El diario de esa chica

¿Qué planeas?

- Hombre, hola Javi.

- Que casualidad que me toque contigo,  ¿no?

- Si la verdad pero bueno, en realidad es mejor porque ya nos conocemos y no tendremos tanta vergüenza.

-¿Tú? ¿Vergonzosa tú? No te conozco mucho pero Ana,  por lo que me contó Pedro no lo eres. - ambos reímos y tenía la curiosidad de saber que le habría contado Pedro a este chico.

-¿A sí? ¿Y qué te ha contando si se puede saber?

- Ahhhhhh, secreto de primos - me dijo riéndose y ofreciéndome mi chaqueta que se había caído al suelo mientras hablábamos.

No me lo podía creer, el primo de Pedro se quedaría dos semanas conmigo, en mi casa, estudiando o haciendo deberes y hasta yendo de fiesta por la noche.

Estaba ansiosa, no conocía mucho a Javi pero por lo que me había contado Pedro era un fiestero. Lo bueno era que también estudiaba mucho. Estaba loca por irme con el de fiesta y que me diera unas cuantas clases de francés…

Era guapo, sabía que iba a romper unos cuantos corazones,  empezando por el de mi amiga Cristina, la que no paraba de mirarlo.

De vuelta a casa todos nos presentamos en el autobús entre risas intentando entendernos. La verdad que para ser todo muy "francés" (cosa que odiaba), me lo estaba pasando genial.

Salimos del autobús cuando este nos dejó frente al colegio. Enseñaron las clases y repartieron deberes por parejas. Cada unos con su francés y yo, ya tenía al mío.

Llegamos a mi casa y le enseñé su habitación, dejamos sus cosas y ambos nos duchamos.

Hoy para cenar había brécol, algo que ni a Javi ni a mí nos agradara mucho.

No sé porqué pero ahora a mi madre le ha dado por la cocina "alternativa" y…. bueno,  era eso, “alternativa".

Así que convencí a mi padre para que nos dejara salir a cenar. Cuando salíamos de mi casa me dí cuenta de que se me había olvidado mi anillo; cosa sin la que podía vivir; y subí corriendo a por él mientras Javi bajaba.

-Bueno Ana,  es guapo el primo de Pero eh,  y además tiene tu edad - y eso dijo mi madre, sabía que no tragaba mucho a Pedro pero en serio, ¿iba a intentar emparejarme con su primo?

-Sí,  es muy guapo la verdad pero solo es mi intercambio.

-Las cosas cambian,  tú misma lo dices siempre.

Escuché a Javi tosiendo y sabía que no era de verdad,  lo había hecho para que me diera prisa.

- Mañana hablamos mamá,  estoy aquí a las diez -y le di un beso.

- Ay Ana por dios,  hoy no tienes hora que el pobre es nuevo y querrá ver la ciudad. -¿Mamá dejándome llegar tarde? ¿Qué planeaba?

Todos los restaurantes estaban llenos de gente y conseguimos dar con un restaurante francés del centro de la ciudad.

Hablamos muchísimo,  era como si nos conociéramos de toda la vida. Yo le contaba anécdotas mías y él cosas de Francia y viceversa. Me lo estaba pasando genial y se veía que a Javi le gustaba mucho el ambiente de España.

Se veía un chico en el que se podía confiar y así era. Todo lo que le contaba a Javi se quedaba entre él y yo.

Hasta que le conté eso.