_ No puedo creer todo lo que me estás contando_ Sus ojos abiertos como platos me miraban sin dar explicación a todo lo que acababa de oír.
_ Esta es la prueba de que todo lo que te estoy contando es cierto_ dije sacando de un cajón el plano de la ciudad y las fotos de mi madre.
_ ¿Entonces? Tus brazos...
Con cuidado remangué mis mangas y le enseñé las cicatrices.
_ Seguro pensarás que estoy loca...
_ En parte, no voy a mentirte, pero creo que has sido muy valiente enfrentándote a todo lo que te has enfrentado... Sé que encontrarás a tu madre y no tendrás que volver con tu padre.
_Tengo cinco días... cinco días para hacer lo que no he podido en semanas.
_ Sola.
_ ¿Cómo dices?
_ Que antes estabas sola, ahora me tienes a mí, llevo toda mi vida en esta ciudad. Tal vez la he visto alguna vez, o puedo ayudarte con las calles o no sé... seguro que en algo puedo ayudarte_ dijo cogiendo algunas fotos de lo alto de la mesa.
_ No sé... ¿Te suena?
_ La verdad es que creo que no la he visto nunca, lo siento, pero seguro podemos encontrar más formas de encontrarla.
_ No sé como... ya lo he intentado todo_ dije soltando las fotos sobre la mesa.
_ ¿Has probado con pegar carteles?
_ Debo mantener mi búsqueda en secreto, si mi padre se llega a enterar que estoy aquí... no quiero imaginar lo que me pasaría.
_ Me imagino... Pero sería difícil que se enterara ¿no?
_ Díficil, pero no imposible. No sé ni tan siquiera si me está buscando. Prefiero no arriesgarme.
Mara se acercó a la mesa y agarró las fotos de nuevo.
_ Puede que algo se te haya pasado... ¿has analizado bien las fotos?
_ He recorrido cada palmo de esta ciudad y visitado todas y cada una de las calles que aparecen en las fotos una y otra vez, y nunca está ella. Tal vez haya cambiado de ciudad o estuviera de visita y nunca haya vivido aquí... es una posibilidad entre tantas. Ya hace casi un año desde la última foto que tengo de ella.
_ ¿Y a ella? ¿Has mirado a ella?
_ No entiendo.
_ ¿A qué se dedica tu madre?
_ Pues... que yo recuerde solo era ama de casa ¿Por qué lo dices?
_ ¿Has visto esta foto? Parece que tiene una bata blanca en el brazo.
Agarré la foto y la miré con detenimiento. Tenía razón, tan evidente y no me había dado cuenta. Supongo que el recuerdo y la imagen de mi madre me había envuelto de tal manera que todo lo que estuviera a su alrededor en aquel instante fotografiado había pasado desapercibido ante mis ojos. Todo era invisible menos ella.
_ ¿Esto amplía nuestras posibilidades no?
_ Mucho_ dije abrazándola efusivamente_ Me había quedado estancada y no sabía cómo continuar.
_ Tranquila_ dijo acariciando mi espalda dulcemente_ a ver, pensemos en trabajos que utilicen bata blanca.
_ Enfermera, peluquera, carnicera, ...
_ Hay muchísimas... cualquier centro puede tener bata blanca.
_ Pero al menos hemos reducido posibilidades. ¿Sabes si hay algún centro médico, hospital, carnicería... etc cerca de los lugares donde se la ha visto?
_ Pues sé que hay un hospital cerca de la plaza de la fuente, justo por detrás del restaurante.
_ ¿Crees que pueda trabajar allí?
_ Solo hay un modo de descubrirlo_ dijo levantándose y ofreciéndome su mano para levantar.
Me sentía positiva y nerviosa, sentía que podía encontrarla...
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Una tumba vacía
Novela Juvenil¿Os imagináis levantaros una mañana y descubrir que gran parte de vuestra vida ha sido una falsa? Que lo que creía cierto, no lo es, y es a partir de este gran descubrimiento cuando la vida de nuestra protagonista irá sufriendo un tras pié detrás de...