Capítulo 9

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Capítulo 9

¿Pasaríamos mucho tiempo juntos?

¡Al diablo con eso!

Después de ese almuerzo no la volví a ver, ya es lunes y no la veo en la universidad... ¿Dónde está? ¿Me veré muy desesperado si la llamo? Diablos que frustrante, debo esperar, no quiero asfixiarla recién conociéndola, pero demonios como me cuesta esperar por verla.

Sonreí macabramente, cuando fuera mía, seré aún más posesivo, jamás me había sentido así, pero con ella se siente endemoniadamente bien, solo unas horas de verla y tratarla y ya me cambio.

Esta por sonar el timbre y me estoy resignando a un día monótono, deprimente y aburrido... aaggghh me fastidia este pensamiento negativo pero no puedo evitarlo ¡Quiero verla!... genial ahora sueno como un púberto berrinchudo.

Suspiro con desgano mientras me recuesto en mi asiento y cierro los ojos, paso mi mano por mi rostro de forma desesperada... yo quería verla antes de enfrentarme a la bruja de Kagura en la audiencia privada con el juez y sus abogados, verla iba a ser como mi amuleto de la buena suerte, como un seguro de que todo iba a estar bien... y aquí vamos de nuevo ¿desde cuándo soy tan dependiente? Oh claro, desde el viernes por la noche en ese antro cuando conocí a mi ángel de la guarda.

-¿No tuviste un buen despertar Sesshomaru?- su voz suave y cantarina me regresa del mundo de oscuridad y letargo del que estaba, fue tanta la impresión que deje de equilibrarme en las patas traseras del asiento y me fui de trasero al piso.

Todos nuestros estúpidos compañeros empezaron a reírse pero una mirada mía basto para que se callaran y desviaran la vista.

Mis ojos se posaron en sus hermosos zafiros, me miraba con preocupación... oh cierto aún estoy en el piso.

Me reincorpore y acomode la silla a su lado sin mirarla.

-Lo siento, creo que no me esperabas- se oía arrepentida, voltee a verla y entonces lo note.

Tenía unas enormes ojeras que cubría con maquillaje. ¿Cómo lo note si estaban cubiertos? Fácil, llevaba más maquillaje del que le he visto que usa... ¿Qué si pongo atención a su rostro? Como no hacerlo sería la verdadera pregunta ahí.

-La que parece haber tenido mal despertar fue otra- dije de forma cortante pero estaba preocupado. Ella lo noto pues me sonrió agradecida.

-Gracias Sesshomaru por preocuparte por mí, es solo que he tenido tanto en mente que no he podido dormir nada... supongo que lo mismo debe ocurrirte con tu caso-

-La verdad estoy bastante relajado, el abogado que me recomendaste es muy competente- Odio aceptarlo pero el imbécil sabe lo que hace.

-Lo sé, el en verdad se apasiona en lo que hace... además de ser tan competitivo... eso lo hace el mejor- sus mejillas se tiñeron de un exquisito carmesí, pero me desagrado que se haya puesto así por ese imbécil de mi abogado.

-Hump-

-Oh vamos Sesshomaru, no te pongas celoso, además quien a mí me gusta eres tu-

¿Cómo carajos me puede decir eso como si hablara de cualquier trivialidad?... Lo dijo como si repitiera una maldita noticia sobre clima.

Y justo tenía que entrar el profesor, ya no pude decir nada, la mire de reojo y ella seguía tan jodidamente tranquila ¿Quién diablos es esta chica? Maldición, esto no se queda así.

Vamos reloj avanza... tu puedes, vamos, vamos, ¡VAMOS DIJE! El tiempo está en mi contra, no avanza ese jodido reloj y estoy demasiado ansioso por hablar con esa condenada mujer que está a mi lado poniendo toda la atención del mundo como si con sus palabras no hubiera volteado mi mundo entero.

Después de 55 minutos que parecían 55 horas por fin la clase finalizo, recibí tres regaños de parte del docente por no poner atención, pero me importa un reverendo rábano lo que dijo.

Oh no, esa mujer quiere salir corriendo y alejarse de mi pero no lo permitiré, cuando estaba por tomar su mano soy brutalmente interrumpido por ni más ni menos que la estúpida de Sara.

Sara siempre ha estado enamorada de mí y yo en su momento también guste de ella, pero cuando me le declare me dijo que no era lo suficientemente popular para ella, todo porque no estaba en el equipo de Futbol americano y si en el Kendo desde ese día descubrí que es una maldita interesada y fue por eso que conocí a mi peor error: Kagura.

-¿Qué te pasa mi Sesshy?- note como mi hermosa pelinegra se detuvo abruptamente en el marco de la puerta y me observaba con esos ojos inquisidores dignos de enviarme a la guillotina al menor error de mi parte.

-No me digas así- le dije con veneno, no quiero que mi pelinegra piense algo que no es.

-Oh vamos cariño, estoy libre esta noche ¿No quieres divertirte como siempre?- me dijo mientras se inclinaba un poco para dejarme ver una generosa porción de sus pechos.

No lo voy a negar, la he aceptado en más de una ocasión para satisfacer mis necesidades, porque puede que sea una gran interesada pero tiene un cuerpo monumental y definitivamente sabe qué hacer en la intimidad de una habitación, y aunque normalmente la aceptaría gustoso ahora no me provoca nada más que asco.

Esa declaración me puso los pelos de punta y con horror voltee a ver a Kagome, estaba de brazos cruzados recostada en la puerta, su pose y expresión eran de aburrimiento y desinterés total, pero yo sabía que si no se iba todavía era por algo.

Tenía que componer esta situación inmediatamente.

-He cambiado- declare con seguridad pero me sentía un idiota al decirlo, note como Sara se sorprendía pero la azabache permanecía impertérrita ¿Qué se necesita para alterarla? ¡Maldición!.

-¿Cambiado? ¿De que estas hablando? Vamos Sesshy no te hagas el difícil, vamos a mi apartamento- dijo mientras pegaba sus pechos a mi brazo y se sujetaba fuertemente de este, me dio tanta repulsión.

-Que te alejes te dije- estaba molesto y no trate de disimularlo, inmediatamente me soltó y retrocedió asustada, me complacía esa expresión. –Que te quede claro Sara, no quiero que te me vuelvas a acercar- le dije viéndola a los ojos con odio para que no le quedara la menor duda, no la deje responder e inmediatamente me aparte y voltee a ver a mi chica...

No estaba.

Se había ido.

Juro a todos los kamis que si mi chica no me vuelve a hablar por la mal nacida de Sara le hare la vida miserable, a tal punto que deseará jamás haber nacido.

Mis pies se mueven automáticamente y mis ojos buscan con desesperación la más hermosa melena azabache que jamás se haya visto.

-Ahí estas- dije en un susurro para mí mismo mientras una sonrisa se formaba en mi labios, la cual se borró abruptamente al verla con...

-Nii-san- me llamo la chica que estaba junto a mi azabache, me acerque a ambas pelinegras mientras maldecía mi suerte.

-Rin ¿Qué haces aquí?- En realidad no puedo enojarme con ella, ella es lo único bueno que salió del segundo matrimonio de padre.

-Nii-san no seas así, vine porque me entere que Kagome nee-san estaba estudiando aquí- me dijo sonriente mientras se abrazaba a la cintura de mi chica y esta le correspondía con una mirada llena de dulzura, ver a las dos mujeres de mi vida juntas hizo que sintiera una calidez indescriptible en mi pecho, pero solo alce una ceja interrogante.

-¿Nee-san?- cuestione genuinamente interesado.

-Hai nii-san- dijo alegremente mientras la soltaba y se acercaba a mí con los ojos brillantes –Te la presentare -me tomo la mano y antes de que alguno pudiera decir algo ella procedió –Kagome él es mi hermano mayor, Sesshomaru Taisho, nii-san ella es Kagome Higurashi, ex novia de nuestro hermano y una de mis mejores amigas- dijo eufórica mientras se separaba un poco para que nos saludáramos.

¿Miroku y ahora Rin? ¿Es que todos la conocían menos yo?

Mi pelinegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora