Parte 2.24

72 4 2
                                    

  No sabía hacía donde ir, no estaba preparada para alejarme del todo, así que aquí estoy sentada de nuevo en el banco de un parque. Creo que estoy intentando despedirme, pero me cuesta encontrar el modo.

Nunca podría haber llegado a imaginar que me iba a encontrar en esta situación. Supongo que podría considerar este parque su tumba. Aquí mueren del todo mis esperanzas por encontrarla. Debería arrancar de mi pecho sus recuerdos y alejarme para siempre.

Lo siento detective porque la he fallado, espero no meterla en problemas si no aparezco...

Miro mis muñecas y veo asomar bajo las mangas de mis manos las vendas... ¿Será que el destino quiere que me despida del todo? En cierto modo tiene razón. ¿Qué vida me espera después de esto? No puedo pretender creer que no me buscarán, que no me encontrarán finalmente o que podré sobrevivir con unos míseros euros. ¿Qué es lo que me queda entonces? ¿Rendirme? ¿Volver?

_ ¿Está ocupado?_ Oí una voz junto a mí.

Es curioso como el destino a veces nos juega malas pasadas, y otras nos guía a ciegas hacía donde debemos ir. Nos roba y nos regala momentos únicos llenos de emoción y de lágrimas, lleno de instantes mágicos y fugaces, y cuando nos damos cuenta hemos llegado a nuestro propio destino sin darnos cuenta.

_ ¿Mamá?

Ella me miró con desconcierto, hacía años que no me veía, hacía años que no la veía, ambas habíamos cambiado, pero estaba segura de que era ella.

Metí mi mano instintivamente en mi bolsillo, saquí mi cartera y le enseñé la única foto que tenía de nosotras dos juntas, y mi abuelita.

Ella la miró unos instantes, abrió los ojos como platos y me abrazó.

Una tumba vacíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora