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   Todos estábamos callados. Viendo como la policía se llevaba a una estudiante. ¿Será ella la que vi la noche anterior? Maggie estaba con los brazos cruzados, su rostro era serio y no había dicho nada en toda la mañana. En realidad, nadie del internado estaba con buen humor.

   —No puedo creer que se metan en esas cosas —finalmente dijo Maggie.

   —No comprendo, ¿por qué se la llevan? —pregunté.

   —Ella —la señaló —, es Katie Williams. Está siendo arrestada por venta ilegal de armas.

   Katie... la chica de la clase de voley. Cuando yo la vi ese día, parecía una buena persona. No le encontré ningún problema. Suponía que estaba en el internado porque hizo una estupidez, pero que llegue a hacer venta de armas... eso es muy grave.

   —¿Cómo así?

   —Veras, el internado está lejos de la ciudad. Así que es un lugar donde la policía no le toma mucha atención. Normalmente los alumnos que vienen, es porque sus familias son problemáticas. Esto pasó también el anterior año —me explicó Maggie —. La familia de algún alumno, es de la mafia. Este le vende las armas a otro alumno y luego viene otra mafia para llevarse las armas.

   —¿Crees que Katie sea la que vendía las armas a otros alumnos?

   —No lo creo —dijo negando también con la cabeza —. Ella recién ha llegado este año y este problema ha estado desde que entré aquí. Lo más posible es que a ella le vendieron las armas.

   —¿Quién podría hacer algo así?

   Varios alumnos comenzaron a rondar por mi cabeza. Pensar que cualquiera podría ser el culpable, era escalofriante. Sientes que no puedes confiar en nadie. ¿Saben lo traumante que sería, que llegue la policía para llevarse a la persona que vivía, por ejemplo, al frente de tu habitación?

   —La policía sospecha que es un estudiante, pero aún no se sabe nada. Son muy listos y, hasta ahora, no hay pistas o confesiones.

   —Se nota que te interesa mucho este tema.

   —Debo tener un pasatiempo para no aburrirme —dijo Maggie, encogiéndose de hombros.

   Ese día cancelaron las clases, ya que los policías debían revisar toda la zona. Maggie me dijo que se iría con unas amigas que yo no cocía. Me invitó para que la acompañase, pero decidí regresar a mi habitación.

   Al abrir la puerta, vi a Lena, que estaba sentada en su cama. Traté de parecer lo más tranquila posible. Ella levantó la mirada y al verme, siguió leyendo su libro. Yo me senté en el escritorio y abrí un libro de matematicas para tratar de ignorarla.

   El silencio en el cuarto era cada vez más tenso. Podía sentir como Lena me miraba a veces y yo también la observaba de reojo.

   —¿Ya arrestaron a la chica? —preguntó con voz seca, como si no le importara mucho.

   —Sí, era una tal Katie —dije, tratando de mostrar el mismo desinterés.

   —Katie... — dijo casi en un susurro.

   —¿La conocías? —pregunté, girando la cabeza para verla.

   Ella cerró su libro y lo dejó debajo de su almohada. Se levantó y se acercó con pasos lentos a la ventana para ver a los policías que aún rondaban la zona.

   —Eramos compañeras de clase.

   —¿Nada más?

   —Nada más.

SuperCorp-Confía En MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora