Capítulo 6

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Capítulo 6

Un balde de agua fría es lo que sentí.

El mundo a mi alrededor dejo de existir.

Fui tragado por un agujero negro.

Me encuentro vagando en la oscuridad de la soledad y el dolor.

Está bien, estoy exagerando, pero... ¿Prometido? ¿La chiquilla? Bueno, es obvio que si sus padres le confiaron a tan temprana edad sus negocios es porque no la consideran una chiquilla, y ella misma lo ha probado haciendo crecer su imperio, pero vamos... ¿Casarse? ¿Con alguien que no sea yo?

-Sango ¿Hablas enserio?- Miroku miraba a su novia incrédulo.

-Sí, pero todavía no lo hacen público, por favor no digan nada-

-¿Cuándo?- pregunte con la vos baja y amenazante.

-¿Cómo?- ignoro mi tono.

-¿Cuándo lo harán público?-necesito hacer que lo deje... no puedo permitir que se comprometan formalmente o la habré perdido.

-En cinco meses-

Tengo tiempo, debo conquistarla, estoy seguro que jamás habrá una mujer mejor que ella para mí, no sé qué es exactamente lo que me atrae de ella, pero no seré un iluso, sé que me encanta esa chiquilla, la conquistare así sea lo último que haga, con ninguna de mis amantes, ni siquiera con Kagura me he sentido como con ella y eso que no hemos tenido una conversación decente.

Esa noche no volví a ver a Kagome, no salio a la barra y eso me turbaba y al día siguiente por ser sábado no la vería en la universidad.

A la hora acordada llame a Takemaru y nos reunimos en su bufete a las 7:00 am.

Takemaru resulto ser un joven de cabellos cortos de color celeste, ojos azul oscuro y de tez blanca, debe tener como 24 años ¿Él es el hombre que me recomendó Kagome? Empiezo a dudar de su buen juicio.

...

¡Retiro lo dicho!, este tipo es un maldito genio, una vez le explique la situación me ofreció un sin número de opciones, diablos, dice que hasta puede hacer que Kagura me page una indemnización de por vida.

Kagome definitivamente sabe lo que hace.

Después de varias horas ya habíamos trazado un plan, a las 10:00 am nos estábamos despidiendo, pero nos volveríamos a reunir a las 7:00 pm para que me muestre lo que ha conseguido.

Dice que tiene la autorización de su jefa para dedicarse completamente a mi caso. Que no permitirá que haya espacio a apelaciones y que en tres días el resultado será satisfactorio para mí y será caso cerrado.

Decidí darle algo de clemencia a Kagura, no porque se lo merezca, sino porque no quiero tener que volver a verla.

-¿Kagome está aquí?- La mirada asesina de Takemaru me helo la sangre, eso me hizo recordar las palabras de Sango y Miroku, sus amigos y empleados no permiten que nadie se le acerque.

-Escucha Sesshomaru, puede que ella te haya recomendado, pero aun así no tienes permitido preguntar por ella... es más ni siquiera debes pensar en ella- Su voz era dura y no daba espacio a ningún tipo de reproche, me hizo sentir como un chiquillo regañado.

Antes de que pudiera decir algo, la puerta de la oficina se abrió y mi pelinegra entró con una hermosa sonrisa que me hizo olvidar mis problemas, mire de reojo a mi nuevo abogado, diablos, la mira aún más embobado que yo.

Aunque, ¿Cómo no verla así? luce magnifica en su traje de oficina de dos piezas que consiste en un precioso vestido de color gris que marca de forma asombrosa su escultural cuerpo y un blazer de color blanco, lleva una cadenita de plata con un dije también de plata en forma circular que contrasta maravillosamente con su vestido, un par de brazaletes de plata en su muñeca izquierda, y lleva unos zapatos negros con un tacón mortal que hace relucir aún más su hermosas piernas.

Mi pelinegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora