Dos meses han pasado desde que Richard visita a Bella, su belleza lo tiene cautivado. Arregló con Madame Frapell para ser el benefactor de la joven y tiene sus servicios exclusivos para el.
Ella no sólo es hermosa, también ha demostrado ser muy inteligente y perspicaz, tiene un gran sentido del humor. Con ella, logra olvidarse todo. En esas noches que pasan juntos, sólo están ellos y la pasión con que se entregan el uno al otro. Sabe que está muy mal engañar a Margaret, pero no puede evitarlo, las cosas han cambiado tanto con Margaret. Ahora ella sólo quiere estar de compras todo el día, en visitas a sus amigas o de fiesta en fiesta. Ya no comparten la pasión y el amor que una vez los unió.
-¡Una libra por tus pensamientos!- dijo sonriente Elizabeth. Estaba desnuda en los brazos de Richard.
-Te recuerdo mi preciosa, que una dama no debe apostar ni dilapidar su dinero- contesto besándo su hombro desnudo.
-Y tampoco debe una dama encontrar los placeres de la carne con un hombre que no sea su esposo- replicó. - Por lo tanto...ha de deducir usted mi Lord, que no soy una dama- sonrió.
-En eso...tiene usted toda la razón mi Lady- dijo mientras la subía a horcadajas sobre su cuerpo. - Por eso...aconsejo que continúemos, dedicados a los placeres de la carne y dejemos a las damas en sus salones de té. La besó y con intensidad hicieron el amor nuevamente.
Elizabeth se deslizó de la cama, estaba agotada, la excitación que le provoca Richard la dejan pensativa. Teme estar disfrutando demasiado de sus encuentros amorosos, mira con especial alarma las emociones que le genera y siente demasiada ansiedad cuando no lo tiene cerca.<<¡ Estúpida, eres una tonta!, ¡ese hombre no puede hacer que pierdas el objetivo!>> Se recriminó.
Estaba casi segura de estar en cinta... ya era momento de dejarlo. Una visita al médico para confirmar sus sospechas y se iría. Teniendo en su vientre al hijo de Richard, la siguiente fase de su plan iniciaba. Llegó al baño y de sumergió en la bañera, limpió el olor de el de su cuerpo y se relajó...
Al día siguiente, Richard emocionado sube a toda prisa las escaleras que lo separan de la habitación de Bella. No puede esperar más para verla, siente una necesidad inmensa de tenerla entretenida sus brazos. Abre la puerta, Madame Frapell está sentada en un sillón frente a la ventana.
-¿Qué hace aquí, dónde está Bella?- preguntó estrañado.
-Bella, se ha marchado- contestó la mujer. -Esta mañana me informó de su partida mi Lord; dejó esto para usted- y entregandole una carta se dispuso a salir.Richard se lo impidió tomándola por el brazo. - Usted no se va, no hasta que sepa que dice la carta, y me de algunas explicaciones- diciendo esto, abrió la carta.
"Querido Lord Langrid,
Lamento despedirme de esta manera, pero es necesario, pues sé que no me permitiría marchar de haberlo sabido.
Agradezco el regalo que me ha hecho; estos días juntos han sido maravillosos. Le dejo para ir a buscar mi destino, la próxima vez que nos encontremos seré toda una dama.Eternamente agradecida...
Bella."
-¿Qué..?, ¿cómo se atreve?- gritó Richard arrugando el papel en sus manos. -¿Qué sabe usted de esto?, ¿con quién se ha ido? Preguntó agarrando cruelmente el brazo de Madame Frapell.
-Nada mi Lord. Le juro que no sé nada. -Esa chica un día llegó pidiendo trabajo, me aseguró hacerme ganar mucho dinero...y así fue...usted ha pagado muchísimo por ella. -Esta mañana antes de partir me dio la carta para usted y una bolsa con mil libras. Se marchó en un coche, no vi a nadie esperandole- terminó.
Lo dejó. Su hermosa Bella, lo dejó. <<La muy zorra encontró quien la convirtiera en su esposa, aseguraba que sería una dama cuando se encontraran de nuevo. ¿Quien fue el infeliz que se la arrebató?>>pensó. <<Debía ser un estúpido si pensaba casarse con ella. Tenía que ser alguien de la sociedad. Ella hablaba de volver a verle, si decía eso, era por que frecuentarian los mismos círculos sociales>>. No había más que hacer. Iracundo dejó la habitación.
Se dirigió a su casa, entró al despacho y se sirvió una copa de wiski, tenía que beber algo para apaciguar el dolor que sentía en el pecho.
-Vaya...pero que milagro que nos honres con tu presencia esta noche- dijo mordaz la pelirroja entrando en el despacho.
-Basta Margaret.. hoy no estoy de humor para tu sarcasmo- contestó irritado. -¿No hay alguna fiesta esperándote?
-¡No, no la hay, y lo siento mucho, querido, pero yo no soy la mústia de tu esposa a la que dejaste abandonada!. ¡Te recuerdo que he arriesgado demasiado en esta relación y no voy a permitir que me dejes en ridículo! Exclamó indignada. -...Tal vez ahora no tenga todos los derechos de una esposa, pero... cuando los tenga, no pienso permitir que me avergüences.-diciendo esto salió tirando la puerta.
Richard se tomó la cabeza con las manos, desde que conoció a Bella nunca más penso en su esposa, parecía que con ella los pocos remordimientos que tenía por la niña desaparecían. ¿cómo no se dio cuenta antes del verdadero carácter de Margaret?¿era tan fácil de engañar?
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Dulce venganza
Tarihi KurguElizabeth es una joven e inteligente heredera, ha sido despreciada por su familia, su prometido y quien creía su mejor amiga. Richard, Lord Langrid es el joven heredero del Duque de Wellington, obligado a convertirse en el prometido de una niña de...