar en la casa más que ese. Dejé ese tema a un lado y decidida entré, no había cambiado nada.

Encontré la caja donde se encontraban mis cosas y empecé a revisarlas.

No sabía que era capaz de guardar tantas tonterías de pequeña: muñecas, vestidos de bebés, pinturas de dedos, carpetas de trabajos de pequeña ....

También guardaba cosas que usaba hace poco: coleteros horteras, pinturas baratas malas que compraba cuando no tenía dinero, dibujos entre amigas y mi diario.

Mi diario, hace poco era más que mi tesoro, era mi vida en palabras. Cualquiera que lo tuviera sabría como enamorarme y como matarme. En él se encontraban todos mis secretos...

Empecé a leer y al principio no podía parar de reirme porque eran bastante patéticas las historias de amor que contaba.

En los últimos escritos empezaba a hablar de alguien muy especial, alguien que me encantaba pero no decía su nombre en ningún momento y me di cuenta de quien estaba hablando.

Pedro. No supe cómo se llamaba hasta el mes de conocerlo, mientras tanto me dedicaba a mirarlo a través de los ventanales de mi casa que tenían vistas al bar donde trabajaba.

Llegué a uno de los escritos en los que estaba en una mala época y él me ayudó con todo.

Llevábamos poco tiempo juntos y aún así me ayudó en todo lo que pudo.

Fué la primera vez que me dijo “te quiero” y lo recuerdo como un día de los más felices de mi vida.

Y el diario-relato decía así...

Querido Dario:

Volví. Era lo que quería y lo que había conseguido. Volver. Todo volvía a ser como antes, todo lo malo había acabado ya. Igual que las cosas acaban otras se quedan como él.

Pedro. Es una persona perfecta, siempre riendo y preocupándose por mí. Tiene unos ojos demasiado bonitos para ser ciertos. Lo que pasa es que era mayor que yo pero él no lo sabe...

La verdad es que me sorprendió que alguien como Pedro se fijara en mí. He estado mala todos estos días, pero en realidad me ha venido bien porque así tenía escusas para estar con él.

Todavía no le he visto nada malo y eso me asusta. Estoy acostumbrada a que todo lo bueno que me pasa venga acompañado de algo malo.

Yo y Pedro llevamos varias semanas hablando y quedando. Cuando estoy con él no me siento pequeña (no literalmente, porque me saca varias cabezas); al revés, me siento la persona más grande del mundo solo por tenerlo a él.

La verdad es que no sé si éramos un rollo o éramos novios porque no habíamos DLR (Definir La Relación). Ni nos habíamos dicho "te quiero".

Pero todo eso se aclaró el viernes...

 Yo no quería dar el paso porque tenía miedo de decírselo y que no me respondiéra. Pero, ¿Y si sí? ¿Y si realmente me quería pero tenía miedo de decirlo?

No lo sabía. Si no se arriesga, no se gana ¿No? No podía dejar de tenerlo a mi lado asi que le llamé y quedé con él.

Iva a decírselo, lo que llevaba días preparando, asi que fuí hacia él. Me estaba esperando en el bar. Él abrió la puerta del coche y antes de dejarme entrar me cogió de la mano.

Me colocó delante suya y, antes de dejarme decirle nada me dijo : "Te quiero"