Prólogo

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   Hace unos meses recibí la noticia que dejaría el ultimo año de colegio para ir a un internado. Supongo que es un tipo de "castigo" de mi madre, Eliza, por lo que hice. Aun recuerdo cuando tenía la mano llena de sangre ajena y los demás estudiantes mirarme con miedo. Cuando llegó Eliza y trató de conversar con el director, para luego escuchar como él decía que era imposible aceptarme para el siguiente año.

   La noticia no fue tan inesperada para mí, al contrario, la estaba esperando un poco. Cualquier madre hubiera llevado a su hija a un psicólogo o que lo encierren en algún lugar especial. Pero ella estuvo "tranquila" con la noticia.

   Mejor, recuerdo que pensé después de meditar varias veces lo que me había dicho Eliza, mejor.

   Aún no estoy segura de porque lo hizo, pero la mejor razón que se me ha venido a la cabeza es: la muerte de Jeremiah. Hace 3 años murió Jeremiah por un accidente de carro y desde ese momento las cosas han cambiado en la casa. Alex se ha vuelto más rebelde y Eliza trata de no molestarse por nada, solo muestra una sonrisa y dice que cualquiera puede cometer errores.

   Supongo que desaserte de tu hija y enviarla a un lugar para que la corrijan es un método normal que hacen las familias aquí en la Tierra. Mi hermana, Alex, también fue el ultimo año de colegio a un internado. Nunca me quisieron explicar porque fue su causa. Alex podrá ser un poco... cerrada, y más con la muerte de Jeremiah, pero no creo que haya sido necesario para llevarla a un internado.

   Cerré la ultima maleta y suspire. Ya no había marcha atrás. Me levanté y agarré mi mochila roja, la coloqué en mi espalda y cargué las ultimas dos maletas. Salí de mi cuarto y antes de irme le di un ultimo vistazo. Se veía tan vacía. Parecía como si nunca hubiera vivido ahí.

   Rápidamente me vino un recuerdo cuando llegué a la Tierra y fui acogida por la familia Danvers. No pude dormir como por una semana, ya que tenía mucha energía por la luz del sol amarillo. Poco a poco me fui acostumbrando a la vida humana, aunque Eliza dice que aun me falta mucho para parecer "normal".

   Cerré la puerta y caminé por el estrecho y largo pasillo hasta las escaleras. No sin antes detenerme al frente de la puerta de mi hermana. Dejé una de las maletas en el suelo y golpee suavemente su puerta. El Rock pesado se podía escuchar desde afuera. Después de unos segundos, la música se detuvo y la puerta se abrió.

   —Ya estoy lista y supongo que no quieres que mamá se moleste porque tú te demoras mucho —le dije lo más amable posible.

   Ella miró las maletas y cerró la puerta al frente de mi cara. Bueno, al menos lo intenté. Recogí la maleta y me di media vuelta para irme, pero la puerta se abrió nuevamente y ahora Alex estaba con una chaqueta de cuero. Salió del cuarto, cerró la puerta y la aseguró con llave.

   Alex comenzó a bajar las escaleras y yo trate de hacer lo mismo, pero el lugar era muy estrecho para las maletas. ¿Tengo que utilizar mis poderes en algún momento, no? Coloqué las maletas en mis hombros, me eleve un poco y salte de la escalera para caer en el primer piso.

   —Mucho mejor —dije, mientras ponía las maletas al lado de la puerta.

   —¡Kara! ¿Cuántas veces te he dicho que no uses tus poderes? —exclamó Eliza, haciendo que me sobresaltara.

   —Ya te atrapó... —susurró Alex burlona al lado mío.

   La mire de mala gana y ella sacó una pequeña sonrisa, mientras abría la puerta principal.

   —Ya es hora de irnos —dijo Eliza —. ¿Entusiasmada?

   —Sí, mamá... Me muero de la emoción —dije, tomando nuevamente tomaba las maletas y salía de la casa.

   Coloqué mis cosas en la maletera y entre al auto. Alex hizo lo mismo. Antes que pudiera comenzar una conversación con ella, mi hermana ya tenía puesto sus auriculares con su música al máximo volumen.

   —Muy bien, vámonos —dijo Eliza con una gran sonrisa, mientras prendía el auto.

   No se si esa alegría era para que Alex y yo no estemos tan malhumoradas o porque realmente estaba feliz de que yo no vaya a estar en la casa por un año. Tenía que admitirlo, era muy difícil vivir conmigo. Las personas normales no se despiertan a las cuatro de la mañana para hacer ejercicio o comen el triple de lo que come una persona normal. Trato de no hacerlo pero no lo puedo evitar. Al no usar mis poderes, tengo mucha energía dentro y tengo que sacarla de alguna forma.

   Cerré los ojos y respire profundo. Este iba a ser un año muy lento. Solo espero equivocarme.

SuperCorp-Confía En MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora