Ayuda

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AYUDA

Me desperté, me había quedado dormida sin haberme dado cuenta. Lo vi, Pedro. No podía quererle más. Esos ojos entre azules y marrones me superaban. No era capaz de despertarlo. Era como un niño pequeño, tan inocente. Bueno, de inocente no tenía nada. La verdad, era bastante lanzado.

Tenía miedo de que un día se presentara en mi casa y viera a mis padres. Tenía miedo de que me descubriera. Sabía que algun día tendría que decirle mi edad, pero hoy no sería ese día.

Llamé a mi madre y le dije que me quedaba a dormir en casa de Noelia (mi mejor amiga).

La verdad esque hacía tiempo que no quedaba con ella y decidí llamarla.

- Comienza la llamada -

- EHHHHHHH COMPIIIII

*Escuché por la otra línea*

-Ehhhh, ¿que pasa Noeeee?

-Pues nada aqui en casa y .... ¿qué favor quieres que te haga?

-¿Cómo puedes ser adivina?

-Hombre son las tres de la mañana y me dijistes que despues de ver a Pedro vendrías. ¿Te quedas allí?

-Siii porfa cúbreme

-¿En su casa?¿en su cuarto?¿a dormir? ¡¡¡¡NO ME PUEDO CREER QUE MI MEJOR AMIGA NO VAYA A SER VIRGEN A PARTIR DE HOY!!!!- dijo ella bastante emocionada.

*Lo malo de hablar con Noe esuqe te tienes que separar a metros del teléfono si no quieres reventarte el oído*

-Jajajajajaja, ¿qué dices petarda? ¡No va a pasar nada de verdad! Bueno pues era eso muchísimas gracias de verdad. Te dejo un chicle.

*Noe y yo nos pagábamos con chicles, cosa sin la que no podríamos vivir*

-Valeeee. Pero dos en vez de uno. Un beso petardilla.

-Jajajajaja ¡vale mierdosa! Te quiero.

-Y yoooo y... ¡USA PROTECCIÓN!

- fin de la llamada -

No podía parar de reirme y me resbalé con el suelo mojado. Me caí. La verdad esque fué bastante patético porque cuando miré para arriba ahí estaba Pedro mirándome y riéndose en mi cara.

Hicimos un rato el tonto y volvimos a dormir.

Al día siguiente había colegio y no sabía como decirle a Pedro que me tenía que ir de su casa a las 7:00. Se daría cuenta de mi edad. Tenía el uniforme en la mochila. Cogí el teléfono y miré las paradas de bus que me llevaran allí. Encontré una cerca y como estaba dormido aproveché para arreglarme.

Olía a Pedro y como mis amigas me olieran no pararían de preguntarme asi que decidí ducharme.

Me estaba duchando, agua caliente cayéndome por encima con el frío que hacía era lo mejor. Pero de pronto se escuchó un ruido.

El diario de esa chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora