Capítulo Dieciséis

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Capítulo dieciséis: “...De raíz”

ANTES...

—¡Rapido, cara de pony idiota! –Gritó Eren pateando la parte de atrás del asiento donde Jean iba conduciendo. —Carajo...

—¡Cierra la boca, retrasado mental! –gritó Jean mirando al castaño por el espejo retrovisor. — Ella está bien, solo fue un desmayo.

—¡Pero fue por mi culpa...! –Mikasa lo agarró del hombro y él la miró.

—Esto va a interesarle al jefe. –sonrió Jean.

Eren se vio asustado al escuchar eso y agachó la cabeza con pesar.

—Por favor, Jean no le digas nada de esto a mi hermano. –le rogó la pelinegra.

—Lo siento, Mikasa. Pero esto también pondría en riesgo mi vida si lo oculto. –Jean paró el auto al frente de la casa y se giro hacia los dos. —Les daré la oportunidades de que se lo digas tú, suicida. Si eres capaz de decírselo con sinceridad tal vez... Él solo te golpeará.

—¡ESO NO AYUDA, CABALLO INÚTIL! –gritó Eren pateando nuevamente el asiento.

Levi permanecía sentado, con los codos apoyados en su rodilla y las manos a la altura de la boca, mirando a su prometida mientras ésta seguía dormida. El azabache estaba teniendo una crisis emocional, no sabia como sentirse realmente en ese momento. Estaba preocupado y confundido. Las imágenes de ________ en el día anterior se repetían en su cabeza como disco rayado. Sobre todo, cuando ella comenzó a retorcerse del dolor al frente de sus ojos luego de que él nombrara a Marín.

Eso causó alguna clase de reacción negativa en ella, lo que hizo que ahora estuviera postrada en la cama.

Estrés emocional...

Repitió las palabras del doctor sin dejar de mirar su rostro dormido.

Ahora solo faltaba esperar a que despertase y hablarían sobre el tema.

Cerro los ojos tirándose pesadamente sobre el respaldo de la silla y miró a al techo.

Pero tenía... miedo.

Un alboroto al otro lado de la puerta llamó su atención y se levantó para ver que estaba pasando. Cuando abrió la puerta, vio a Eren peleando con todos sus subordinados, la mayoría le estaban apuntando con armas pero Mikasa estaba mirando a todos con una cara realmente aterradora haciendoles pensar dos veces si disparar seria buena idea.

Suspiró. —Cierren la boca ¿Que diablos esta pasando? –preguntó y todos giraron su mirada hacia él.

—¡Heichou! ¡_-_____ está...! –exclamó Eren tratando de acercarse a él, pero nuevamente fue detenido por otro de sus los grandes subordinados de Levi. El castaño ciñó el ceño más que enfadado. —Quitame las manos de encima si quieres seguir conservándola.

—Ah ¿sí? –rió este burlándose. —¿Tú me la quitará?

—No. –una mano sumamente delicada se posó sobre la mano del más grande. Mikasa lo miró con odio. —Yo lo haré.

—Ya basta. –Levi estaba transmitiendo un aura peligrosa, estaba cansado y una riña ya sería la gota que rebalsaría el vaso. —Eren, ______ está bien, mañana puedes venir a verla. Tu padre también lo hará. Desaparezcan.

Cerró la puerta dejando a todos plantados y a Eren con la preocupación hasta mañana.

Al otro día...

YAKUZA (Levi Ackerman Y Tu) EN EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora