Capítulo Veintiséis

4.8K 518 373
                                    

Capítulo veintiséis: "Verde"

-Cuando por fin podían estar juntos como una pareja normal, comenzaron los problemas, uno por uno. Era como si estuvieran marcados por la mala suerte. Ellos estaban conscientes de que la relación que tenían no duraría demasiado por obvias razones, pero aún así siguieron juntos. Levantando sus cabezas como lo fuertes que eran. Me hacían pensar que este mundo no estaba tan podrido como pensaba.

H.Z

***


Tirada en la cama de la habitación vieja de Levi miró el cielo de la ventana, el cual estaba tan celeste que no se creía que hace poco hubo una tormenta que duro toda una Semana. Suspiró ralajada, tratando de volverse una con esa tranquilidad que reina su alrededor.
En un momento, mientras estaba cerrando los ojos, escuchó pasos que venían de afuera de la habitación. Abrió los ojos y sonrió.

Antes...

Cruzada de brazos miraba el cartel que anteriormente había dejado en la puerta de la antigua recamara de Levi, que había utilizado como suya aquella semana.

-"Si pasas de esta puerta mientras estoy durmiendo, no te hablaré por el resto de tus días hasta la muerte. Atte:_______" ¿Eh? -Repitió lo escrito y rió al pensar en la expresión del azabache al leerla cada vez que quería venir a buscarla en la madrugada y no podía.

De algún modo, sorprendente, había resultado, aunque no pensaba que el azabache se tomara tan enserio sus palabras.

-Hoy tengo que regresar a nuestro cuarto... Nuestro cuarto -se sonrojó mientras repetía la frase, de a poco fue cayendo hasta quedar de forma fetal. -No sé con que cara lo miraré cuando llegue, tan vergonzoso, diablos.

Durmieron juntos muchas veces, pero hasta entonces no... estaba consciente de sus sentimientos. Siempre despertaba apreciando el rostro dormido de Levi, pero no se había sentido tan avergonzada como en ese momento. Tendrá que enfrentar la situación como una gran valiente señorita o...

Ahora...


-¿Donde diablos está ella? -preguntó Levi enojado.

...esconderse como lo cobarde que era.

Todos señalaron hacía el pasillo que conducía a la vieja habitación del azabache con miedo mientras él comenzaba a dirigirse hacía allí a zancadas fuertes. Llegó a casa pensando que ella cambiaría su actitud y esperaría por él, pero no, pasaron dos horas desde que llegó y ella todavía no aparecía. Llegaba la hora de dormir y ella, al parecer, tampoco pensaba ir junto a él.

YAKUZA (Levi Ackerman Y Tu) EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora