Capítulo 4

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Capítulo 4

La cara de ambos chicos era un verdadero poema, no podían creer las palabras de la oji azul.

Todos en el maldito bar tenían la boca abierta, aun la novia de mi primo y uno que otro trabajador.

Tal parece que la chiquilla suele ser muy pasiva, pero por lo que logro observar es muy decidida, verla de esa forma es realmente impresionante, definitivamente no aparenta 17 años.

No me sorprendió que el idiota de Inuyasha empezara a recriminarle por hacerle eso y aparentemente a nadie sorprendió su reacción, fue olímpicamente ignorado mientras todo el maldito bar aprobaba y alababa la acción de la chiquilla mientras se ofrecían a apoyarle.

Con un pequeño gesto a los matones que sujetaban a los dos idiotas, estos los sacaron a la fuerza del bar.

Kagome se disculpó con todos para después pedirles que disfrutaran del resto de la velada, indicando que el resto de la noche corría por cuenta de la casa. El maldito bar se volvió un hervidero de júbilo volviendo todos a su noche de entretenimiento.

Donde sea que se mirara todos alababan la decisión de la azabache, no había más que palabras de admiración y respeto para con ella, incluso las mujeres manifestaban su simpatía y cariño hacia la pelinegra, era sorprendente que no le tuvieran envidia y por el contrario la respetaran.

Casi, casi, me sentía como en un mundo paralelo.

La música volvió a empezar y antes de que pudiera reaccionar ella ya había desaparecido en el tumulto de gente.

¡Maldición! ¿Cómo la perdí de vista?

-Miroku iré a ver a mi pequeña, estoy segura de que necesita una mano- ¡SANGO! Jamás había sido tan feliz de que una chica interrumpiera mis lamentaciones... ¿Lamentaciones? ¿Qué diablos me está pasando?

Con una mirada asesina le indique a mi muy ahora preciado primo que debíamos ir con su novia por la azabache, el me dedico una mirada de que estaba demente mientras ella no miraba, pero aun así se encogió de hombros y le hablo.

-Sangito me gustaría ir contigo- La chica lo miro furiosa, sin duda sobreprotegen mucho a la chiquilla.

-Es que Sango como el problema es con mi primo me gustaría que entre ella y yo no hayan resentimientos- Jamás pensé amar tanto las mentiras de mi primo, ella dudo un momento y luego, resignada, nos dijo que la siguiéramos.

Avanzamos a la parte trasera del local, donde estaban tres puertas encontradas, ella avanzo a la de en medio y entro, la seguimos de cerca y cerró la puerta.

Era una oficina bastante sobria, en el centro había un escritorio donde estaba la azabache, al entrar nos volvió a ver y se reclino en su asiento, se veía totalmente profesional... totalmente sexy y profesional, se había hecho una coleta alta que dejaba a la vista su largo y blanco cuello, se miraba aún más impactante, demonios, no pude evitar pensar en cómo se sentiría recorrer con mis labios su cuello, delineándolo por completo, sentir su suave tacto y perderme en su riquísimo aroma de jazmines mientras mis manos recorren con suavidad su hermosa figura, trazando delicadamente sus curvas, casi podía sentir como su ropa y la mía empezaban a sobrar y... de pronto empezaba a hacer mucho calor... debo dejar de pensar en eso porque el cuarto está lo suficientemente iluminado como para que se note el problema que se empieza a acumular en mi entrepierna.

-Antes de que me lo preguntes hermana estoy bien, ya llevaba un rato pensando en recurrir al sistema legal para resolver mi problema con Inuyasha y Hoyo- La castaña iba a decir algo pero Kagome alzo la mano deteniéndola –También he contratado un equipo de guardaespaldas y seguridad para que me proteja las 24hrs del día... he mandado a mi hombre de confianza a cambiar todo a lo que ellos tuvieron contacto y tengo a gente supervisando...- Dudo un momento en lo que iba a decir mirándonos analíticamente, un escalofrió me recorrió, ¡diablos! Sentí que me desnudo y no en el buen sentido y eso que ella apenas si me miro –en fin lo que importa es que estoy tomando todas las medidas necesarias para cuidarme- sonrió tranquilamente mientras se levantaba de su asiento y se acercaba a su amiga.

Sango no dudo ni un segundo y se abalanzo a sus brazos donde mi pelinegra le correspondió inmediatamente.

Aguarden... ¿Mi pelinegra?, si definitivamente esta chica me atrae pero ¿Sera algo más que deseo?

-Kagome, lamento interrumpirte en tu oficina pero quería que supieras que cuentas con mi total apoyo por lo de Inuyasha, puede que él sea mi familia pero no consiento todo lo que te ha hecho- La voz de Miroku tan seria me hizo preguntarme ¿Qué tanto había hecho Inuyasha?

Con gracia vi como Kagome le miraba con una ceja alzada y mirada fría, mientras que mi primo palidecía notoriamente, vaya, la mirada de ella tiene poder, Miroku ni siquiera se inmuta con mi mirada pero le afecta bastante la de ella, no se porque no me siento ofendido, al contrario me siento complacido.

-Además quería presentarte a...-

-Sesshomaru Taisho, un placer conocerlo formalmente- Ella se separó de su amiga y avanzó a mí con una sonrisa educada, mientras me ofrecía su mano, la mire de forma interrogante mientras besaba su mano como un caballero, complacido note como se sonrojo pero no me aparto la mirada, más bien sonrió divertida.

-¿Nos conocemos?...- dije tratado de averiguar su nombre aunque ya lo sabía.

-Kagome Higurashi, espero que haya podido resolver satisfactoriamente el examen de derecho mercantil después de su inconveniente de la mañana-

Mi pelinegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora