Los Hijos de La Luz "El Cristal y la Cinco Espadas"

La Espada Tierra

Después de viajar un buen rato por las arenas del desierto llegamos al Templo de Luxor. Al bajamos Jeep Alan dice — Como aremos para encontrar aquí, lo que buscamos. Primero no tenemos el papiro y segundo aquí hay turistas —.

— Déjame corregirte Alan, si tenemos el papito. —le dice Angelín, sosteniendo en su mano.

— ¿Cómo lo hiciste? —le pregunta Dimitri un poco sorprendido.

— Después les diré. Mejor miremos el papiro —dice ella, mientras abre el papiro.

Mientras observamos el papiro Alan dice — No entiendo un sol, el templo de Luxor y el Rio Nilo; que nos quiere decir el arqueólogo William —.

— Tienes razón yo tampoco lo entiendo, ¿Dónde puede esta la espada? —dice Angelín.

Enrique mirado el papiro, se acerca a Angelín le dice —Me permites —.

— Si —le responde ella.

Enrique tomando el papiro en sus manos. Observa el dibujo que hizo el arqueólogo, y la compara con la entrada del Templo de Luxor y nos dice — Nos va tocar esperar a que todos los turistas se vayan —.

— Porque dice eso Enrique —le dice Dimitri.

— Lo que buscan se encuentra detrás de la sobra de obelisco.

— Entonces la espada no se encuentra dentro del templo, sino a fuera —dice Angelín.

— Sí —le responde Enrique.

— ¿Qué haremos?, durante el tiempo que esperamos que se vayan los turistas —dice Brayan.

— Ser uno —le dice Enrique.

Mientras esperamos que los turistas se fueran, entramos al Templo de Luxor. Brayan observando un jeroglífico que trata sobre el libro de la vida y de la muerte dice — Nunca pensé que las películas de momias, que he visto fue tan reales —.

— Claro que son—le dije.

— Eso quiere decir, que también harán una película sobre nosotros.

— No Brayan, hay cosas que deben quedar ocultas. Recuerda que se lo prometí a Alis.

— Entonces cambiaras de lugar a la Soberana Nina —me dice Enrique.

— Si —le dije.

— Sabia decisión —me dice él.

El Padre Damián observando a su alrededor nos dice — Creo que somos los únicos, los demás se han ido —.

— Mejor esperemos un rato más —dice Dimitri.

— Porque no salimos mejor de aquí. Para evitar que nos suceda lo mismo que el Cairo.

— No, llames a Alis con la mente, Jhon —le dice Enrique.

— Aunque tienes razón. Sera mejor ir a ver, si no hay guardias sagrados a fuera del templo. Ya que está, prohibido excavar.

— A buena hora vienes a decírnoslo Enrique —le dije.

Saliendo del templo, Jhon ve a Alis hablando con uno de los guías turísticos y dice — Ella está aquí —.

— No puede ser, te dije que no la llamaras ni con el pensamiento Jhon —le dice Enrique.

— Si ya me lo habías dicho. Pero ella ¿qué hace aquí? —dice Jhon.