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   Una pelea por supervivencia era algo completamente diferente a las prácticas que tenía con Maggie. Simplemente, todo lo aprendido en el año se me olvidaba y golpeaba al azar para ver si le atinaba.

   Tener que combatir con Taylor tampoco ayudaba mucho, nunca supe que ella peleaba tan bien. Al parecer no estuvo mintiendo en muchas cosas. Creo que el primer error que tuvimos en el grupo fue confiar en los demás con tanta rapidez. Cuando Lena pensó que había un topo, deberíamos haberle tomado más en serio.

   Dos golpes de Taylor venían directo a mi cabeza y yo pude esquivarlo por pequeños milisegundos de ventaja. No era muy fácil concentrarse cuando había un trozo de Kryptonita a unos centímetros de ti, pero igualmente usaba mi último esfuerzo para pelear. Tomé su brazo y le di una patada en el tobillo. Taylor cayó al suelo y yo me senté encima suyo, haciendo presión en sus brazos para que no se mueva.

   —¿Qué sucede, Kara? ¿Acaso los Kryptonianos no eran capaces de cargar hasta aviones? —susurró Taylor.

   —Cállate, Taylor. Solo cállate. No sabes lo... dolida que estoy, lo dolida que debe estar Lena. Maldita sea, eras nuestra amiga —dije, tratando que la voz no se me rompa.

   Ella entrelazó sus piernas con las mías y logró darme la vuelta.

   —Y aún podríamos serlo, si nos ayudaras en nuestro proyecto. No somos tan malos como tú crees.

   —Si me explicarás, todo sería más fácil.

   —Lo haría si vinieras con nosotros.

   —Ni loca me iré de aquí.

   Taylor se rió sarcasticamente y me miró.

   —¿Por qué siempre quieren hacer todo a la fuerza?

   Me golpeó tantas veces seguidas en el rostro que se me reventó el labio y me estaba sangrando la nariz. Coloqué mis manos en su cuello, tratando de empujarla para sacármela de encima y al mismo tiempo, dificultando su respiración.

   Estuvo obligada a dejarme y aproveché para empujarla hacia un lado.

   Al levantarme, recién me di cuenta que no estábamos solos. Debían de haber decenas de estudiantes encapuchados. Maggie, Lena y Winn trataban de resistir, pero la balanza estaba desequilibrada.

   Carla no estaba por ningún lado. Maldición, ya se la deben haber llevado. No podemos dejarla sola.

   —Deten esto de una vez. Mira todo lo que estás haciendo —expresé, mirando a Taylor.

   —No sabes cuántas veces he pensado detener a venta, las aleaciones con las mafias, los estudiantes que han atrapado... todo. Yo no puedo hacerlo, pero tú...

   Suspiré y Taylor sacó una pequeña sonrisa. Annie y Taylor solo me querían a mí. No tenía sentido que los demás sigan esta pelea. 

   —De acuerdo, ganaste. Iré contigo, pero dile a tus amiguitos que se vayan.

   Taylor levantó su pistola del suelo, la levantó al aire y disparó. Todos sus compañeros se detuvieron al instante. Me acerqué corriendo a Lena y la ayudé a levantarse.

   —Kara, ¿estás bien? ¿No te han herido? —preguntó preocupada, mientras me revisaba.

   —Lena, escucha. Necesito que me escuches —. Tomé su rostro y ella me miró confundida —. Voy a ir con ellos.

   No necesitaba ser una experta para saber qué algo había cambiado en ella. Los ojos se le habían oscurecido y además, se le estaban cristalizado. Y era normal, la entendía. A perdido tanto, que se le haría imposible perderme a mí. Pero yo no puedo permitir que ella siga en riesgo.

SuperCorp-Confía En MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora