Extra

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Soy una maldita y les dejo Amnesia👆 de 5SOS pa que ioren conmigo💔

Sus ojos se abrieron paulatinamente, se vio forzado a parpadear varias veces para que su vista se acoplara.

Se restregó los ojos con cuidado y mientras lo hacía, se enderezó un poco sobre la cama. Fue entonces cuando vio a un hombre a su costado. Un hombre canoso con lentes. Frunció el ceño sin comprender.

—Hijo, que alegría que hayas despertardo—escuchó la voz de su padre.

—Mi niño.—esa era la voz de Nana.

—¿Qué ocurre?, ¿dónde estoy?—preguntó.

—¿Dónde más campeón? En el hospital San Marcos.—le dijo su padre.

—Aún está algo desconcertado—dijo el hombre canoso mientras con una linterna examinaba sus pupilas. El castaño lo alejó de él.

—Aléjese de mí.—le dijo Shawn.—¿En dónde está?—cuestionó.

—¿Quién?—preguntó su padre.

—___, mi psiquiatra—le dijo. Y el amor de mi vida, pensó.

—Shawn, soy Jorge Hansen y yo soy tu psiquiatra.—le aclaró el hombre. El castaño negó con la cabeza.

—Usted no es mi psiquiatra—le dijo molesto.—ella me conoce bien, estaba curándome.—

El hombre giró y miró al padre del chico.

—Shawn, padeces de psicosis; que como bien sabes, esta se identifica por alucinaciones y delirios. En los últimos meses se te ha reportado hablando solo, riendo solo, enojandote solo e incluso llorando.—le aclaró.

El castaño miró a todos con incredulidad.

Esto no podía estar pasando.

—Te encontramos en el sótano. Estabas sentado en el suelo cantando, mientras llorabas y pretendías tocar lo que parecía ser un piano.—le dijo el hombre de nombre Jorge.

No, esto no podía estar pasando. Con prisa se puso de pie, todos se acercaron a él con lentitud y Shawn se vio acorralado en una esquina de la habitación.

—¡Mienten!—gritó y empujó a todos y salió de la habitación.—Es mentira, es mentira, es mentira—se repetía a sí mismo una y otra vez. Entonces abrió las puertas del salón principal, haciendo que un par de internados lo miraran.

Escaneó a cada uno con su mirada chocolatosa llena de desesperación. Ningún rostro le era familiar.

—Nash, Taylor, Matt—los llamó fuerte pero ocasionó que los internados se alteraran.—No.—negó con la voz temblorosa. Rápidamente bajó las escaleras y llegó al sótano. En este no había nada, estaba vacío y lleno de polvo.—Por favor no...—susurró Shawn y llevó ambas manos a los costados de su cabeza.

Con rapidez subió de nuevo las escaleras y con mucho trabajo logró esquivar a los hombres que estaban tras de él. Entonces llegó a la puerta de la oficina, aquel cuarto donde había comenzado todo.

Todo lo que hizo que su corazón viviera, con lentitud abrió la puerta y entró en esta. Cerró la puerta tras él.

Debía ser un error, esa no era la oficina de su amada. No tenía su exquisita fragancia que tanto la diferenciaba.

¿En dónde estaba ella?

—Yo... yo sé que es real...—balbuceó Shawn al borde de las lágrimas.

Fue entonces cuando no pudo más.

Cayó de rodillas sobre el suelo.

—¿En dónde estás?—preguntó a la soledad de aquel cuarto. Sollozó. Sentía el aire esfumarse de sus pulmones.—No puedes dejarme. No, por favor.—lloró Shawn.—No puedes dejarme. Nadie ama a un psicótico... pero tú sí lo hacías...—jadeó—Por favor, ten piedad de mí. Ten piedad de mi corazón.—con la manga de su playera percudida secó algunas lágrimas de su rostro. Se sentía destrozado como nunca antes. Le ardía el pecho y el dolor aumentaba por las constantes punzadas en su corazón.—Tú... tú eres todo para mí—susurró en un hilo de voz.—Mi luz, el pulso en mis venas, la luna que me sigue a diario, ¿recuerdas?—una débil sonrisa se formó en sus rojos labios. Oh, como quisiera que la soledad le contestara y le dijera que ella solo había ido a casa... pero no era así.—¡Maldición ___, no puedes abandonarme!. ¡Eres el amor de mi jodida vida!—gritó destrozado Shawn y finalmente cayó llorando e implorando al suelo. Pidiendo piedad de sí mismo.

Pasó por todos los lugares en lo que solían pasar el rato. Pensó en su último beso, cómo se sintió, la forma en la que ella sabía.

¿Había sido todo esto una mentira?

Mientras las lágrimas lo ahogaban, pensó en los recuerdos de los cuales nunca iba a poder escapar.

—Si hoy despierto contigo a mi lado, como si todo esto sólo hubiese sido un sueño retorcido... te sostendría más cerca de mí de lo que nunca hice antes... y tú nunca huirías. Te suplico que me digas que esto es sólo un sueño...—imploró sollozando.

Fue entonces cuando los hombres de blanco entraron acompañados del hombre canoso de hace un rato.

Sacó una jeringa de su bolsillo de su bata, destapó esta, dió un par de golpecitos y sacó un poco de líquido por la punta.

Todo era tan jodidamente hermoso para ser real.

—Sujétenlo.—les ordenó a los hombres. Pero no era necesario. Shawn estaba tan destrozado para siquiera moverse. Introdujo la jeringa y vacío el líquido en el brazo del castaño, quién soltó un suspiro aún llorando.—Lo siento Shawn...—el chico comenzó a escuchar cada vez más lejos la voz del hombre—___ no es real.—escuchó por último.

Próximamente Epílogo...

Me parti💔💔

-Val🌈

Psicótico|Shawn Mendes©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora