Parte 2.23

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   Los tres me miraban en silencio. Su expresión era una mezcla intensa de incredibilidad y nerviosismo.

_ ¿Es una broma?_ dijo al fin Lucas.

_ No Lucas, no es una broma_ dijo Mara agarrando mi mano_ Yo estaba ahí, cuando llegó su padre, cuando apareció la detective...

_ Me cuesta creerlo_ dijo levantándose.

Camila y Tania no decían nada, solo miraban, alternando su mirada entre Lucas, que no paraba de caminar por la habitación, Mara y yo.

_ Suponiendo que sea verdad_ dijo al fin Camila_ ¿Qué pretendéis que hagamos? ¿Por qué nos lo contáis ahora?

_ Se me acaba el tiempo, debo encontrar a mi madre en 5 días, o tendré que volver a aquel infierno.

_ ¿Pero no es seguro que tu padre gane no?

_ No.

_ ¿Y si pierde el juicio?

_ El estado se encargará de mí.

_ No sé muy bien si esto es cierto o no_ dijo Camila_ pero puedes contar conmigo para lo que necesites.

_ Muchas gracias Camila.

_ Supongo que conmigo también_ dijo Tania.

_ ¿Lucas?_ preguntó Mara.

Se detuvo en seco y me miró directamente a los ojos.

_ ¿Puedes asegurarme que mi vida y la de mi hermana no correrán peligro?

_ No puedo asegurar ni que yo salga viva de esta.

_ Conmigo no contéis_ dijo saliendo de la habitación.

_ ¡Lucas!_ dijo Mara saliendo tras él.

_ No es un juego Mara, no es un puto juego.

Nunca había visto a Lucas comportarse así, parecía un niño muy dócil cuando lo conocí.

_ Para nadie lo es Lucas, por eso te estamos pidiendo ayuda.

_ ¿Y qué pasa si te pasa algo? ¿O a Camila o a Tania? No pondré mi vida, ni la vuestra en juego por una chica que hasta hace un mes no sabía ni que existía_ dijo intentando zafarse del agarrón de Mara.

_ ¡Lucas!_ dijo Mara.

_ Déjalo, lo entiendo, ya sabes que tampoco quería esto. Me iré.

_ ¡No puedes irte!

_ Tu hermano tiene razón Mara, no puedo poneros en peligro... no puedo ser tan egoísta de arriesgar vuestras vidas por mí.

_ No estás arriesgando nada, somos nosotras las que decidimos ayudarte, ¿Verdad chicas?

Camila y Tania se miraron y agacharon la mirada. Muy dentro de mí quería que saltaran y dijeran "¡Por supuesto! Cuenta con nosotras" pero no era un cuento, no era una película de ficción donde los protagonistas nunca mueren, era la vida real, y en la vida real hay riesgos que es mejor no correr.

Yo agarré las manos de Mara y la puse a la altura de nuestros pechos.

_ Escúchame, agradezco todo lo que has hecho por mí y todo lo que estás dispuesta a hacer, pero no te dejaré hacerlo. Tu hermano tiene razón, esto es muy peligroso, y es algo que debo hacer yo.

_ Pero... es tu última oportunidad.

Sonreí.

_ Oportunidades hay muchas, solo no hay que darse por vencidos.

Solo me miraba con los ojos vidriosos sin decir nada.

_ Soy el vivo ejemplo de ello.

_ ¿Qué harás entonces?

_ Me iré.

_ No tienes donde ir.

_ Pero sí tengo por lo que no quedarme.

Mara me abrazó fuerte.

_ Siento no haber podido ayudarte.

_ Has hecho mucho, créeme.

Lucas apareció de nuevo con mi mochila en la mano.

_ Deberías irte.

_ Lo sé_ Sonreí._ Gracias por abrirme los ojos.

No dijo nada, solo me miró.

_ No desaparezcas de mi vida, por favor_ Rogó Mara antes de marcharme.

_ Nunca, tengo tú teléfono_ sonreí.

Una tumba vacíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora