Capitulo 2

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-No, no... solo es un club de baile... nada de nudismo- dijo el muy descarado riéndose de mí leyéndome la mente.

-Miroku...- dije amenazante, pero él me ignoro y paso su tarjeta por su sitio correspondiente a un lado de los matones que custodiaban la entrada.

Inmediatamente nos dejaron pasar y una linda joven de cabellos rubios nos recibió con amabilidad haciendo una reverencia.

-Por aquí joven Miroku, su mesa de siempre ha sido reservada- la chica nos guio hasta una mesa con una buena vista de la pista de baile, debo admitir que el interior era bastante elegante y muy bien acondicionado, no parecía uno de esos lugares donde sales hasta el tope de una borrachera o donde debes preocuparte por alguna pelea callejera, se veía que estaba muy bien administrado.

-Lo ves, sabía que te agradaría, aquí podrás comportarte como el chico de 22 años que eres- me dijo mi primo mientras nos sentábamos.

-¿Gusta lo de siempre joven Miroku?- pregunto la chica con profesionalismo, es sorprendente no me ha dirigido ninguna mirada descarada.

-Vamos Lenna no me trates con tanta formalidad, mira este es mi primo Sesshomaru- La rubia me volvió a ver y me dedico una sonrisa profesional mientras hacia una nueva reverencia, incline mi cabeza a modo de saludo.

-Un placer servirle joven Sesshomaru ¿Desea algo de tomar?-

-Un tequila doble- dije sin más.

-¿No crees que es muy pronto para algo tan fuerte?... Bueno no importa, Lenna tráeme lo de siempre y dime... ¿Ya vinieron tus jefas?-la chica lo miro reprobatoriamente con una cara que daba miedo pero mi primo parecía acostumbrado... ¿Pregunto algo que no debía?

-Enseguida traigo sus pedidos caballeros- La rubia hablo con amabilidad forzada y cuando se disponía a irse Miroku volvió a hablar.

-Vamos Lenna ¡¡Dime!!- la miro con una cara ridícula que hizo a la chica suspirar molesta.

Si, Miroku causa esa sensación, empezaba a compadecer a la pobre, seguro acabara con dolor de cabeza por el comportamiento infantil de Miroku.

-Sango está en la oficina y si preguntas por mi pequeña sabes que...-

-Lo sé, lo sé, no debo ni pensar en ella- su tono fastidiado daba a entender que ya había oído ese discurso varias veces.

La rubia sonrió divertida y se retiró.

-¿Pequeña?- trate de no sonar interesado pero el ignoro el tono completamente y me miro con emoción.

-La dueña de todo esto es una chiquilla de 17 años, es una empresaria genio, se saltó la secundaria y la universidad, y a los 15 llevo a su familia a incrementar sus ganancias al ¡¡85%!!... La rama que dominaban eran las telecomunicaciones pero ella incursiono en el mundo del modelaje y la moda, luego en el mundo de las tecnologías, la automotriz, la construcción y en las leyes, pero ahora está incursionando en las ramas turísticas pero oí que decidió estudiar profesionalmente la administración- sus ojos brillaban con emoción y su sonrisa era un tanto altanera –Debes saber querido primo que la chica es una preciosidad, puede incluso que no parezca de 17 años-

-Seguramente es una niña mimada y que la ayudaron para obtener todos esos "logros"- le reste importancia, lo que me contaba no podía ser verdad.

-Aquí tienen- La chica que nos trajo los tragos era una castaña bastante bonita, de ojos color café, le sonrió tiernamente a Miroku.

-Sango- la voz de mi primo era la de un púbero enamorado, ¿Sango? Oh si, la novia... esa fue "la jefa" que la rubia menciono.

-Lenna me dijo que preguntas por Kag, sabes que no debes...- y aquí creo que venía el sermón pero mi primo la interrumpió.

-Lo sé, lo sé, no debo ni pensar en ella- no pude evitar sonreír, parece que protegen mucho a la chiquilla y mi primo ha sido muy sermoneado por eso.

-Hoy ella cantara por si quieres verla- la chica suspiro con pesadez mientras mi primo parecía que acababa de recibir su regalo favorito, la tomo de las manos y dijo no se cuanta cursilería.

De pronto las luces cambiaron a unas lilas, la música paro y todos se apartaron, un piano apareció en el centro de la pista de baile y una chica con los ojos cerrados estaba sentada en el lugar para tocar.

Todo quedo en silencio, era increíble que todos se callaran para ver el acto, mi primo sentó a Sango en sus piernas mientras miraba embobado a la chica.

Ella era de un largo cabello azabache que con las luces brillaba en tonos lila, su piel se miraba suave y tersa de un color blanco, desde donde estaba podía observarla con facilidad ... llevaba puesto un vestido azul ajustado a su cuerpo sin ser vulgar, con un pequeño escote que apenas dejaba ver sus senos, tenía las mejillas sonrosadas y sus labios pintados de carmín, de ahí no llevaba más maquillaje.

Empezó a tocar una melodía bastante melancólica, sus notas eran perfectas, no reconocí la canción probablemente era de su autoría, empezó a cantar, no podía dejar de observarla, su voz era majestuosa nunca oí nada parecido, creo que hasta tenía la boca abierta y los ojos no se separaban de su figura, sus dedos recorrían con maestría las teclas, todos estaban tan absortos como yo.

Al finalizar abrió sus ojos y sonrió, sus ojos eran de un azul hermoso, aun con la poca luz no importaba, ellos tenían luz propia, se puso de pie y reverencio, todos empezaron a aplaudir y a vitorearla, se sonrojo más.

Viéndola de pies pude observar su cuerpo, ni Kagura tiene un cuerpo como el de esta chica... Un momento ¿Ella era la chiquilla de 17 años? No lo aparenta, por Dios que no los luce.

Tiene las piernas largas y bien formadas que acaban con un par de zapatos de tacón mortal, el vestido le llega hasta donde terminan los dedos de sus manos y lo luce como una segunda piel, de hecho el vestido es bastante sencillo pero lo luce de forma majestuosa, como joya únicamente lleva una tobillera que parece ser de plata.

-Deja de mirar a mi pequeña así- la novia de Miroku me reprendió mientras este se burlaba –No debes ni pensar en ella, esa es la regla de este antro- ¿Qué diablos? Esa chica llama la atención de tal forma que debe de ser la razón de tanta gente aquí.

-No primo, aquí todos hemos aprendido a respetarla, no importa a quien te dirijas en este lugar, si preguntas por ella todos te responderán lo mismo y si insistes te sacan... a mi Sango ya me saco varias veces- y aquí va de nuevo leyéndome la mente.

Pero no puedo prestarle atención pues la linda azabache se acerca a nosotros con paso decidido y una sonrisa amable en su rostro.

Mi pelinegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora