Parte 1.10

140 3 0
                                    


_ ¿Podremos confiar en ti esta vez?

_ Supongo que sí señora, después de esto, creo que me pasaré a los marcos digitales.

La señora me miró refunfuñando y no me rió el chiste. Alzando su mano en dirección a la puerta me dio la señal de que ya podía salir.

No me sentía fuerte del todo, pero ya estaba prácticamente recuperada. Había pasado veinticuatro horas en la cama del hospital y me sentía con ganas de andar, de pasear, de respirar un aire puro... o al menos no tan cargado de desinfectante. Estaba harta de tanto blanco y quería poner una chispa de color en mi vida.

Subí al cuarto y me duché, daba gusto sentir el agua tibia rozar mi cuerpo. Las gotas resbalaban por mis brazos y al llegar a las vendas perdían la armonía con la que bajaban.

Me sentía como un libro en blanco, pero no un libro en blanco nuevo, no, sentía como si hubiesen borrado todas mis páginas, toda mi vida, todos mis recuerdos, estaban allí, lo sé, dentro de mi cabeza, marcados en mi cuerpo y en mi memoria, pero sentía que ya no me controlaban. Era como si algo dentro de mí me dijera que dejara de lado al pasado y me centrara en mi presente.

Terminé de ducharme, me lié con una toalla y me miré al espejo.

_ Se te fue de las manos_ me dije.

Veía como la chica del reflejo me miraba, era yo, obviamente no me estaba volviendo loca, pero sentía algo en mi mirada que no había visto nunca en esos ojos, y eso que los había mirado en profundidad muchas veces.

_ ¿Que ves?_ Sentí que dijo una voz tras de mí.

_ ¿No te enseñaron a llamar a la puerta?_ dije agarrando mi toalla para que no se fuera a caer.

_ Mis educadores no es que fueran un ejemplo a seguir_ dijo acompañada de una hermosa sonrisa._ ¿Qué veías? ¿Tus heridas?

_ No, mis ojos.

_ ¿Tus ojos?_ Dijo sentándose en mi cama.

Desde el espejo podía verla allí sentada tras de mí.

_ Tú no lo entenderías.

_ Prueba a explicarme.

_ Veo algo diferente en ellos.

_ Capaz te hicieron algo en la retina, ya lo decía mi madre, "no te fíes de los médicos, que vas con un dolor de espalda y sales con un riñón menos"_ dijo cambiando la voz.

_ Sabía que no lo entenderías.

_ Solo bromeaba mujer, que susceptible estás_ dijo levantándose y acercándose a mí.

Desde lo sucedido esta tarde yo me encontraba un poco reacia a dar muestras de cariño, un beso fallido, le rechacé sus intenciones de besarme... pero ahí estaba ella, como si nada hubiese pasado... ¿y si me estaba equivocando totalmente? ¿Y si sus intenciones no eran las de besarme? Solo amigas... eso es lo que somos... y eso es lo que ella cree. Dejaré de montarme historias de una vez por todas. No me puedo enamorar de ella, será mi fruto prohibido.

Ella apoyó su cabeza en mi hombro y me miró a los ojos a través del reflejo, rodeando mi cintura cubierta solo por la toalla con sus manos.

Esa acción hizo que me ruborizara y se me erizara los vellos, espero que no se diera cuenta de ello, aunque, realmente, ella aún seguía mirando directamente a mis ojos a través del espejo.

_ Tienes razón.

_ ¿A qué te refieres?_ dije confusa.

_ Tienes un brillo diferente en tus ojos...

Una tumba vacíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora