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   Los golpes en la puerta hizo que me despertara al instante. Lena se movió un poco de su sitio, pero siguió durmiendo. Sonrei al verla así, se veía  tan tierna. Tocaron nuevamente la puerta y yo maldecí en voz baja.

   —Deja que sigan tocando—susurró Lena con los ojos cerrados.

   —Es que puede ser Maggie —explique.

   Lena suspiró y yo me senté en la cama. Me acerqué a Lena y posé mis labios en los suyos. Ella sonrió, pero tocaron otra vez.

—Después terminaré esto —susurré en su oído.

   Con cuidado me levanté para colocarme las zapatillas. Saque mi celular y vi que tenia un mensaje de Alex, pero no era nada importante. Tocaron nuevamente la puerta.

   —Espera un momento—exclamé.

   Pero me sobresalté cuando golpearon más fuerte y el seguro de la puerta se rompió. Entró un policía con una pistola en la mano. No se si fue por instinto o fue lo único que supe hacer en el momento, pero antes que el policía pudiera verme. Le mandé un mensaje a Alex pidiendo ayuda y rápidamente la borré de mis contactos.

   —¡Quedense quietas y no se muevan!—gritó el policía.

   Lena se levantó de la cama lentamente y caminó hasta mi lado. Ingresaron dos policías más. Una llevaba un uniforme azul y el otro uno negro. Recién me había dado cuenta que el primer policía que había entrado, además de notarse con experiencia, llevaba la placa de policía de National City. Haber, pensemos, ¿qué es lo único que ha estado investigando la policía de esta ciudad? Algo estaba yendo mal.

   —¡Coloquen las manos en su nuca, ya!—dijo una policía.

   Lena y yo les hicimos caso. El tercer policía le colocó unas esposas a mi chica y la policía a mí.

   —Un momento, ¿que rayos está pasando?— preguntó Lena.

   —En este momento se encuentran bajo arresto por la unidad de policía de National City. Tienen derecho a permanecer calladas, cualquier cosa que digan puede ser usada en su contra. Tienen derecho a una llamada y a un abogado en tal caso que no tengan dinero para contratar uno privado, el estado les suministrara uno gratuito—informó el policía con uniforme negro.  

   —¡¿De que hablan?! —exclamé molesta —¡No hemos hecho nada!

   Ellos no nos prestaron atención y nos sacaron a fuerzas de la habitación. Al menos estaba un poco aliviada. Era obvio que iban a revisar nuestros celulares, pero ahora que he borrado a Alex de los contactos, no pueden ver nuestras conversaciones y saber qué soy realmente. Aunque igual tenía un temor en mis adentros: Las pruebas de identidad. Revisar tus huellas, extraer sangre, todo lo que fuera necesario, era malo para mí. Lo único que podía hacer, era esperar que nos declaren inocentes antes que comience ese procedimiento.

   Cuando estábamos bajando las escaleras, me sorprendí al notar que no eramos las únicas quienes tenían el mismo problema. Taylor, Carla y Annie estaban también esposadas. Nos llevaron hasta afuera del internado y nos subieron en unos autos. Cada una en una patrulla diferente y un policía dentro.

   Esperé casi por treinta minutos hasta que vi por la ventana, como también subían a Maggie en un auto. Al parecer la estaban buscando, porque ella no estaba en la habitación. Las patrullas comenzaron a moverse. En mi mente solo estaba la idea que deben haber dejado de confiar en Lena y además de atraparla a ella, han decidido llevar a la comisaria a sus compañeros más cercanos.

   Llegamos en un instante hasta la comisaria. Un policía abrió la puerta y me sacó de ahí. Yo solo bajé la cabeza para que la gente curiosa que había alrededor no me vea. Revisaron si no poseía nada "peligroso" y me trasladaron hasta un cuarto.

SuperCorp-Confía En MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora