Vio's

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VIO'S

Exámenes, trabajos, exposiciones... agobio, mucho agobio y poco tiempo.

Por fin me atreví a contar lo de Pedro a las niñas, bueno solo a las Vio's.

Siempre estábamos juntas haciendo el tonto, estudiando o quedándonos escondidas en los baños en los recreos para ver a los profesores jóvenes que estaban de prácticas.

La verdad es que me sentí obligada a contárselo a todas porque Pedro no era muy discreto... Pero me daba igual, eran las Vio's y entre nosotras no había secretos.

Las reuní en el baño a todas y les conté todo. Al acabar hubo una guerra de gritos y risas. Pero como era de esperar un profesor vino y salimos corriendo.

Pero aunque tuviera exámenes quedaba con Pedro para "estudiar". Las tardes con él en la biblioteca eran una mezcla de risas, besos y.... física y quimica.

Sonó la campana, no me lo podía creer. Mis dos semanas de trimestrales y trabajos habían acabado. Era libre, por fin. Y para celebrarlo las Vio's hicimos una de nuestras quedadas pero, no una usual sino una quedada perfecta.

Quedamos a las cinco de la mañana en la puerta del colegio. Y fuimos al campo de fútbol, más bien nos quedamos en las gradas.

Y lo vimos, el amanecer. Todas juntas. Sara, Patri, María Jesús, Noe y yo, las Vio's. Estábamos alegres, libres, sonrientes y fuera de tensiones.

Me dí cuenta de que todo pasa, de que no porque saques una mala nota vas a suspender, de que si te enfadas con alguien puedes volver a reconciliarte, de que estamos en la edad de hacer locuras, de decirle a la persona que te gusta que le quieres, de que se puede reir, llorar o sufrir. Porque somos adolescentes, porque la vida es solo una y porque hay que vivirla al límite.

Estábamos en fila, en la grada más alta, con la luz naranja del amanecer en nuestra piel y fue ahí cuando sin miedo y decidida grité:

- SOMOS INFINITOS

El diario de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora