Un gran barullo de gente se concentraba en una esquina del patio, se oían risas y mi curiosidad me hizo acercarme.
_ ¿Qué está pasando?
Pregunté a una chica que de puntillas intentaba mirar por encima.
_ Parece que se están burlando de Emanuel.
_ ¿Cómo así?
Escarbé entre la multitud hasta situarme casi a primera línea. Es entonces cuando pude ver de lo que todo el mundo se reía.
En el centro de la pared, como de un metro de largo, había escrito en letras grandes algunos insultos que al parecer le parecían ingeniosos tanto a aquel que lo había escrito como a todas las personas que se reían del pobre chaval que los estaba limpiando.
_ ¿Qué hace?
_ Lo han descrito en la pared y está borrándolo como puede.
_ ¿Quién lo ha escrito?
_" Descrito"_ enfatizó.
_ ¿Quién es ese chico?
_ ¿De verdad no lo conoces?
_ No, soy nueva.
_ Ha sido matrícula de honor los 4 años. No tiene vida, los libros lo consumen. Es un cerebrito de mierda que se cree superior a todo el mundo.
_ ¿Y esa es razón por la que reírse de él? Sois gilipollas todos.
El chico paró de reírse de inmediato y me miró como si yo fuera el bicho raro.
_ ¿Pero a ti que te pasa tía? Si no te hace gracia no te rías, pero no te metas.
_ No dije nada_ dije traspasando la linde de la multitud.
Cogí uno de los trapos que había junto al cubo de agua y me puse al lado del chico a borrar lo escrito.
_ ¿Qué haces?
_ Te ayudo.
_ ¿Por qué?
_ Porque nadie debería reírse de nadie.
_ Es el precio que hay que pagar por ser diferente, ya estoy acostumbrado.
_ Prefiero mil veces ser diferente que formar parte de la panda de borregos que se ríen de nosotros.
_ ¿Celi? ¿Qué haces ahí?_ Oí una voz justo detrás de mí.
Camila y Tania me miraban desde el gentío apenadas. Miraban hacia todos lados como si les preocupase lo que la gente pudiera decir de ellas por conocer a la chica que limpiaba la pared de insultos.
_ No me parecía correcto que todos se rieran de él por querer labrarse un futuro, de hecho, no creo que nadie se tenga que burlar de nadie por nada_ dije mirando a la multitud.
Tras decir esto me volví antes de que me juzgaran y seguí borrando. A los pocos segundos Camila y Tania me acompañaban en el trabajo de limpieza. Y poco después éramos más de 10 personas frotando la pared.
_ Nunca pensé que alguien más se pondría a borrar la pintura de la pared_ dijo Tania mirando a su alrededor.
_ A veces solo hace falta que alguien del paso, para que los demás lo sigan.
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Una tumba vacía
Teen Fiction¿Os imagináis levantaros una mañana y descubrir que gran parte de vuestra vida ha sido una falsa? Que lo que creía cierto, no lo es, y es a partir de este gran descubrimiento cuando la vida de nuestra protagonista irá sufriendo un tras pié detrás de...