No esperé alguna respuesta o una señal. Me senté al lado suyo, sin articular ninguna palabra o hacer un movimiento. Lena no me miraba, solo seguía leyendo su libro. Como si no supiera que estoy aquí. Yo solo me quedé ahí, sin hacer nada.
Después de diez minutos, ella suspiró y cerró el libro. Se levantó de la silla, yo la miré de reojo. Estaba por seguirla, pero Lena dejó el libro en una de las estanterías y regresó a su lugar. No se cuánto tiempo nos quedamos así, pero nadie se atrevía a hablar primero. Las dos solamente mirábamos adelante, como si hubiera algún ser ficticio al frente nuestro. Hasta que al final, decidí empezar una larga y pesada conversación.
—Te fuiste sin hacer nada —dije.
—Al parecer, tu amiga Maggie entró con mucho entusiasmo al cuarto. No quería molestarlas —. Ante su comentario saque una pequeña risa.
—¿Por qué creerías que estando con nosotros, vas a molestar?
Lena se quedó por unos segundos callada, pensado en una respuesta adecuada para la pregunta que había hecho. Se recostó más en la silla, cruzó los brazos y miró hacia abajo.
—No lo sé, supongo que es costumbre. Siempre he sido una molestia para los demás.
—Para mi no eres una molestia. Al contrario, me agrada tu presencia —admití, finalmente mirándola.
Ella levantó la mirada y me miro de reojo. Una pequeña mecha de cabello tapaba un poco sus ojos.
—Eres una chica muy rara. Me extraña que estés aquí con la tranquilidad y el carisma que irradias. Hasta podría decir que eres... dulce.
—Bueno, si estamos confesando pues... digamos que era la más rara del colegio —comenté, haciendo que sacará una pequeña sonrisa —. Y ¡hey! Aún no me conoces completamente, no puedes hacer suposiciones.
—De acuerdo, de acuerdo. Lo siento —. Levantó un poco las manos.
—Creo que interrumpí tu lectura.
—Creo que se te está volviendo una actividad recurrente hacer eso.
Metí la mano en mi bolsillo, y de esta saqué sus llaves. La lance a la mesa y ella me miró. Yo levanté una ceja, cruzándome de brazos. Ella sonrió y agarró las llaves.
—La siguiente vez no te estaré buscando por todo el internado. Y tampoco pienso abrirte la puerta a las 12 de la noche.
El silencio comenzó a abundar nuevamente la sala. Lena colocó las manos en la mesa y se paró. Colocó las llaves en el bolsillo de su chaqueta y comenzó a caminar hacia la salida. Yo rápidamente me levanté y di unos pasos hacia ella.
—¡Oye! Y después de todo ¿me dejarás aquí? —pregunté.
Ella se detuvo y volteó un poco, suficiente para verle la mitad del rostro.
—Tengo que ir a mi actividad. Supongo que tú también. Nos vemos luego, Kara —dijo con la voz seca.
Nuevamente la Lena de siempre. Aún no entendía muy bien cómo era su formato. Cuando hablo con ella, parece una persona normal, con algunos problemas, sin embargo alegre. Pero cuando está con gente que no la conoce o no tiene una relación amistosa con ella, Lena instantáneamente se encierra en cuatro paredes indestructibles. Volteó a la derecha y la perdí de mi vista. Abrí la boca para llamarla, pero decidí quedarme callada.
Estaba al frente de mi habitación, saqué la llave para abrir la puerta, pero esta se abrió de golpe. Me asusté y salte hacia atrás. Maggie estaba con su traje blanco de artes marciales, las manos en la cintura y una sonrisa de oreja a oreja.
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SuperCorp-Confía En Mí
FanfictionMi nombre es Kara Zor-El o, más conocida en la Tierra, como Kara Danvers. Hace 6 años llegué a la Tierra y estoy en el último año de la escuela, corrección; estaba. Cometí un error y mi madre, Eliza, decidió llevarme a una prisión, perdón, quise dec...